Concepto de racionalismo (tema 8 página 147)
La importancia de la razón en el origen del conocimiento, frente a los sentidos o la experiencia. Los sentidos suministran información, pero es confusa y es interpretada por la razón.
La existencia de ideas o verdades innatas, se activan cuando se produce una experiencia. La razón caracteriza al ser humano y tiene funciones como elaborar hipótesis, establecer pruebas, hacer derivaciones y reflexionar acerca de cualquier suceso. Está presente en toda la especie humana.
La razón es lo opuesto a la “autoridad”, a la imposición de creencias por la tradición o la opinión de una persona de gran prestigio. Está presente en el ser humano con tal herramienta racional, puede prevenir errores.
El modelo de conocimiento es el matemático. Para los racionalistas del siglo XVII, el modelo matemático supone claridad, certeza y verdad definitiva, y elimina cualquier factor subjetivo o prejuicio. Descartes concibió una ciencia universal como modelo.
La razón es el único instrumento para conocer la realidad.
El racionalismo es una corriente de pensamiento que se desarrolló en Europa continental durante el siglo XVII. Se considera que Descartes es el padre del racionalismo y de la filosofía moderna. Las características: afirmar la razón, dando menor importancia a los sentidos; aceptar la existencia de ideas innatas, y mantener la razón para conocer la realidad.
Reglas del método (tema 8 página 149)
Primera regla: evidencia, claridad y distinción. “No aceptar como verdadero lo que no se conozca como evidente. Para ello hay que evitar la precipitación y la prevención, hasta que el objeto se presente a mi intelecto claro y distinto, de tal modo que no quede ya ninguna duda.
Segunda regla: análisis. Consiste en dividir cada una de las dificultades en tantas partes como sea posible, para su resolución.
Tercera regla: orden y síntesis. Proceder ordenadamente, yendo de lo simple a lo complejo a través de la deducción.
Cuarta regla: enumerar y revisar. Aquí propone enumeraciones y revisiones tan generales que no acaben hasta tener seguridad de no haber omitido nada.
La duda metódica (tema 8 página 150)
Descartes convirtió la duda en la base del método. Dudar de algo implica suspender el juicio sobre ello por carecer de certeza y seguridad. Su duda es metódica: no permanecerá siempre en ella, sino solo hasta estar seguro para poder construir el conocimiento cierto y sólido.
Razones:
– Las experiencias procedentes de los sentidos no son seguras. No se puede confiar en ellos porque, a veces, nos engañan sobre la realidad.
– La dificultad de distinguir la vigilia del sueño. Hay cosas que no parece que pueda poner en duda. Ahora bien, podría estar soñando que me encuentro realizando tales acciones.
– La hipótesis del “genio maligno”. Sin embargo, hay otras cosas seguras. No puedo dudar, esté despierto o soñando, de que dos más tres son cinco y de que el cuadrado tiene cuatro lados.
Sé que soy, que existo, mientras pienso, pero ¿quién soy? o ¿qué soy? «Una cosa que piensa», dice Descartes, una mente y un pensamiento.
La primera certeza: “pienso, luego existo” (tema 8 página 150)
Descartes necesitaba encontrar una verdad de la que fuese imposible dudar, la de su propia existencia como sujeto que piensa. A pesar de todos los motivos para dudar, él existe, puesto que duda, y lo expresa diciendo “pienso, luego existo”. La actividad de pensar implica un sujeto pensante.
Descartes explica que si duda de algo es porque piensa, y en el acto de pensar va implícita la propia existencia. Esta primera certeza es una evidencia inmediata a la que se accede por intuición. Pienso luego existo es el primer principio de la filosofía cartesiana. Para Descartes, todo lo que se concibe con la misma claridad que esta proposición es verdadero. De este modo, se establece el criterio de certeza, a partir del cual se construyen el resto de conocimientos. Antes de Descartes, cualquier construcción filosófica tenía que atender a criterios como la tradición, las autoridades y la experiencia. Desde Descartes, el único criterio es el racional, apoyado en las estrategias del orden, la evidencia, el análisis, la síntesis y la enumeración.
