Contexto filosófico-cultural.
El pensamiento de Platón se enmarca dentro de un siglo muy agitado en Grecia, pero también de un gran esplendor económico, político y cultural, especialmente en Atenas, su ciudad natal.
En el siglo V a.C Atenas se convirtió en el foco cultural del mundo griego. En este siglo representaron sus obras los poetas trágicos, Esquilo, Sófocles y Eurípides y los autores de comedia como Aristófanes. Se levantó y embellecíó la Acrópolis, en la que destaca el Partenón, decorado por Fidias, y la escultura diseñó el canon del ser humano con Policleto y Praxíteles.
En el pensamiento platónico es posible localizar influencias muy variadas, proporcionadas por su entorno filosófico inmediato: presocráticos, sofistas y Sócrates.
Los sofistas del siglo V a.C. Contribuyeron a desviar la atención desde la naturaleza a la vida práctica y humana. Eran relativistas, no creían en la posibilidad de un conocimiento sobre realidades absolutas. El escepticismo florecíó en la 2a mitad del siglo V a.C. En oposición a este escepticismo Platón insistía en la posibilidad del conocimiento y en la existencia de valores absolutos. Para ello hubo de establecer la existencia de realidades objetivas y universalmente válidas: las Ideas.
Platón aceptó de su maestro Sócrates la posibilidad de definiciones universales frente al relativismo de los sofistas. Por otra parte Platón es partidario de la tesis del intelectualismo moral socrático que identifica el conocimiento con la virtud y con la felicidad.
Respecto a los presocráticos, es probable que Platón derivase su inspiración de Parménides, cuya concepción de lo Uno debíó conducirle a la noción de entidad abstracta, y al dualismo que separa lo físico de lo racional, considerando que la verdadera realidad corresponde a lo racional, siendo el mundo físico que se capta por los sentidos un engaño sólo creíble para los ignorantes (morada-prisión de la caverna platónica)
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También Heráclito influyó en el pensamiento platónico. Platón estaría de acuerdo con Heráclito en que existe un tipo de realidad sometida a un continuo cambio. Estas cosas son percibidas por los sentidos. Frente al mundo de Heráclito sometido a constante cambio Platón añade que existe un segundo tipo de realidad que «se presenta siempre del mismo modo y en idéntico estado», y que, por tanto, no estaría sometida al cambio. Este mundo de Ideas es captado por la «reflexión de la inteligencia».
También los pitagóricos ejercieron una gran influencia sobre Platón. De ellos asumirá la importancia de las matemáticas. Además, la concepción del alma platónica tiene clara influencia pitagórica: dualismo antropológico (cuerpo–
Alma), reencarnación e inmortalidad del alma.
Aristóteles fue un discípulo de Platón que rechazó importantes elementos de la filosofía de su maestro. Lo fundamental es que rechazó la teoría de las ideas subsistentes, núcleo de la filosofía de Platón. Las diferencias entre Platón y Aristóteles no sólo son teóricas, sino también de talante y estilo.
La ontología platónica es dualista. Por un lado está el mundo físico cambiante, plural, corruptible, limitado… Y por otra el mundo de las Ideas, que constituye la auténtica realidad, eterno, inmutable, inengendrado… Platón centra toda su filosofía en la primacía del mundo de las Ideas. Las cosas físicas reciben su ser de su participación de las Ideas a las que imitan.
Para Aristóteles las ideas no existen en sí. Las ideas o formas son para Aristóteles lo que tienen en común todos los seres que caen bajo una definición; las cualidades específicas de las cosas, su esencia, pero nunca se trata de ideas que están colocadas fuera de la naturaleza. Por lo que la forma es inseparable del individuo concreto del mismo modo a como el cuerpo es inseparable del alma. Según el hilemorfismo aristotélico todos los seres naturales se componen de materia y forma. La forma es la esencia, pero es intrínseca al ser natural y no extrínseca como las formas platónicas. En la Física aristotélica, ninguna esencia de los seres naturales puede separarse del compuesto hilemórfico que le une a la materia. Ese es su estado natural.
