una verdad evidente, clara e indudable. Para eso somete todo a duda, tanto sentidos como razón, pues la verdad supera la duda. Tampoco acepta nada de lo que no esté totalmente
seguro. La “duda metódica cartesiana” es radical, hiperbólica, sistemática y universal, pero noescéptica. Descartes no duda para rechazar, sino para comprobar la validez de las fuentes de conocimiento. En primer lugar, duda de los sentidos, pues a veces nos engañan, y puestos a dudar en extremo, nos podrían engañar siempre. Descartes continua el pensamiento de Parménides y Platón, que también hablaban de “apariencias”. Además, a veces vivimos sueños tan reales que parecen verdaderos, pero quizás, realmente toda nuestra vida podría ser un sueño. Por último, duda del saber matemático, pues podría existir una mente superior (“genio maligno”) que nos lleve voluntariamente al engaño. A pesar de parecer que no queda ninguna verdad posible, Descartes encuentra la primera verdad indudable: pienso, luego existo (cogito, ergo sum-texto 3). Como está dudando, está pensando, y por lo tanto existe. Es decir, para dudar hay que existir como realidad mental. Descartes encuentra así el axioma y tiene la certeza de que existe, pero esa seguridad se refiere a la existencia del alma, no del cuerpo, que de nuevo pueden ser imaginaciones de los sentidos. Surge así el dualismo cartesiano, similar al dualismo antropológico platónico. Descartes presenta la mente que piensa y el cuerpo como dos sustancias distintas, entendiendo por sustancia aquello que no necesita de otra cosa para existir. Así, denominó a la mente “res cogitans” (cosa que piensa) o sustancia pensante, y al cuerpo “res extensa” o sustancia extensa, pues la extensión es una carácterística principal de la materia. El solipsismo es este momento del método, en el que, tras encontrar un axioma verdadero, resulta improductivo, pues no permite deducir ninguna otra verdad, tratándose de un círculo vicioso. Así, Descartes se ve obligado a examinar su propia mente, que es lo único demostrado hasta entonces, y encuentra 3 tipos de ideas o contenidos mentales, distintas de las Ideas Platónicas: 1. Ideas adventicias: ideas bajo duda que parecen proceder del mundo exterior. Ej: “silla” 2. Ideas fácticas: ideas bajo duda construidas por la mente a a partir de las ideas adventicias. Ej: Caballo+cuerno= “unicornio” 3. Ideas innatas: son la base del Racionalismo y no parecen proceder de la experiencia ni ser construidas a partir de ella. Ej: conceptos matemáticos. Las ideas innatas marcan la diferencia entre Racionalismo y Empirismo, pues el primero sostiene que nacen con la mente, sin necesidad de experiencia, y que el SH nace con conocimiento que se desarrolla al madurar. Descartes sigue avanzando y, entre las ideas innatas, encuentra la idea de sustancia, con tres tipos: 1. Sustancia pensante/res cogitans: yo, única realidad indudable hasta entonces. 2. Sustancia extensa/res extensa: cuerpo y el resto de materia (mundo exterior) 3. Sustancia infinita/res infinita: Dios creador Pero esto no significa que los tres tipos de sustancia existan en el exterior. De hecho, la única existencia innegable es la de la sustancia pensante. Así, volvemos a la misma situación de solipsismo: la sustancia pensante no permite demostrar que las otras ideas también tengan esa correspondencia. Sólo demostrando la existencia de Dios se admite la existencia del resto del mundo, pues un Dios perfecto y bondadoso garantizaría el conocimiento y eliminaría la hipótesis del genio maligno. Para ello, Descartes utiliza los argumentos escolásticos que inicialmente rechazaba: el argumento causal (la causa de algo siempre tiene que tener más realidad que el efecto-texto 4) y ontológico (incluso quien niega la existencia de Dios entiende que con esta palabra nos referimos al ser más perfecto). Se cierra así el método, afirmando la existencia del yo, del mundo y de Dios. Pero el método cartesiano supone dos contradicciones. Por una parte, comienza rechazando la escolástica para validar la razón, pero acaba recurriendo a ella, pues su método depende de la existencia de Dios. Prefiere contradecirse antes de dar por inválido su método, ya que implicaría admitir que la razón no puede funcionar por sí misma. Por otra parte, se le acusó de círculo vicioso, al necesitar la evidencia de las ideas para demostrar la existencia de Dios, así como la existencia de Dios para demostrar la evidencia de las ideas. Ante esto, Descartes afirma que la evidencia inmediata (intuitiva) es suficiente por sí misma, pero la veracidad divina es necesaria para la fidelidad de los razonamientos. Pero el problema sigue sin solución. Las contradicciones cartesianas fomentaron la reacción empirista, exagerando el papel de la experiencia igual que los racionalistas lo hicieron con la razón. Solo será Kant quien consiga el equilibrio. Por otra parte, el papel de Dios en la filosofía cartesiana es gnoseológico y no ontológico. Es decir, la intención no es demostrar su existencia, sino que es el único recurso para validar su método. A pesar de la invalidez de su método, la intención de Descartes por demostrar la autonomía dela razón lo convierte en el padre de la Modernidad. Además, el pensamiento cartesiano es unpaso necesario para lograr esa autonomía en un futuro.
