Fuentes del saber
El saber es el resultado de un conjunto de operaciones en virtud de las cuales nos hacemos con un ámbito de la realidad, tomamos conciencia del mismo, lo sistematizamos y damos razón de él ante otras personas. Conocer, en cambio, es la actividad que realizamos cuando nos hacemos con un objeto o con un estado de cosas, de modo que podemos compartir el resultado de dicha actividad con los demás. Los sentidos nos proporcionan la experiencia fundamental de las cosas en un contexto teórico que las hace inteligibles, porque no funcionan aislados, sino entremezclados con la razón: no percibimos, por ejemplo, un color, sino un objeto que tiene un color y que es igual o se parece a alguna otra cosa ya percibida.
El saber mítico
Los mitos fueron las primeras explicaciones de la realidad que se elaboraron en nuestra cultura y son narraciones maravillosas situadas fuera del tiempo histórico con personajes de carácter divino o heroico. Los mitos se caracterizan por dos rasgos:
- Tomados en su conjunto, constituyen una explicación total acerca del origen del universo, del hombre y de todos los problemas de la vida humana.
- Suponen una manera de pensar, que se plasma en que las fuerzas naturales son concebidas como personas y dioses, y en que los fenómenos naturales y la propia conducta humana dependen de la voluntad caprichosa de los dioses, aunque tanto los hombres como los dioses y los acontecimientos cósmicos aparecen en los mitos sujetos al destino.
Los mitos son relatos del género literario narrativo. No son leyendas, porque no relatan hechos fantásticos acaecidos a personajes de la historia o situados en un lugar real; y no son cuentos, porque tienen una pretensión de explicar la realidad que sobrepasa la intención pedagógica y de entretenimiento de los mismos.
Saber literario
La literatura procede del latín littera, que significa letra; por tanto, se refiere a la palabra escrita, pero, como hemos visto, la primera forma de lenguaje es el lenguaje oral, que goza como aquel de la posibilidad de expresar la belleza y, por tanto, de convertirse en arte. La definición más aceptada es la de María Moliner. Siguiendo a Aristóteles, primer pensador que reflexionó sobre el arte de la producción literaria en su obra Poética, las características son:
- Es una imitación (mímesis) de la realidad.
- No cuenta lo que sucede, sino lo que puede suceder (verosimilitud).
- Tiene que purgar al autor y al receptor de afecciones negativas o dolorosas (catarsis).
La literatura, pues, es el arte que crea o recrea situaciones fantásticas o vinculadas a algún ámbito de la realidad, produciendo en los lectores emociones diversas y goce estético. Se diferencia de la filosofía en que, mientras aquella nos presenta situaciones y personajes nacidos de la imaginación en el ámbito de lo posible y alternativo, la filosofía se apoya en la razón para ofrecer argumentos que expliquen las soluciones a los problemas que se plantea, elaborando un discurso sistemático.
Objetivos y objetos de la filosofía
Conocer con verdad la realidad, lo que ha convertido la realidad entera en su primer objeto; la mirada filosófica trata de elaborar una explicación de toda la realidad para descubrir su estructura y su sentido. A esta tarea se dedica la filosofía teórica de entender la diversidad del mundo, comprenderla mediante conceptos y teorías, y expresarla mediante el lenguaje. Por eso se ocupa de las normas de corrección del pensamiento; de la estructura de la realidad, del conocimiento de la misma y del mal que hay en ella frente a Dios.
Vivir una vida feliz, objetivo para el que es preciso saber elegir, ordenar adecuadamente los bienes y los fines que pretendemos, y realizar las acciones que nos llevan a ellos. De este objetivo se ocupa la filosofía práctica, que tiene por objeto las acciones libres del hombre en su vertiente individual y social.
Filosofía en su historia
Por periodos:
- Historia antigua: desde el primer filósofo del que tenemos noticia, Tales de Mileto, hasta la caída del Imperio romano. A este período pertenecen los filósofos presocráticos, los sofistas, Sócrates, Platón y Aristóteles.
- Historia de la filosofía medieval: siglos V al XV. Pertenecen Agustín de Hipona, san Anselmo y Averroes.
- Historia de la filosofía renacentista y moderna: siglos XV al XVIII. En este período sobresalen Maquiavelo, Descartes, Voltaire, Rousseau y Kant Hobbes.
- Historia de la filosofía contemporánea: siglo XIX hasta nuestros días. En este período surgen multitud de movimientos filosóficos, entre los que conviene destacar el idealismo alemán (Hegel) y la fenomenología (Husserl). En España, destacan pensadores como Ortega y Gasset.
Por temas:
- Período ontológico: desde el origen de la filosofía hasta la llegada del cristianismo a Occidente. El problema fundamental de los filósofos de este tiempo es la verdad de la naturaleza y del ser, tomado en toda su generalidad.
- Período ontoteológico: desde la llegada del cristianismo hasta el siglo XV, en el que la filosofía, sin abandonar su primer objeto, se ocupa ahora principalmente de Dios, como causa de todo cuanto existe.
- Período de la conciencia: desde el siglo XVIII hasta el siglo XIX, período en el que el centro prioritario de interés de la reflexión filosófica es el hacerse del hombre con la realidad.
