Contexto histórico cultural y filosófico de Marx

CH: Históricamente, el Siglo XIX es el siglo de la Revolución Industrial, que supone el paso de una economía basada en la agricultura a la producción industrial y del triunfo definitivo de las revoluciones liberales, lideradas por la burguésía, que busca la alianza con los movimientos de trabajadores para conseguir el poder político, en manos de los privilegiados durante el Antiguo Régimen. Según Marx, la burguésía había desempeñado un papel revolucionario en la historia: acabó con la aristocracia y con el sistema feudal. Con la Revolución Industrial se produce la consolidación del capitalismo como modo de producción. La burguésía observará con temor y desconfianza los movimientos obreros que se irán produciendo. Las revoluciones del Siglo XIX fueron radicalizándose y adquiriendo un carácter cada vez más social.
En estas revoluciones se observa un alejamiento entre la burguésía y el proletariado, que comenzaron luchando juntos y acabaron enfrentándose. El surgimiento de dos nuevas potencias europeas, Alemania e Italia, crea un nuevo escenario político cuyo ejemplo más relevante será la derrota de Napoleón III en la guerra Franco-prusiana. Posteriormente, Alemania, con intereses expansionistas, intentará arrebatar el dominio mundial a Francia y Gran Bretaña lo que conducirá a una lucha de imperios que culminará, ya en el Siglo XX, en la I Guerra Mundial.

CF: El pensamiento marxista afronta el análisis de la historia y, especialmente, de la sociedad capitalista con originalidad en las que se puede apreciar alguna de sus influencias.  Aunque el materialismo histórico marxista se opone frontalmente al enfoque idealista, Marx incorpora, con una interpretación propia, dos elementos hegelianos. En primer lugar, el concepto de alineación. En segundo lugar, la concepción dialéctica de la realidad y su historia: a toda realidad (tesis) se le opone otra (antítesis) surgida de la propia tesis y que, al oponerse, origina una nueva realidad (síntesis).  EI idealismo hegeliano derivó en una línea crítica con el propio Hegel, la izquierda hegeliana y Feuerbach fue el representante de esta corriente más influyente en Marx. El propio pensamiento de Marx se nutrirá de la crítica que hace a la misma izquierda hegeliana,  que oculta de una manera el idealismo, pues en la izquierda hegeliana se halla la convicción básica de que las auténticas cadenas de los hombres se encuentran en sus ideas. Marx asumirá de Feuerbach que Dios es una invención en la que el ser humano proyecta sus cualidades positivas elevándolas al grado supremo. No obstante, Marx, frente a lo defendido por Feuerbach, insistirá en que el ser humano no tiene naturaleza, sino historia. En París Marx conocíó a los seguidores de Saint-Simón y las ideas de Fourier. Marx y Engels califican estas propuestas .Como «las primeras auténticamente socialistas». Sin embargo, les critican que no identifiquen dentro del sistema industrial las condiciones que permitirán la liberación del proletariado, y que las sustituyan por una sociedad idílica por ellos inventada. De ahí que calificaran estos proyectos de socialismo utópico. También conocíó el anarquismo de Proudhon y Bakunin. Este movimiento, mucho más sindicalista que el socialista, chocó con Marx en la Primera Internacional. En la capital francesa, Marx entró en contacto con la economía política, disciplina que desde entonces focalizará sus esfuerzos. Intuyó en este nuevo saber, que tiene su origen en Adam Smith y David Ricardo, el mejor instrumento para explicar al ser humano, es decir, para explicar las condiciones materiales en que vive. Marx asume el aparato teórico de la economía política, pero critica el análisis que estos autores propónían del capitalismo.


1.- MATERIALISMO Histórico

A) El trabajo y el hombre como fuerza de producción

Marx define al hombre en función de su actividad práctica-sensible, el hombre es un ser material. Es praxis material; acción en la que trabaja para la transformación del mundo. El espíritu es un resultado derivado de la energía material que define al hombre y es su trabajo, esfuerzo realizado para satisfacer sus necesidades de subsistencia. El trabajo es la esencia del hombre (homo faber).

El hombre se encuentra sujeto a sus necesidades sensibles y de supervivencia, que las satisface transformando la naturaleza por medio del esfuerzo, de lo que produce él; el trabajo es la fuerza de producción material, el trabajo es lo que define al hombre.

