Lacan y Descartes

no3.-En el concepto de ideas y sus tipos de Descartes, éste llega a la conclusión de que las ideas innatas son las que el Racionalismo considera objeto para construir conocimiento.

Entre estas ideas innatas descubre la idea de perfección infinito de que indentifica con la idea de Dios, para demostrar que la idea de Dios es innata, desecha que sea alimenticias y que sean facticias, pues no podemos percibir la idea de Dios mediante los sentidos ni tampoco podemos tener experiencia del infinito, por tanto la idea de Dios es una idea innata. Esto habilita el proceso deductivo que abrirá la existencia del mundo y la aceptación de la veracidad de los sentidos.

Pero ahora se hace necesario demostrar la existencia de Dios a partir de la idea innata de este. Para ello Descartes emplea tres argumentos con el fin de demostrar la existencia de Dios;
argumento de la casualidad de la idea de ser infinito, el argumento de Dios como causa de mi ser y el argumento ontológico.

El mundo de operar de este sigue un esquema muy simple; primero soy una sustancia pensante, como soy sustancia pensante pienso ideas y entre estas mismas ideas se encuentra la idea de perfección. La demostración de la existencia de Dios gira sobre esta idea y presenta tres pruebas para ello.

En primer lugar se presenta el argumento de causalidad de la idea de ser infinito, dicho argumento se basa en dos apoyos.

Por una parte está la teoría de la realidad objetiva de las ideas, es decir, la aceptación de que la realidad objetiva de una idea es su contenido objetivo o representativo, la imagen que representa. Por otra parte, está la aceptación de que”de la nada, nada viene”, ha quedado ya que todo tiene una causa y una consecuencia, y no puede haber más realidad es la consecuencia, en efecto, que en la causa. La idea, como representación representación de una cosa o como realidad objetiva ha de tener una causa real que sea proporcional a la idea, lo cual significa que la idea de ser infinito no puede haber sido causada por mí, que soy finito, sólo pretende haberlo sido por un ser infinito.

En segundo lugar presenta el argumento de Dios como causa de mi ser, este argumento es una continuación del anterior y vas a su fuerza en la misma teoría de la realidad objetiva de las ideas y en la idea de que no puede haber más realidad en el efecto que la causa.

Esto viene a decir que en mi mente a ti una idea de perfección infinita, si soy fuese la causa de la realidad objetiva de la idea de perfección, entonces mi realidad Formal o en acto debería ser proporcional en esa idea, en tal caso, podría darme a mí misma a la perfección que quiero y no tengo. Pero, sí puse la idea de perfección pero no la puse la perfección que pudiera ser su causa, entonces, yo no puedo ser la causa de esa idea ni de mi propio ser.

De este se desprende que la causa de mi idea de perfección es alguien tan perfecto como la idea de perfección que yo poseo, y que la puesto en mí, por tanto, este ser no puede ser más que Dios.

El último argumento que se expone es el argumento ontológico, fue formulado por primera vez por San Anselmo de Canterbury en el Siglo XI, pretende ser una demostración de la existencia de Dios, partiendo de la idea de Dios.

Fórmula que todos los seres humanos tienen una idea de Dios entiende un ser tal que es imposible entender un ser mayor que el ahora, un ser debe existir no solo en mi pensamiento sino también en la realidad.

En caso contrario, podríamos pensar un ser mayor que, es decir que poseemos la perfección de la existencia y esto daría lugar a una contradicción. Este mismo argumento fue criticado por el monje Gorrión pues según este hay una separación entre pensamiento y orden y por tanto tener algo en el pensamiento no explica su existencia.

En el caso de Descartes, recurre al argumento ontológico porque hasta ahora solo tiene la seguridad de la existencia del yo pensante y de las ideas y sus tipos. Utilizar cualquier otro elemento sería traicionar su propio método, por ello resiste el argumento de San Anselmo con elementos matemáticos: 

Demostrando la existencia de Dios y reconocido su naturaleza como la suma de todos las perfecciones, puede afirmarse ya su bondad y  veracidad. Y rechazar la hipótesis del genio maligno, pues engaña no es signo de perfección.

En la primera regla del método afirmaba que las ideas claras y distintas son verdaderas y no hay posibilidades de duda, pero ¿ porque una idea clara y distinta no es verdadera ?Según Descartes, Dios es el autor de todo lo que está en nosotros, su creador y, por tanto, la garantía de su verdad.

Las ideas innatas son creaciones divinas y están en nosotros porque Dios las puso ahí, y si se nos presentan como claras y distintas, entonces son verdaderas.

Básicamente su verdad es su fundamento en que viene de Dios, que no puede engañarnos porque su naturaleza no la permite. Por lo que Dios es infinito, inmutable, es conocimiento y poder absoluto .

Para resumir, es perfecto y la perfección implica corrección, implica verdad e implica bondad, dado esto, de la perfección no es se puede derivar el error por tanto la causa del error somos siempre nosotros, que tenemos lo confuso por claro y distinto. Gracias a ello concluimos que la primera regla del método y su criterio de verdad son válidos para la existencia de Dios, es decir, de esta manera Descartes demuestra o intenta demostrar la existencia de Dios a base de estos puntos.


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