- Giro lingüístico: siglo XX hasta nuestros días, en el que gran parte de la reflexión filosófica se centra en el lenguaje y en la importancia del mismo, no solo como herramienta para acercarnos a la realidad, sino como elemento organizador de ella en todos los ámbitos del saber.
- Giro práctico: siglo XX hasta nuestros días, en el que la reflexión filosófica se centra en la ética personal, en la ética de la vida social y política, y en las éticas aplicadas a los diferentes saberes y a los diversos ámbitos de la vida.
La ciencia en la antigüedad
La palabra ciencia procede de scientia, que significa saber. Para los griegos, la epistéme hace referencia al conocimiento verdadero de lo que realmente es o existe, y no de lo que las cosas parecen ser. Según Platón, la epistéme designa el conocimiento relacionado con el mundo inteligible, y el conocimiento relativo lo engloba en la opinión (dóxa); la ciencia es el conocimiento de la verdadera realidad, eterna e inmutable. Para Aristóteles, la epistéme es un tipo de conocimiento universal, necesario y enseñable, deducido de principios y distinto del conocimiento sensible, que es siempre un tipo de conocimiento de lo particular y contingente. Considera que la finalidad de la ciencia es la contemplación de la verdad.
La ciencia desde el Renacimiento hasta hoy: Francis Bacon puso de manifiesto una nueva concepción de la ciencia. El cometido de la ciencia no es contemplar la naturaleza ni la verdad que hay en ella, sino tratar de dominarla, de conocer las leyes que rigen los fenómenos naturales para utilizarlas en beneficio de la humanidad. Para conseguir este objetivo es fundamental eliminar los prejuicios que nos alejan de un conocimiento objetivo de la naturaleza, prejuicios, ídolos:
- Ídolos de la tribu: son los prejuicios comunes a la humanidad que nos llevan a interpretar erróneamente la naturaleza.
- Ídolos de la caverna: son los prejuicios particulares de cada ser humano derivados de su educación, sus convicciones y sus costumbres.
- Ídolos de la plaza pública: son los prejuicios que nacen del uso del lenguaje para comunicarnos, pues el significado de las palabras es a menudo impreciso.
- Ídolos del teatro: son los prejuicios que nos llevan a considerar verdaderas las afirmaciones de autoridades pasadas sin someterlas a análisis.
El método de las ciencias sociales
Las tres formas de concebir las ciencias sociales:
- La empírico-analítica, que pretende aplicar a la realidad social el mismo método de las ciencias naturales; su intención es explicar los fenómenos sociales mediante el conocimiento de las causas que los producen.
- La hermenéutica, que reconoce un estatuto propio a las ciencias sociales, diferenciadas de las naturales; su intención es comprender los fenómenos sociales alcanzando, no las causas, sino el sentido de los mismos. Algunos autores hablan de explicación comprensiva, porque a veces no es posible separar explicación y comprensión, sino que ambas interactúan.
- La crítico-racional, que añade a la explicación y a la comprensión la crítica, pues considera que toda investigación responde a un interés, y en el caso de las ciencias sociales tal interés es el liberador, pues no solo han de explicar y comprender los fenómenos sociales, sino también ayudar a orientarlos de modo que la vida de los seres humanos se encamine a la justicia y a la felicidad.
En cuanto a los métodos que usan los investigadores de las ciencias sociales, son de dos tipos:
- Cuantitativos: Estos métodos no consiguen la precisión, la seguridad, la generalidad ni la capacidad predictiva de las ciencias naturales, por muy diversas razones, los elementos no cuantificables de la personalidad de sus intereses, su grado de libertad…
- Cualitativos: En este caso no se pretende la generalización, sino la comprensión de hechos y situaciones concretos. Se suelen combinar con los métodos cuantitativos.
¿Qué es conocer?
Conocer es una actividad cuyo objetivo es aprehender un objeto o un estado de cosas. El sujeto es el protagonista de la acción de conocer, y el objeto es aquello sobre lo cual recae dicha acción. También podemos diferenciar entre la actividad de conocer y el resultado de tal actividad, que solemos denominar conocimiento. La actividad de conocer está ligada a la búsqueda de la verdad y, tanto si se alcanza como si no, tiene como pretensión conseguir resultados verdaderos.
Perspectiva filosófica del conocimiento
Objeto (objetivo): parte de la realidad que podemos captar mediante nuestras capacidades cognitivas.
Sujeto (subjetivo): aquel que realiza la acción de conocer, condicionado por sus capacidades y su entorno.
Conocimiento (gnoseológico o cognitivo): acción y efecto de la apropiación intelectual de un objeto por un sujeto.
Los grados del conocimiento:
- Opinión: es un estado de conocimiento en el que el sujeto considera algo como verdadero sin tener seguridad de que lo sea. Esto se comprende bien por dos razones: 1) Desde el punto de vista objetivo, porque la persona no encuentra pruebas suficientes para convencer a los demás. 2) Desde el punto de vista subjetivo, porque no se atreve a afirmar que está seguro de lo que dice.
- Creencia: consiste en que alguien está convencido de que lo que piensa es verdad, pero no puede aducir una justificación aceptable para todos. La seguridad es solo subjetiva.
- Saber: en sentido estricto es una opinión fundamentada, tanto subjetiva como objetivamente. Es decir, quien afirma está subjetivamente convencido de aquello que sabe y, además, tiene razones objetivas. Saber algo es poder dar razón de ello ante los demás.