La dinámica del trabajo incluye tres momentos:

En primer lugar es producción, fuerza que produce los bienes y que el sujeto de la producción humana es la colectividad; el trabajo es producción social. A continuación viene el producto inmediato de esa fuerza de producción, que son los bienes producidos, la naturaleza transformada por el trabajo humano. Finalmente vendría el producto mediato, momento en el que el hombre se apropia del producto de su trabajo y lo consume, de este modo se realiza a sí mismo, es la culminación del proceso de producción.

De este modo Marx dice que es un proceso dialéctico: la producción es la tesis. El producto inmediato, los bienes que produce de la naturaleza seria la antítesis y por último, la síntesis consistiría en la apropiación y el consumo de los bienes producidos, realizadora de la esencia del hombre.

Así pues, el hombre como ser social, con la mediación de los productos transformados por la naturaleza, se debe así mismo. Lo que el hombre es y consume se lo debe al sujeto de producción, al trabajo de la sociedad.

B)La alienación

Tanto para Marx como para Hegel, este concepto describe la siguiente situación que le puede sobrevenir a un sujeto: cuando no se posee a sí mismo, cuando la actividad que realiza le anula, le hace salir de sí mismo y convertirse en otra cosa distinta a la que él mismo propiamente es, decimos que dicho sujeto está alienado; la alienación describe la existencia de una escisión dentro de un sujeto, de un no poseerse totalmente y, como consecuencia de ello, comportarse de un modo contrario a su propio ser. Esto se produce ya que el sistema que impera está basado en la propiedad privada de los medios y bienes de producción.

Este sistema hace que el esfuerzo de los trabajadores vayan a parar a otras personas y no a sí mismo, es decir se aprovechan de su trabajo a costa de enriquecerse ellos mismo a cambio de un mísero salario.

La pérdida que impide llegar a la autorrealización del trabajador, es la alienación. Originada en el ámbito económico, repercute en el social, jurídico, político y cultural. De esta manera el hombre solo mantiene sus necesidades primarias.


D)La lucha de clases y la historia. El comunismo

Las clases sociales para el marxismo están definidas por las relaciones de producción, es decir, por la forma en que los hombres producen mercancías. En el seno de las relaciones de producción, el papel que ocupa cada individuo está determinado por la división del trabajo conforme una clase social. Las clases sociales vienen determinadas por el lugar que ocupan en el proceso de producción de la riqueza. Unos la producen y otros se apropian de una porción de la misma. De esa relación no cabe esperar sino el antagonismo y la hostilidad entre explotados y explotadores. 

A lo largo de la historia siempre ha habido clases enfrentadas. En las sociedades esclavistas fueron antagónicos los propietarios libres y los esclavos; en el de la sociedad feudal el enfrentamiento se establecíó entre nobles y siervos. En el seno de la sociedad capitalista ocurre igual: la lucha de clases es protagonizada por la burguésía, propietaria de los medios de producción y por el proletariado.

La revolución tendrá como objetivo conseguir una sociedad perfecta donde no existan ni explotadores ni explotados. Para ello será imprescindible la abolición de la propiedad privada, es decir, la socialización de los medios de producción, evitando la mera sustitución de los antiguos propietarios por otros nuevos. Una vez que la clase obrera haya tomado conciencia de la explotación y opresión que sufre, se organizará en torno a partidos de carácter revolucionario, siendo dirigida por una vanguardia especialmente capacitada y activa, empeñada en planificar la destrucción del sistema capitalista.

A través de la acción revolucionaria los obreros han de derribar el gobierno burgués y sustituirlo por uno de carácter obrero. Ello puede requerir el uso de la violencia, pues los trabajadores se encontrarán con la fuerte oposición de la clase dominante. Una vez conseguido el control del Estado será necesario salvaguardar las conquistas realizadas mediante el ejercicio de una dictadura de los trabajadores, constituyendo éste el primer paso hacia la consecución de una sociedad comunista sin clases. El nuevo Estado que surge de la revolución habrá de suprimir la propiedad privada de los medios de producción y sustituirla por la propiedad colectiva de los mismos.

La tesis de la dictadura del proletariado ha sido una de las más controvertidas del marxismo, ya que implica la conquista de una de las claves de la superestructura social: el Estado. La sociedad sin clases. Una vez consolidado el nuevo Estado, el peso de éste tenderá a disminuir hasta desaparecer, pues al haber desaparecido las amenazas que pesaban sobre él, el aparato coercitivo dejará de tener sentido y cada individuo trabajará voluntariamente en beneficio de la comunidad. Las relaciones de producción se habrán transformado y los medios de producción no estarán concentrados en manos de una minoría, sino que serán colectivos.

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