Habermas pertenece a la Segunda Generación de la Escuela de Frankfurt. Aunque compartía la preocupación de la Primera Generación por los efectos negativos de la racionalidad, para él esta racionalidad no tiene que ser inevitablemente destructiva. El problema es que durante la Modernidad (Siglo XVIII) se han centrado solamente en el aspecto instrumental de la razón, olvidando otras dimensiones. Por lo tanto, la filosofía debe encargarse de encontrar el camino para recuperar la dimensión emancipadora (liberadora) de la razón y así superar los problemas que han entorpecido su avance.
En sus primeras obras, Habermas hace una crítica al Positivismo. Para el Positivismo, la ciencia nos da un conocimiento objetivo y neutro, es decir, que no busca ningún interés, pero Habermas va a afirmar que el proceso de la búsqueda del saber siempre tiene una motivación interesada. En el afán de conocimiento pueden distinguirse tres tipos de intereses, asociados a tres ámbitos diferentes:
-Las ciencias naturales tienen un interés técnico que aspira a predecir y controlar los fenómenos del mundo natural para dominar la naturaleza.
-Las ciencias culturales tienen un interés práctico que pretende entender las motivaciones de los seres humanos para comportarse de una manera o de otra.
-El tipo de investigaciones realizadas en la Escuela de Frankfurt tienen un interés emancipatorio, porque pretenden transformar la sociedad para potenciar la igualdad, la libertad y la justicia. Este es el mejor.
– La teoría de la acción comunicativa
La crítica al Positivismo fue el primer paso de Habermaspara devolver a la racionalidad su poder comunicativo y emancipatorio. Se apoyó en los trabajos de autores anteriores. Comparte la intención de liberar a la sociedad de Marx, la visión del lenguaje como una caja de herramientas del ‘’segundo Wittgenstein’’, las contribuciones de la filosofía analítica o de sociólogos como Max Weber.
Según Habermas, estos filósofos fracasaron porque intentaron fundamentar la razón en la conciencia individual y en las esencias. Habermas defiende que la razón es esencialmente comunicativa y se basa en los procesos de comunicación intersubjetivos. Por lo tanto, un enunciado es racional si se ha llegado a él a través de un consenso de los participantes en una argumentación y que otro sujeto puede aceptar ofrecíéndole unas razones.
La racionalidad comunicativa tiene los siguientes rasgos:
-Es discursiva y lingüística, pues surge de la práctica comunicativa.
-Tiene carácter universal.
-Es una racionalidad de tipo formal, pues no establece qué es racional sino cuáles son los criterios que debe cumplir la comunicación para ser racional.
El objetivo es llegar a una situación ideal de habla. Lo racional será aquello que se imponga con la fuerza del mejor argumento. Pero en el mundo real puede haber situaciones de engaño, por lo tanto es necesario indicar las condiciones que hacen que las comunicaciones y los discursos sean válidos. Sus carácterísticas son la igualdad de los participantes (todos tienen derecho a argumentar y a discutir), la libertad y la universalidad. Todos los participantes en esta situación ideal de diálogo deben respetar cuatro reglas fundamentales, a las que Habermasdenomina pretensiones de validez:
1-La compresibilidad, porque el resto de participantes tendría que ser capaz de entender lo que significan sus palabras.
2-La sinceridad. En su discurso el hablante debe expresar de manera auténtica su punto de vista
3-La veracidad, pues el discurso debe estar relacionado con una realidad que exista verdaderamente
4- La rectitud normativa, porque un discurso debe respetar las reglas socialmente reconocidas
Para Habermas, no existe un bien y una verdad, sino que son establecidos a través de un consenso.
Habermas distingue entre dos ámbitos separados de la sociedad:
-El mundo de la vida se corresponde con el entorno individual de la persona. La comunicación es esencial en el mundo de la vida, pues nos relacionamos con las personas que nos rodean a través del diálogo. Por eso, el mundo de la vida está íntimamente ligado a la razón comunicativa. A este mundo de la también pertenecen las creencias que damos por supuestas.
