1. El derecho natural
Estas teorías, también llamadas iusnaturalistas, admiten la existencia de un ordenamiento jurídico que nace y se fundamenta en la naturaleza humana:
El derecho natural.
Los defensores del derecho natural piensan que este es superior al derecho positivo. Así, una ley que vaya en contra del derecho natural se considera injusta. Las carácterísticas más importantes de este derecho son:
• Es objetivo: al igual que las leyes de la naturaleza, las leyes de la naturaleza humana pretenden tener un carácter objetivo. • Es universal: se fundamenta en la naturaleza humana, que es común a todos los miembros de la especie. • Es intemporal: la naturaleza humana no varía en el tiempo. Una de la necesidades que tienen estas teorías es la de revisar el concepto de naturaleza humana, pues una concepción amplia del ser humano ha de tener en cuenta, además de su dimensión natural, su dimensión histórica y social. Otro problema que algunos se plantean es la dificultad de conocer las leyes naturales, pues no parece haber acuerdos entre los seres humanos, salvo en principios muy generales.
Sin embargo, desde el campo de la psicología moral actualmente se defiende la existencia de universales morales comunes a la especie y con base biológica. Aunque, en ocasiones, el derecho natural se ha utilizado como un instrumento al servicio del orden social establecido, justificando como naturales los intereses y valores dominantes, también ha tenido la función de subvertir ese orden. Bartolomé de las Casas y Francisco de Vitoria defendieron los derechos de los indios frente a los abusos de los conquistadores, argumentando que los indios, por tener naturaleza humana, tienen los mismos derechos que cualquier ser humano, no pueden ser considerados inferiores y tienen derecho a poseer tierras y bienes.
4. Definición y reglas de la democracia
De acuerdo con la tradición liberal-social moderna, democracia es el sistema político que se basa en la participación de los ciudadanos en el gobierno y en la organización de la sociedad según criterios de justicia, igualdad y libertad.
Sin pretensión de exhaustividad y, siguiendo al filósofo y politólogo italiano Norberto Bobbio, a continuación se presentan unas condiciones que se tienen que dar en una democracia, teniendo en cuenta que se trata de condiciones necesarias, es decir, que si no se dan estas condiciones, no cabe hablar de democracia, pero su cumplimiento no asegura la democracia. Estas son las condiciones:
•Todos los ciudadanos que hayan alcanzado la mayoría de edad, sin distinción de raza, de religión, de condición económica, de sexo, etc., deben gozar de los derechos políticos, es decir, entre otros, del derecho a expresar con el voto su propia opinión o a elegir a quien la exprese por él. • El voto de todos los ciudadanos debe tener el mismo peso. • Todos los ciudadanos que gozan de los derechos políticos deben ser libres de votar según su propia opinión, formada lo más independientemente posible, es decir, en una libre concurrencia entre grupos políticos organizados. • Deben ser libres también en el sentido de que han de ser puestos en condiciones de tener alternativas reales, es decir, de poder escoger entre diferentes opciones. • Tanto para las deliberaciones colectivas como para las elecciones de los representantes vale el principio de la mayoría numérica, si bien pueden establecerse diversas formas de mayoría (relativa, absoluta, cualificada) en determinadas circunstancias previamente establecidas. • Ninguna decisión tomada por la mayoría debe limitar los derechos de las minorías.
3. ¿Qué hace que una pregunta sea filosófica?
Los rasgos más destacados que caracterizan a las preguntas filosóficas son estos:
• Son radicales. Cuestionan las cosas en su raíz, sin quedarse en las meras apariencias. • Cuestionan lo evidente, con una actitud de desconfianza ante lo obvio. También cuestionan y someten a crítica las opiniones dominantes en cada momento. • Buscan razones. Las respuestas a una pregunta filosófica han de ser razonables, por tanto, ser susceptibles de ser discutidas y criticadas en procesos de argumentación racional. • Son universales. No se restringen a campos o aspectos concretos de la realidad, como las preguntas de las ciencias. • Son abiertas. Una pregunta filosófica nunca puede contestarse de un modo definitivo. No hay límites en el cuestionamiento filosófico. • Buscan respuestas que se han de dar en procesos de diálogo, el cual es necesario para pensar mejor y problematizar nuestra experiencia. • Surgen de la necesidad que los seres humanos tenemos de dar sentido a nuestra experiencia. Pero el sentido ha de ser buscado y dado por cada uno de nosotros. No nos valen ni las preguntas ni las respuestas de los demás, si no las hacemos nuestras por medio de la reflexión personal.
4. ¿Que respuestas caben ante la pregunta sobre Dios?
¿existe Dios? Las respuestas se pueden clasificar del siguiente modo:
• Ateísmo. Niega categóricamente la existencia de Dios. Para Nietzsche, Dios representa la unidad, lo inmutable, el fundamento de lo que hay y del sentido de este mundo. Pero todo ello es lo opuesto a la vida, ya que esta es cambio, devenir, pasión, novedad. Desde la Ilustración existe también un ateísmo de raíz positivista (Hume) que considera la creencia religiosa como una respuesta al miedo a lo desconocido. Esta crítica llega hasta nuestros días con posturas como las de D. Dennett y R. Dawkins. • Agnosticismo. La razón humana no puede conocer lo que está más allá del ámbito de lo experimentable, y de Dios no podemos tener experiencia sensible. • Deísmo. El deísta admite que Dios es creador, pero rechaza que se haga presente en el mundo. • Fideísmo. La existencia de Dios se admite solo por la fe, ya que la razón es incapaz de llegar a descubrirla. Ockham piensa que la razón y la fe son dos tipos de conocimiento distintos que se basan, respectivamente, en la experiencia sensible y en la revelación de Dios. • Teísmo. Considera que la razón puede llegar a descubrir la existencia de Dios, que crea y mantiene en el ser lo creado, y se revela al ser humano, el cual puede responder mediante la fe. El teísta mantiene una relación personal con Dios que impregna toda su vida.
5. ¿Hay algo después de la muerte?
Las religiones suelen dar respuesta a esta pregunta. Suelen admitir la existencia de “trasmundos”, donde siguen existiendo, de algún modo, las personas que han muerto.
En la tradición cristiana se cree no solo en que hay vida eterna después de la muerte, sino en la resurrección de la carne, que ocurrirá en la segunda venida de Jesús, con la que la vida habrá vencido definitivamente a la muerte, y la libertad, a la esclavitud. Entonces se producirá la resurrección definitiva de toda la humanidad y de la creación entera.
Las respuestas filosóficas a la pregunta sobre qué hay después de la muerte son variadas: • Hay quienes consideran que la filosofía no puede decir nada sobre esta cuestión, ya que trasciende los límites de la razón humana. Sobre estas cuestiones, dicen, se pueden tener creencias, pero no existen razones para justificarlas. En la cultura egipcia se creía en una vida después de la muerte. • Por otro lado, hay filósofos que conciben que el ser humano es un ser material vivo, que una vez que muere deja de existir, como le ocurre al resto de los seres vivos. • Desde una visión panteísta, algunos filósofos admiten que, al morir, el individuo se disuelve en la universalidad, en el todo. • Los filósofos dualistas, como Platón y Descartes, piensan que el ser humano es un compuesto de una realidad material, el cuerpo, y una realidad inmaterial, el alma, que es inmortal. La existencia del alma permite a estos filósofos explicar cómo los seres humanos, a diferencia del resto de animales, tenemos capacidad de entender y de razonar, voluntad y libertad.