A pesar de que las formas aristotélicas sean inherentes a los seres naturales y no trascendentes, la influencia de las ideas platónicas en las formas aristotélicas es clara. Aristóteles otorga prioridad a las formas (esencias internas a las sustancias) sobre la materia, del mismo modo que lo hizo su maestro Platón. Para los dos la forma es la esencia
La antropología platónica es también dualista. Por una parte está el alma, afín a las ideas, que es el pensamiento racional a partir del cual es posible acceder al mundo de las ideas. El alma se siente impulsada por su propia naturaleza a retornar a su lugar original que es el mundo de las Ideas y por otra está el cuerpo que pertenece al mundo de los seres físicos. El cuerpo es una cárcel para el alma y la tarea propia del alma mientras permanece unida al cuerpo es la de purificarse de las impurezas del cuerpo, de sus exigencias y necesidades, prepararse para la contemplación de las ideas. El alma ha de oponerse al cuerpo y a sus demandas, en eso consiste la auténtica sabiduría.
Aristóteles concibe al alma fundamentalmente como principio vital. Es la forma del cuerpo. La uníón de cuerpo y alma es una uníón natural y esencial, ya que el alma (forma) y el cuerpo (materia) constituyen juntos una única sustancia: el viviente. Esta concepción hilemórfica le lleva a la negación de la inmortalidad del alma individual. El alma no puede ser subsistente en sí misma. La sustancia es el compuesto de alma y cuerpo y el alma designa sólo el aspecto formal de este compuesto. Así, el alma no trasciende al cuerpo, no hay alma sin cuerpo.
2- Este fragmento pertenece al libro VII de la República de Platón, en concreto al famoso mito de la caverna, y dentro de él, a la sección en la cual…
La ontología platónica es dualista, separa el mundo sensible del mundo de las ideas. En el mundo sensible encontramos aquello que es posible captar a través de los sentidos y que cambia constantemente, la materia. En el mundo de las ideas encontramos entidades inmortales, inmateriales e independientes del mundo físico. Para Platón la verdadera realidad se encuentra en el mundo de las ideas. Las ideas siguen una jerarquía, cuya cúspide está ocupada por la del bien, seguida por la justicia y la belleza. A continuación encontramos los entes abstractos y los objetos matemáticos concluyendo con los cuerpos sensibles en la base. La epistemología platónica es dualista. Por un lado encontramos la daka (opinión) y por otro la episteme (ciencia) coma la daka se divide en imaginación y creencia. La episteme en la entre paréntesis conocimiento discursivo en el mito de la caverna las sombras era la imaginación los objetos con lo que hacen sombra las creencias el prisionero al salir al exterior y ver el agua árboles etcétera serie el conocimiento discursivo y el sol el intuitivo.
3- La antropología platónica es dualista: divide al ser humano en cuerpo y alma, considera el cuerpo como cárcel del alma el cuerpo es material, mortal y compatibles mientras que el alma es inmortal y eterna y pertenece al mundo de las ideas. El cuerpo impide que el alma se desarrolle en su plenitud hay tres tipos de alma: la racional, la irascible y la no sé lo que pone ahí.
Los seres humanos no aprendemos sino que recordamos el mundo de las ideas en un proceso llamado reminiscencia. La política de Platón gira en torno a dos principios fundamentales: la correlación estructural entre el alma y el estado, el cual posee la misma estructura que el alma.
5- La utopía platónica del Estado ideal introducen principios valiosos que no se han perdido en la actualidad gobierno de la razón preocupación por lo publico importancia de la educación etcétera pero encontramos aspectos negativos de este sistema si todo se controla desde el poder parece que anulamos la libertad y la sometemos a los directores de los gobernantes que lo controlarían todo