-El sistema está formado por las instituciones y organismos que ordenan el funcionamiento de la sociedad. Dentro del sistema existen tres esferas distintas: el Estado, el capitalismo y la cultura. Estas se guían por la razón instrumental, porque en todas ellas lo importante es garantizar su eficacia.
La existencia de estos dos ámbitos no debería ser un problema, siempre que cada una de ellas se centrara en su ámbito de influencia. Sin embargo, el sistema ha ido acaparando cada vez más espacio a costa del mundo de la vida y ha invadido parcelas que deberían estar ocupadas por el mundo de la vida. Esto ha sido la causa del malestar y de la sensación de crisis que experimentan los individuos en la sociedad.
Habermas diferencia entre las tres dimensiones de la racionalidad:
-La pragmática, que tiene una finalidad instrumental porque busca encontrar los mejores medios para conseguir unos fines.
-La ética, que se corresponde con la concepción individual que tiene cada persona de lo que es el bien.
-La moral, que tienen una dimensión social y es la búsqueda colectiva de la equidad y la justicia.
Mientras que la ética tiene que ver con lo que cada uno considera bueno para sí mismo, la moral está relacionada con lo que es bueno y adecuado para todos. La ética discursiva debe darse en el ámbito colectivo, pues el diálogo es la única forma de establecer normas que sean justas para todos. La ética dialógica debe encargarse de establecer lo que es justo, pero no ha de interferir en la libertad que tiene cada persona de elegir lo que considera bueno en el plano individual.
Para Habermas, únicamente pueden considerarse válidas aquellas reglas que sean aceptadas por todos los participantes del diálogo. Este principio de universalización recuerda mucho al imperativo kantiano. Habermas y Kant tienen en común su concepción formal de la ética y la importancia que le dan al uso de la razón en el ámbito moral.
Sin embargo, hay una diferencia muy importante entre la ética de Habermas y la de Kant. Mientras que para Kant el imperativo se basa en la razón práctica, Habermasconsidera que las normas de comportamiento solo pueden prevenir de un proceso comunicativo.
Habermas considera que el sistema democrático es el único que permite un auténtico desarrollo de la racionalidad práctica. Esto significa que las leyes tienenque reflejar una voluntad compartida y deben elaborarse mediante un proceso abierto de discusión pública.
Habermas distingue entre la facticidad de las normas y la validez. La facticidad es el hecho de que una ley haya sido elaborada según el procedimiento adecuado. Sin embargo, la validez es una cuestión moral, por lo que una norma es válida cuando puede justificarse racionalmente mediante un diálogo que permita alcanzar un consenso. En una democracia, las normas de nuestra convivencia las decidimos nosotros mismos en un proceso participativo en el que se unen la facticidad y la validez.
Un sistema democrático permite a la sociedad intervenir elaborando leyes y normas para la convivencia. Las normas legítimas son las que han sido elaboradas en un proceso de diálogo que respeta a todos por igual y en el que nadie puede imponer su punto de vista a los demás. Por eso, la democracia debe basarse en el respeto a los derechos humanos y en la afirmación de la soberanía popular.
Sin embargo, Habermas afirma que la enorme influencia de los medios de comunicación de masas hace cada vez más difícil la participación de los ciudadanos en los procesos deliberativos, pues las personas no razonan sino que adoptan la opinión que transmiten los medios. Esta situación pone en grave peligro a la democracia porque lo que identifica a un sistema democrático es la capacidad de los ciudadanos de participar en los procesos deliberativos que les afectan.
El actual sistema de partidos políticos tampoco facilita la participación directa de los ciudadanos. Por eso, hay que reactivar la participación pública en la elaboración de normas y en la toma de decisiones. En esto consiste su propuesta de una democracia participativa.
Habermas también defiende la idea de patriotismo constitucional, donde todos los ciudadanos comparten un proyecto común, pero siempre respetando las diferencias culturales, lingüísticas, geográficas… Este proyecto común debe basarse en un marco de valores compartidos, que incluyen el derecho a mantener nuestra forma de vida y el deber de aceptar un ordenamiento basado en los derechos humanos.