1.1 METAFÍSICA (teoría de las Ideas) – CONOCIMIENTO
Platón busca
lo que las cosas son por encima de la apariencia del cambio, y así poder conocerlas pues de lo que está en continuo cambio no podemos tener un conocimiento seguro y estable. Por eso es necesario fijarse en la unidad de lo que las cosas son, lo permanente a través de los cambios, es decir, la forma, que como patrón o modelo está presente en todo lo que percibimos.
A esas formas las llamó eidos Ideas
:
Entidades inmateriales, únicas, inmutables, eternas y universales independientemente del mundo físico
. Ej: la belleza en sí, la justicia en sí, la bondad en sí… Estas Ideas no son meros conceptos, son las únicas realidades auténticas pues de ellas deriva todo lo que de real hay en el mundo físico. Así aparece una concepción dualista
:
mundo de Las Ideas (cosmos noetós): inmateriales, inmutables;
Mun-do sensible (cosmos aisthetós): material, mutable. Las influencias que recibe en esta concepción son de los Pitagóricos (relaciones matemáticas formales), de Parménides (distinción entre el ser y la apariencia de los sentidos) y de su maestro Sócrates (definición de conceptos).
Las Ideas están separadas del mundo físico, no dependen en su ser, en su verdad y permanencia de las cosas sensibles. En cambio, los seres físicos sí dependen de Las Ideas, esta relación es por:
Imita-ción
: imitan a Las Ideas; o por participación
: participan de Las Ideas. Las Ideas son pues modelos, idea–
Les que no llegan a cumplirse en su totalidad pues la materia es imperfecta. Y esta relación la explica recu-rriendo al demiurgo, artesano semidiós que tomando como modelo las Ideas, modela la materia originaria informe dando así orden y armónía a la naturaleza. Platón establece un sistema, una jerarquía de Ideas
: en su base están los objetos y seres del mundo sensible, luego las ideas de esos objetos, más arriba las ideas de los conceptos matemáticos, luego las ideas de los conceptos morales (Belleza: hace bellas las co-sas) y Justicia: regula las relaciones entre las virtudes, las partes del alma y las clases sociales) y en la cús-pide la Idea de Bien (idea suprema que hace posible conocer las demás; a modo de Sol ilumina el resto).
En coherencia con el sistema dualista de dos mundos separados (Ideas-Sensible), la doctrina plató-nica que explica el verdadero conocimiento será también un
Dualismo gnoseológico
. Así aparece desarro-llado en el mito de la caverna como un ascenso desde lo sensible, las sombras del interior de la caverna, hacia el verdadero de los mundos, el de las Ideas que está afuera iluminado por el Sol. Platón expone este acceso al conocimiento desde dos caminos: la reminiscencia y la dialéctica y una actitud emocional: el eros que mueve al alma a dicho conocimiento.
El primero de esos caminos es la reminiscencia:
Para poder afirmar que se ha ascendido al conocí-miento de las Ideas en sí a partir de las cosas sensibles, es
Necesario haber conocido antes esas Ideas en sí
. Por eso Platón desarrolla la teoría de la reminiscencia (anámnesis):
el alma, que es preexistente, ya conocía el mundo de las Ideas, pero al unirse accidentalmente al cuerpo, olvida todo lo sabido anterior-mente. Con lo que todos los conocimientos que tenemos son a priori, es decir, anteriores o con inde-pendencia de nuestra experiencia: antes de que intervengan los sentidos, ya teníamos esas ideas. Según vayamos encontrando (pensando) esas ideas, las iremos recordando: puesto que los seres sensibles son imágenes de las Ideas, la visión de aquellos puede suscitar el recuerdo de éstas
. Platón afirma que aprender es, en realidad, recordar
.
Como segundo camino de acceso al conocimiento Platón expone en la «
alegoría de la línea» lo que ha recibido el nombre de dialéctica ascendente: al mundo sensible le corresponde la opinión (doxa
). Es el conocimiento de los sofistas, meras opiniones y no el auténtico saber. Incluye:
Imaginación
: conjetu-ras e imágenes de los objetos sensibles, son sombras, reflejos;
Creencia
: la visión de los objetos materia-les, capaz de relacionar unas percepciones con otras. Las opiniones verdaderas (doxa), que no se da por
naturaleza en el hombre son una manera útil, junto al conocimiento, de hacer al hombre bueno pues
se pueden hacer permanentes gracias a un razonamiento causal, (ej.: en el «Menón» la opinión verdadera de la virtud es un don divino.).
Al mundo de las Ideas le corresponde el saber o ciencia (episteme
, es un sa-ber estable, porque se basa en razones. Su objeto son las realidades inteligibles, las Ideas. Es el auténtico saber y de difícil acceso. Se divide en:
Dianoia
Conocimiento discursivo o razonamiento de los objetos ma-temáticos y episteme:
O conocimiento intuitivo de las Ideas. Conocer una cosa es saber de qué Idea partici-pa o a qué Idea imita, se da la uníón del ser con el pensá