El objetivo de la HermenéÚtica es criticar la visión parcial y reduccionista del Positivismo. Según Gadamer, el método científico no es el único que aporta saber.
Más allá de la ciencia existe una esfera suprasensible de la verdad que no se puede comprender con el método científico experimental. El arte o la historia pertenecen a este ámbito, pues la experiencia artística no se puede comprender ni explicar con el mismo método que se utiliza para describir los fenómenos naturales. Sin embargo, ni el arte ni la historia dejan de tener valor. Esto ocurre también con el resto de las ciencias humanas, en las que lo que se pretende es comprender los fenómenos, mientras que el método científico tiene una finalidad simplemente descriptiva.
Para Gadamer, los seres humanos debemos comprender la vida. Por ello, la comprensión es la forma que tiene el hombre de enfrentarse al mundo. La HermenéÚtica es la que se encarga de esta comprensión pero no se puede considerar como un simple método cuya función sea la de complementar a la ciencia natural. La HermenéÚtica nos revela el ser y el sentido de lo real.
La comprensión se logra gracias al lenguaje. El sentido de la realidad se expresa con el lenguaje y gracias a eso, es posible que el hombre lo capte y lo comprenda. Gadamerafirma que la comprensión se sitúa en un marco previo llamado precomprensión.
La precomprensión comprende la educación, la cultura… y da lugar a los pre-juicios. Los pre-juicios son todas las valoraciones que son anteriores a la comprensión del sujeto. Gadamer no rechaza los prejuicios, sino que afirma que forman parte de la comprensión humana y que el hombre no puede vivir al margen de ellos.
En este aspecto, recuerda a Ortega y Gasset. Para Ortega, la filosofía es la que nos ayuda a comprender la vida, pero todos estamos determinados por una circunstancia que se nos impone y que no hemos elegido.
El estructuralismo surgíó durante la década de los 50 en Francia contra el existencialismo, el historicismo y el Empirismo. Estuvieron influenciados por el marxismo y el psicoanálisis.
Para los estructuralistas, el mundo está formado por estructuras, aunque se encuentran ocultas, y para comprender el mundo hay que comprender estas estructuras. Por ello, es muy importante estudiarlas. Se ha afirmado que el estructuralismo es un movimiento antihumanista, pues el hombre pierde su posición central y es sustituido por las estructuras.
Las estructuras están formadas por una serie de elementos interdependientes, de tal modo que si uno cambia, cambian los demás. Sin embargo, según los estructuralistas, las estructuras no son hechos sino que se encuentran más allá de ellos y son independientes del sujeto.
La misión de la filosofía es detectar estas estructuras y su dinámica.
El principal representante del estructuralismo es Lévi-Strauss.
Esta filosofía se caracteriza por la crítica a la tradición filosófica. Los rasgos comunes de los autores de esta época son:
-Consideran que la Modernidad ya está acabada.
-No se cree en el progreso porque al hombre ya no le queda nada nuevo que aportar.
-No se cree que el hombre sea sobre todo un ser racional. Consideran necesario superar el pensamiento que pretende ser universal. Las filosofías de la sospecha de Marx, Nietzsche y Freud revelan que el hombre no solo es racional sino que está determinado por instancias irracionales.
-No creen que el hombre sea libre, sino que está muy influenciado por la sociedad, la cultura, el lenguaje, los medios de comunicación de masas…
-Abandono de la metafísica.
-Escepticismo y relativismo: Consideran que el saber es variable e inseguro. Esta filosofía se denomina pensamiento débil, pues el pensamiento no tiene tanta fuerza y no puede convencer de sus criterios a todo el mundo. Por ello se dice que han caído los grandes microrrelatos. Ahora surgen microrrelatos que no son universales, sino que son interpretaciones del mundo.
-Defensa de la pluralidad y la diferencia y rechaza lo universal y necesario.
-Aparición de una nueva sensibilidad. No existen valores ni leyes fijas y hay que asumir una nueva forma de vivir y una nueva sensibilidad. Hay que crear una ética débil, donde no existen conceptos universales de bien y mal sino que la ética depende de cada uno.
-GIANNI VATTIMO: subraya la conciencia del fin de época que supone la posmodernidad. Se basa en Nietzsche y Heidegger.
Para Vattimo, se ha producido una transición entre el pensamiento fuerte de la Modernidad y el débil de la época posmoderna. El pensamiento fuerte es una forma de pensar global que establece categorías absolutas y totales, como la verdad, el bien y el ser. El pensamiento débil defiende que no existe la verdad e integra distintas perspectivas y verdades.
Como Nietzsche, afirma que el Nihilismo es la única actitud válida ante la realidad y que hay que asumir sin dolor el sinsentido de la vida.
-J.F. LYOTARD: fue el que acuñó el término posmodernidad. Critica aquellas doctrinas que intentan ofrecer explicaciones globales de la realidad: las metanarrativas. Aquí incluye la filosofía antigua y la moderna, la religión, la ciencia…
Estas metanarrativas han perdido su validez porque ha crecido el escepticismo y porque los desarrollos tecnológicos han demostrado que la realidad tiene un grado de incomprensibilidad.
Si no existe una visión única del universo, entonces las diferentes interpretaciones son simples relatos, cada uno con sus propias reglas e independiente de los demás, por lo que no se pueden comparar. Lyotard se apoya en Wittgenstein para afirmar que no existe ningún conocimiento universal.
-BAUDRILLARD: tomó algunos conceptos de Marx. Interesado por la semiótica, detectó la importancia de los códigos en la cultura y la sociedad contemporáneas. En la actualidad vivimos en sociedades codificadas, y para entenderlas debemos entender los códigos.
Un código permite reproducir objetos de modo indefinido. Esa reproducción diluye la diferencia entre lo original y la copia. Baudrillard diferencia entre la época de la producción de la de los códigos. En la primera se producían objetos, pero se manténía la diferencia entre lo original y su imitación. En la época de los códigos, sin embargo, no se producen objetos, sino que se reproducen sin fin, lo que supone el fin de los objetos.
Baudrillard acuñó el término de hiperrealidad. La hiperrealidad es el olvido de lo real, de los objetos, y su sustitución por las copias.
Esta lógica de la reproducción y las copias modifica también las actitudes sociales. A esto contribuye la pasividad de la sociedad, que lo permite.