Definición de conocimiento,devenir,creencia,opinión,esencia e inteligencia discursiva

BIEN (Agatbón), BIEN EN sí:


Idea suprema; causa y principio fundamental de toda la realidad;
Fuente de verdad e inteligibilidad. Como ocurre con el sol en el mito de la caverna, la Idea del Bien (tó tou agathou eidos) es la realidad más importante y la más difícil de conocer. Su conocimiento, sólo asequible a la inteligencia, resulta imprescindible para el gobernante, pues el Bien ha de ser el modelo y el criterio para organizar tanto el funciona-miento de la pólis como la vida de cada cual. 

CIENCIA (Episteme):


Conocimiento infaliblemente verdadero, universal y ne-cesario que concierne solamente a la auténtica realidad, inteligible e inmuta-ble —las Ideas— y que alcanza el conocimiento de la Idea del Bien. La ciencia es pues, como contemplación intelectual de las Ideas, el máximo grado de conocimiento, propio del método dialéctico, y se caracteriza por alcanzar la esencia y por poder dar cuenta de ella tanto a uno mismo como a los demás. 

CIUDAD, ESTADO (Polis):


Organización social soberana y autosuficiente, estructurada jurídicamente, que permite el desarrollo armónico de la vida de los seres humanos en comunidad gracias a la ley. El espacio físico en el que se desarrolla esta convivencia incluye normalmente un núcleo urbano y un territorio más o menos amplio que le proporciona un grado suficiente de autonomía, el campo o chora. La pólis está formada por el conjunto de. Los ciudadanos (politai) regidos por una constitución común (politeia), que consiste en un conjunto de leyes que regulan los derechos, deberes e inte-reses comunes de los ciudadanos. Es frecuente, para recoger toda la riqueza de su significado, traducir »país» como «ciudad-estado». En la traducción usada en nuestro texto, sin embargo, se vuelca casi siempre como •ciudad• y algunas veces como •estado». 

CREENCIA (Pístis):


Grado de conocimiento, propio de la física, que se co-rresponde con la certeza sensible y que se basa en la percepción directa de las cosas tal y como las captan los sentidos. La creencia es, pues, un grado de conocimiento superior a la imaginación, que no trata sino con imá-genes de las cosas sensibles. Ambas son conocimiento de lo sensible y, por tanto, dos grados de la opinión. 

DIALÉCTICA (Dialektiké):


Método para aprehender, de manera sistemática, la auténtica realidad —las Ideas— a través de la argumentación y el diálogo, y sin desistir en su progreso hasta alcanzar, con el solo auxilio de la inte-ligencia, sin intervención de los sentidos y sin aceptar ningún supuesto, el principio mismo: la Idea del Bien. Quien la domina ha de ser capaz de dar cuenta de la esencia misma de cada cosa tanto a sí mismo como a los demás. La dialéctica es para Platón la disciplina más elevada. Con ella se alcanza el máximo grado de conocimiento, la ciencia. La dialéctica, que ha de practicarse tras la preparación previa de las ciencias propedéuticas, constituye la última fase de la educación filosófica de quienes han de go-bernar la pólis. 

EDUCACIÓN (Paideia):


Proceso integral de formación del ciudadano que debe llevarlo desde la ignorancia al conocimiento y que incluye, en sentí-do amplio, su formación física, intelectual y moral. Platón nos presenta la educación del futuro gobernante como una tarea difícil y gradual que éste ha de llevar a cabo bajo la supervisión del estado. En este proceso se irá seleccionando a los hombres y mujeres más capacitados a través de las dife-rentes etapas de una larga ascensión que debe culminar, a los 50 años, con la contemplación de la Idea del Bien. 

GOBERNANTES (Arkhontes):


Ciudadanos que dirigen el estado. En el modelo de pólis que propone Platón los gobernantes son los hombres y mujeres que, tras un largo proceso educativo, deben asumir, por turnos, la tarea de dirigir la ciudad con la Idea del Bien como criterio y como modelo, y asumiendo esta tarea no tanto por honrosa como por ineludible. Para atender adecuadamente al bien común, los gobernantes deben ser filósofos y vivir comunitariamente, sin familia ni bienes propios. Forman, para Platón, el principal estamento de la pólis, que se completa con los guerreros y los productores. 

