Actitudes filosóficas ante la verdad
¿Somos capaces de alcanzar la verdad?
El dogmatismo cree que es posible conocer la verdad con total seguridad. Un dogma es un principio indudable, firme y cierto sobre el que se puede construir el conocimiento. Un ejemplo de filósofo dogmático en este sentido es Descartes.
El escepticismo niega la posibilidad de conocer la verdad. También reconocen las inevitables limitaciones del conocimiento del ser humano. De este modo, no podemos saber si la realidad es igual a nuestra representación. Al no existir ninguna manera de alcanzar la verdad absoluta, lo más prudente es adoptar una actitud tolerante y abierta ante las ideas ajenas. Ejemplos de filósofos escépticos son Georgias y Hume. El escepticismo considera que la mejor actitud ante el conocimiento es la duda. Lo más recomendable es limitarnos a ofrecer nuestra propia versión, que puede estar equivocada, sin hacer afirmaciones rotundas, y así conservaremos la tranquilidad de espíritu.
El relativismo es la teoría según la cual no existe ninguna verdad universal y absoluta. No hay conocimiento objetivo. A menudo el relativismo suele estar ligado al escepticismo, pero son distintos. Se cree que lo que consideramos verdadero o falso es relativo, porque depende del punto de vista, así como del momento y del lugar en el que nos situamos. Según los relativistas, cada cual tiene su propia verdad, que es tan válida como la de cualquier otro. El conocimiento es una construcción que depende o bien del individuo (subjetivismo)
O de la sociedad (relativismo cultural). Protágoras, uno de los primeros relativistas, creía que las propiedades que atribuimos a las cosas no están en ellas mismas, sino que son producto de nuestra valoración. Por ejemplo, una misma bebida puede parecerle a unos amarga y a otros dulce, fría o caliente… Por eso Protágoras dice que el hombre es la medida de todas las cosas. Los relativistas suelen considerar que la interpretación de la verdad depende de la cultura, las costumbres, la educación, y las creencias generalmente aceptadas en un tiempo y un lugar determinado.
El subjetivismo afirma que lo que a una persona le parece verdadero o falso depende únicamente de factores individuales. Cada uno de nosotros tiene su propia verdad personal, por lo que resulta imposible encontrar verdades eternas y universales. Todo esto da lugar a una problemática moral que es: ¿podemos juzgar costumbres de otras culturas? Para muchos pensadores, el marco de lo que podemos aceptar moralmente está definido por el respeto a los derechos humanos.
El perspectivismo cree que la verdad sólo se puede captar desde un punto de vista determinado. Por eso la verdad presenta un aspecto variable según las personas, los momentos y los lugares. Sin embargo, eso no quiere decir que la verdad no exista, ni que cada uno tenga la suya. Pero sí hay distintos grados de verdad (verdades mayores y menores). El filósofo español José Ortega y Gasset defendía que sólo es posible captar la realidad desde nuestra peculiar circunstancia. Por tanto, el perspectivismo admite la suma de perspectivas y por ello admite el progreso del conocimiento.
El conocimiento en la filosofía moderna
En la Edad Media había un gran interés por la epistemología. Las razones de esto son el antropocentrismo renacentista y la revolución científica (S.XVII). Se preocupan por el origen, la validez y los límites del conocimiento humano. Surgen dos grandes corrientes epistemológicas: el Racionalismo (a partir de la razón) y el Empirismo (a partir de la experiencia).
Hume (S.XVIII). Empirismo
El Empirismo es una corriente filosófica que defiende que la única fuente de conocimiento válida es la experiencia, que es el origen y límite del conocimiento. Solo conocemos las impresiones mentales (representaciones mentales de las percepciones recibidas por los sentidos). Los filósofos empiristas confían en el método inductivo para construir el conocimiento.
Hume critica el principio de causalidad (todo ser o suceso es producto de una causa anterior de la que es efecto, por lo que siempre que se produzca la causa, necesariamente se dará el efecto). Hume dice que no tenemos impresiones de esa conexión necesaria entre causa y efecto.
Finalmente Hume defenderá el escepticismo, y su metafísica se reduce a un escepticismo moderado, aceptando como creencia útil la existencia de la realidad extramental.
Criterios de verdad
¿Cómo podemos distinguir lo verdadero de lo falso?¿Cuándo una afirmación es verdadera? En ciertas sociedades suele considerarse que la verdad se basa en el criterio de autoridad (basa la veracidad de una afirmación en el prestigio de quien la propuso). También se aceptan como verdaderas aquellas creencias que han perdurado por tradición a lo largo de los años y que siempre se han transmitido de generación en generación. En la historia del pensamiento se han propuesto diferentes procedimientos para determinar qué es verdadero y qué es falso: criterios de verdad (procedimiento que permite juzgar si una afirmación es verdadera o falsa):
El criterio de verdad como correspondencia sostiene que una afirmación es verdadera cuando lo que dice se corresponde con la realidad. Ej: “la nieve es blanca”.
El criterio de verdad como coherencia defiende que una afirmación es verdadera cuando no hay contradicción con otras afirmaciones dentro de un sistema. Ej: un político dice algo y en pasado dijo lo contrario. A pesar de que es una contradicción el sistema es el mismo: las afirmaciones políticas. El sistema no es coherente ya que una de las dos no es verdadera
El criterio de verdad como evidencia sostiene que una afirmación es verdadera cuando resulta absolutamente imposible dudar de ello. Ej: “El todo es mayor que cada una de sus partes”. Es evidente ya que no hace falta ir a la realidad para comprobarlo.
El criterio pragmático de la verdad defiende que una afirmación es verdadera si sus consecuencias son prácticas o útiles. Ej: una enfermedad con dos tratamientos. Con el primer tratamiento pasas 3 meses en el hospital, mientras que con el segundo pasas 6 meses en casa. Ambas, a pesar de sus ventajas y desventajas, tienen como solución la cura.
Según la teoría consensual de la verdad, una afirmación es verdadera si es producto de un acuerdo o convencíón. Ej: “esto es así porque lo dice la constitución española”. La constitución española es un acuerdo.