seguro. La “duda metódica cartesiana” es radical, hiperbólica, sistemática y universal, pero noescéptica. Descartes no duda para rechazar, sino para comprobar la validez de las fuentes de conocimiento. En primer lugar, duda de los sentidos, pues a veces nos engañan, y puestos a dudar en extremo, nos podrían engañar siempre. Descartes continua el pensamiento de Parménides y Platón, que también hablaban de “apariencias”. Además, a veces vivimos sueños tan reales que parecen verdaderos, pero quizás, realmente toda nuestra vida podría ser un sueño. Por último, duda del saber matemático, pues podría existir una mente superior (“genio maligno”) que nos lleve voluntariamente al engaño. A pesar de parecer que no queda ninguna verdad posible, Descartes encuentra la primera verdad indudable: pienso, luego existo (cogito, ergo sum-texto 3). Como está dudando, está pensando, y por lo tanto existe. Es decir, para dudar hay que existir como realidad mental. Descartes encuentra así el axioma y tiene la certeza de que existe, pero esa seguridad se refiere a la existencia del alma, no del cuerpo, que de nuevo pueden ser imaginaciones de los sentidos. Surge así el dualismo cartesiano, similar al dualismo antropológico platónico. Descartes presenta la mente que piensa y el cuerpo como dos sustancias distintas, entendiendo por sustancia aquello que no necesita de otra cosa para existir. Así, denominó a la mente “res cogitans” (cosa que piensa) o sustancia pensante, y al cuerpo “res extensa” o sustancia extensa, pues la extensión es una carácterística principal de la materia. El solipsismo es este momento del método, en el que, tras encontrar un axioma verdadero, resulta improductivo, pues no permite deducir ninguna otra verdad, tratándose de un círculo vicioso. Así, Descartes se ve obligado a examinar su propia mente, que es lo único demostrado hasta entonces, y encuentra 3 tipos de ideas o contenidos mentales, distintas de las Ideas Platónicas: 1. Ideas adventicias: ideas bajo duda que parecen proceder del mundo exterior. Ej: “silla” 2. Ideas fácticas: ideas bajo duda construidas por la mente a a partir de las ideas adventicias. Ej: Caballo+cuerno= “unicornio” 3. Ideas innatas: son la base del Racionalismo y no parecen proceder de la experiencia ni ser construidas a partir de ella. Ej: conceptos matemáticos. Las ideas innatas marcan la diferencia entre Racionalismo y Empirismo, pues el primero sostiene que nacen con la mente, sin necesidad de experiencia, y que el SH nace con conocimiento que se desarrolla al madurar. Descartes sigue avanzando y, entre las ideas innatas, encuentra la idea de sustancia, con tres tipos: 1. Sustancia pensante/res cogitans: yo, única realidad indudable hasta entonces. 2. Sustancia extensa/res extensa: cuerpo y el resto de materia (mundo exterior) 3. Sustancia infinita/res infinita: Dios creador Pero esto no significa que los tres tipos de sustancia existan en el exterior. De hecho, la única existencia innegable es la de la sustancia pensante. Así, volvemos a la misma situación de solipsismo: la sustancia pensante no permite demostrar que las otras ideas también tengan esa correspondencia. Sólo demostrando la existencia de Dios se admite la existencia del resto del mundo, pues un Dios perfecto y bondadoso garantizaría el conocimiento y eliminaría la hipótesis del genio maligno. Para ello, Descartes utiliza los argumentos escolásticos que inicialmente rechazaba: el argumento causal (la causa de algo siempre tiene que tener más realidad que el efecto-texto 4) y ontológico (incluso quien niega la existencia de Dios entiende que con esta palabra nos referimos al ser más perfecto). Se cierra así el método, afirmando la existencia del yo, del mundo y de Dios. Pero el método cartesiano supone dos contradicciones. Por una parte, comienza rechazando la escolástica para validar la razón, pero acaba recurriendo a ella, pues su método depende de la existencia de Dios. Prefiere contradecirse antes de dar por inválido su método, ya que implicaría admitir que la razón no puede funcionar por sí misma. Por otra parte, se le acusó de círculo vicioso, al necesitar la evidencia de las ideas para demostrar la existencia de Dios, así como la existencia de Dios para demostrar la evidencia de las ideas. Ante esto, Descartes afirma que la evidencia inmediata (intuitiva) es suficiente por sí misma, pero la veracidad divina es necesaria para la fidelidad de los razonamientos. Pero el problema sigue sin solución. Las contradicciones cartesianas fomentaron la reacción empirista, exagerando el papel de la experiencia igual que los racionalistas lo hicieron con la razón. Solo será Kant quien consiga el equilibrio. Por otra parte, el papel de Dios en la filosofía cartesiana es gnoseológico y no ontológico. Es decir, la intención no es demostrar su existencia, sino que es el único recurso para validar su método. A pesar de la invalidez de su método, la intención de Descartes por demostrar la autonomía dela razón lo convierte en el padre de la Modernidad. Además, el pensamiento cartesiano es unpaso necesario para lograr esa autonomía en un futuro.