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. Marco histórico, sociocultural y filosófico de Hume (Edad Moderna).
La época ilustrada, siglo XVIII, presenta las carácterísticas propias de una época históricamente conflictiva, en la que se forman las revoluciones que a su fin, o bien ya en el Siglo XIX, sacudirán Europa. Históricamente, la Ilustración significa el fin del Antiguo Régimen que había pretendido prolongarse con el Despotismo Ilustrado y monarcas absolutos cuyo lema era: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”. Estas revoluciones ya habían comenzado en Inglaterra en el Siglo XVII (1688) concluyendo con un pacto entre la burguésía y la nobleza, pero ahora se harán más radicales con la independencia americana de 1776 y la revolución francesa de 1789, dando al traste con la monarquía absoluta. Así, la Ilustración prepara las revoluciones que llevarán al poder durante el Siglo XIX a la burguésía.
Ésta, formada desde finales de la Baja Edad Media y cada vez más poderosa debido al comercio, tanto de ultramar como continental, y la industria, todavía incipiente, formará la idea de Pueblo y Ciudadano basadas en la teoría de la igualdad de los derechos políticos frente al privilegio aristocrático (en la Rev. Francesa surgirán las Naciones políticas contemporáneas). La Ilustración se presenta así, para los propios ilustrados, como una esperanza para lograr la definitiva emancipación humana.
El avance científico, culminado por Newton, y el desarrollo y progreso en múltiples áreas del conocimiento darán a la época la idea de estar comenzado una nueva era:
La era de la Razón y del Progreso, vinculadas a menudo al ateísmo o al Deísmo (religión natural que tiende a identificar a Dios con la Razón Natural), que busca la Felicidad moral a través de virtudes humanas, no teologales. Además, este cambio no será solo teórico sino que tendrá una importancia capital en el desarrollo tecnológico especialmente con la máquina de vapor. La Ilustración será el siglo de la Razón (o siglo de las Luces)
Y pretenderá la salida definitiva del mundo de las tinieblas producto del fanatismo. Se preparará la Enciclopedia (Diderot y D’Alembert) con el objetivo de incluir en ella todo el conocimiento de los hombres. En el arte domina el Neoclásico, arte de la medida y la racionalidad frente al Barroco. Los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad dominan el discurso político. La Ilustración prepara así el salto a la nueva sociedad burguesa y capitalista a través del liberalismo contractualista (Locke) como idea política y del liberalismo económico (Adam Smith, discípulo de Hume).
La filosofía es apreciada en la Ilustración como la guía de todas las demás ciencias, la que marca el sentido del conocimiento: la emancipación de los hombres. El siglo comienza con la pugna entre el Racionalismo de Descartes, Spinoza y Leibniz, autores del siglo anterior, y el nuevo Empirismo de Locke, Berkeley y Hume. Surgen también figuras fundamentales en la filosofía política como Rousseau, admirado por Kant. O pensadores que serán el germen de las nuevas revoluciones como Voltaire y los enciclopedistas en Francia. Además, y catalogada como su punto culminante, estará la filosofía de Kant quien pretenderá crear una síntesis superadora del pensamiento anterior. De esta manera, la filosofía ilustrada tratará siempre de ser un pensamiento que busque cambiar el mundo creando una nueva sociedad y no sólo un conocimiento teórico. Así, el contexto filosófico no es, recogiendo la división kantiana, solo académico, preocupado exclusivamente por cuestiones teóricas, sino predominantemente mundano: busca responder qué es el hombre y crear un mundo justo basado en la Razón. De esta forma, la Ilustración será calificada por Kant como la época de la salida de la minoría de edad del ser humano y su lema será Sapere Aude (“¡Atrévete a saber!”).
Enmarcar el pensamiento del autor en su contexto histórico, sociocultural y filosófico..
Marx nace en 1818 en Tréveris (Prusia) y muere en 1883.
El Siglo XIX es un siglo convulso. Con la definitiva derrota napoleónica de 1815, en el Congreso de Viena se intentó la restauración del Antiguo Régimen pero resultó un fracaso ante las distintas revoluciones burguesas, la última de las cuales (1848) marca la definitiva implantación de la nueva sociedad, en la que pierde su poder la nobleza. Dicha sociedad quedará marcada por dos hechos fundamentales: la Revolución Industrial y el triunfo del Capitalismo y el estado burgués.
Ligados a ellos surge una nueva clase social, el proletariado, y nuevos movimientos políticos y filosóficos relacionados con él, como el marxismo, el anarquismo de Bakunin y diversos socialismos, que conformarán la I Internacional (en la que Marx se enfrenta al anarquismo). La burguésía observará con temor y desconfianza estos movimientos que exigían el sufragio universal o mejoras sociales, especialmente a partir de la Comuna de París de 1871.
Por último, surgirán nuevos movimientos políticos nacionalistas ligados a la idea de Cultura (espíritu del pueblo: Fichte) que generará dos nuevas potencias europeas: Alemania, al unir Bismarck los diferentes territorios en torno a Prusia; e Italia, al conseguir Cavour su unificación. Esto supone la creación de un nuevo escenario político cuyo ejemplo más relevante será la derrota de Napoleón III en la guerra francoprusiana de 1870 (los intereses expansionistas y coloniales desembocarán en la I Guerra Mundial).
El Siglo XIX comienza con el Romanticismo y su exaltación de la libertad y la subjetividad frente a las reglas clásicas y el Racionalismo filosófico. La miseria, lucha y decadencia de ciertas clases sociales propiciarán la inclusión de nuevos elementos en el arte, como se ve en la novela realista, con Dickens, Balzac o Galdós, y, posteriormente, en el Naturalismo, cuyo máximo representante es Zola. La ópera adquirirá una nueva dimensión con Verdi y con el intento de un arte total en Wagner, autor que supone una gran influencia en Nietzsche. La pintura historicista burguesa dejará paso a las nuevas formas pictóricas que se inician con el Impresionismo. La Ciencia alcanza cotas insospechadas de progreso y pasará a ser considerada en el ideal positivista como la panacea de todos los males. Igualmente, la Teoría de la Evolución de Darwin supondrá una revolución cultural que incluso influirá en el debate político y social, tan vigente en esta época.
La filosofía de esta época comienza con el Idealismo de Hegel quien a través de su idea de Dialéctica tendrá una enorme influencia, junto con la obra de Feuerbach, en el pensamiento filosófico de Marx. Igualmente, y coetáneo a Hegel, aparece la figura de Schopenhauer quien a través de su Irracionalismo y su idea de Voluntad influirá enormemente en la obra de Nietzsche. Surgirá, también, el pensamiento de Kierkegaard, en Dinamarca, que será a su vez el precursor del Existencialismo del Siglo XX. Por otra parte, la filosofía positivista de Comte, en Francia, basada en el auge de las Ciencias y el método científico, tendrá un enorme trascendencia en el pensamiento filosófico y transformará la teoría social creando una nueva ciencia, la sociología.
Así, la filosofía del Siglo XIX pretenderá tratar e influir en el mundo real recogiendo la crisis de valores de su época. Por ello el pensamiento de Nietzsche, Marx y Freud será llamado Filosofía de la Sospecha (frente a valores ilustrados, racionalistas, y de la tradición occidental sobre la religión, el mundo o la persona) que conducirá a nuevas formas de pensamiento.