IMAGINACIÓN (Eikasía):


Grado más bajo de conocimiento, propio de la poesía o el mito, cuyo objeto son las imágenes de las cosas sensibles. Se trata de un grado de conocimiento inferior a la creencia, formando con ella los dos grados de la opinión. La imaginación es el grado de conocimiento que se corresponde con la situación de los prisioneros mientras permanecen atados en el fondo de la caverna. 

INTELIGENCIA (Nous, nóesis):



Facultad humana que capta directamente las esencias inmutables que constituyen la auténtica realidad. Frente a la apa-riencia, en la que se queda la opinión, la inteligencia alcanza la verdad. La ciencia y el pensamiento discursivo son los dos grados de conocimiento pro-píos de la inteligencia. La inteligencia (nous) es para Platón la parte inmortal del alma humana, el alma racional. 

JUSTICIA (Dikaiosyne):


Virtud consistente en la disposición jerárquica, orde-nada y armoniosa de las tres partes del alma en el ser humano y de los tres tipos de ciudadanos en la país. La justicia es la virtud de un conjunto es-tructurado y consiste en la armónía que se alcanza cuando cada una de sus partes hace adecuadamente lo que le corresponde. Así, podemos hablar de un ser humano justo cuando el alma racional es prudente, el alma irascible fuerte y el alma concupiscible templada. Del mismo modo, un estado será justo cuando los gobernantes, los guerreros y los productores sean respecti-vamente sabios, valientes y moderados. 

MUNDO INTELIGIBLE (Kósmos noetós), ESENCIA (Ousía), SER (Té on), IDEA (Eidos):


Realidad subsistente, independiente de las cosas sensibles, inmate-rial, inmutable y eterna, que se capta con la inteligencia. Eidos se traduce. Habitualmente como Forma o Idea y designa la auténtica realidad, el ser (tb on), la esencia (aula), frente a las cosas sensibles que son meras apariencias a las que las Ideas sirven de modelo. Las Ideas son el objeto de la ciencia y tienen las siguientes carácterísticas: son únicas —frente a la multiplicidad de lo sensible—, perfectas, eternamente inmutables y sólo inteligibles. Las Ideas o esencias componen, en su conjunto, el mundo inteligible. Estas realidades, que son el auténtico ser, tienen un carácter trascendente en tanto que son independientes tanto del sujeto que piensa en ellas (pues no son meros con-tenidos mentales) como de los objetos de los que son su esencia (las cosas sensibles que las imitan). 

MUNDO SENSIBLE (Kósmos horatós, kósmos aisthetás), GENERACIÓN (Gé-nesis):


Realidad múltiple, cambiante e imperfecta que es el objeto de la percepción sensible. Las cosas sensibles participan o imitan a las Ideas, que son los modelos a los que lo sensible debe lo que tiene de ser. Esta plura-lidad cambiante conforma así un mundo aparente —el mundo sensible—, a cuyo conocimiento se limita la opinión y que no puede ser trascendido sin la mediación de la inteligencia. Su grado de realidad es, por lo tanto, inferior al del mundo inteligible, que le sirve de modelo y constituye la auténtica realidad. 

OPINIÓN (Dóxa):


Conocimiento sensible que tiene como objeto el cons-tante devenir propio del mundo físico. Frente a la realidad auténtica de las esencias inteligibles y eternas, captadas por la inteligencia, la opinión no alcanza sino el conocimiento imperfecto de la realidad aparente y cambian-te del mundo sensible. La creencia y la imaginación son los dos grados de conocimiento carácterísticos de la opinión. 

PENSAMIENTO DISCURSIVO (Diánota):


Grado de conocimiento, propio de las ciencias propedéuticas, que es superior a la opinión (en cuanto que tie-ne como objeto realidades inteligibles), pero inferior a la ciencia (en cuanto que parte de supuestos que no puede justificar). El pensamiento discursivo permite el progreso riguroso desde las premisas hasta la conclusión que se deriva necesariamente de aquéllas, pero no justifica la verdad de las premi-sas. Se vale de hipótesis, dejando éstas intactas por no poder dar cuenta de ellas (533c). 

PRUDENCIA (Phrónesis):


Virtud propia del alma racional que se basa en el conocimiento de la verdad y de la Idea del Bien. Consiste en la sabiduría que permite gobernar adecuadamente tanto la propia vida como la ciudad. Al igual que el piloto en un navío o el auriga del carro alado deben conocer a dónde ir y el mejor camino para llegar a su destino, la prudencia es la virtud de quien sabe qué es en cada caso lo más conveniente para orientar hacia el Bien su propia vida y el rumbo de la ciudad.

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