El pensamiento: la esencia de lo humano
La primera verdad con la que se encontró directamente en su camino metafísico, su “pienso, luego existo”, fue la pareja de conceptos pensamiento-existencia.
– Lo primero que conoce el sujeto es el pensamiento y, posteriormente, la existencia. Existe en cuanto que pienso y mientras estoy pensando.
– Soy una cosa que piensa; soy una sustancia que existe y cuya esencia es el pensamiento. Pensar es conocer, afirmar, negar, querer, rechazar, imaginar y sentir.
Demostración de la existencia de Dios
La idea de que Dios es absolutamente perfecto e infinito no puede proceder del ser humano, que es finito e imperfecto, y esta es una idea de perfección. ¿No será, entonces, porque Dios existe realmente? “Bajo el nombre de Dios entiendo una sustancia infinita, eterna, inmutable, independiente, omnisciente, omnipotente, por la cual yo mismo y todas las demás cosas que existen han sido creadas y producidas”.
¿De dónde procede la idea de Dios? Según Descartes, solo Dios, al crearme, pudo ponerla en mí; por eso sé que dependo de algo diferente a mí, ya que, siendo yo incompleto e imperfecto, no podría tener por mí mismo la idea de perfección.
El cuerpo y el alma
Cuerpo y alma son realidades distintas con una naturaleza no coincidente: el cuerpo no puede pensar y el alma es la esencia del ser humano, que puede existir sin el cuerpo. Descartes expone una concepción dualista del ser humano: el alma como sustancia pensante y el cuerpo como sustancia extensa. El ser humano es una unión de ambas sustancias, que son independientes. Aunque la naturaleza de las dos sustancias requiera que estén separadas, el grado de integración de mi cuerpo con mi alma es tan estrecho que ambos forman una totalidad.
El imperativo hipotético y el imperativo categórico
– Condicionales o hipotéticos. Están condicionados por la búsqueda de determinados fines o propósitos, siendo estos el objetivo de la actuación, que en ellos se agota.
– Absolutos o categóricos. Son incondicionales y se formulan como máximas absolutas. Prescriben las acciones por sí mismas e inmediatamente.
Los tres períodos en la filosofía de Kant
– Período precrítico. Entre las obras más importantes del primer período se encuentran: Principios formales del mundo sensible y del inteligible, los sueños de un visionario esclarecidos mediante los sueños de la metafísica y el único argumento posible para demostrar la existencia de Dios.
– Período crítico. Desde la redacción de su disertación intuyó una especie de perspectiva revolucionaria que le haría replantear todos los temas de la filosofía para darles una orientación nueva y superar el dogmatismo y escepticismo derivados de los sistemas racionalistas y empiristas.
– Período poscrítico. Hay también un período poscrítico en el que trata de la religión, la moral, la historia y la educación. Kant es así un filósofo de la Ilustración, un sabio que pensó la realidad y trató de orientar la totalidad de sus problemas.
El Idealismo material, empírico o psicológico
– El idealismo problemático, que corresponde al racionalista Descartes. Este tiene una gran dificultad para pasar del yo al mundo externo, teniendo que recurrir a Dios. Es problemático porque el mundo exterior no se puede demostrar por experiencia inmediata, y tiene que recurrir a la mediación de Dios. El sujeto solamente cree que existe un mundo externo; se trata de una intuición interna. “El idealismo es la teoría que declara que la existencia de los objetos en el espacio fuera de nosotros es, o meramente dudosa e indemostrable, o falsa e imposible.
– El idealismo dogmático del empirista Berkeley. Para los empiristas, el espacio y todas las cosas que incluye son una simple imaginación.
El uso práctico de la razón
A continuación, se propone responder a la segunda: “¿Qué debo hacer?”. Con la razón pura no es posible llegar a Dios, a la libertad y a la inmortalidad, pues no puede ampliarse más sin errar en sus pretensiones de conocimientos trascendentales: Kant necesitó suprimir la razón especulativa o científica para emplear la razón práctica o moral, pues cuando habla de “fe” se refiere a la fe moral o racional, no a la revelada de las religiones positivas. La razón es única, pero tiene dos aplicaciones o usos: es teórica cuando se aplica al conocimiento de los objetos y es práctica cuando la empleamos para la acción moral. Se propone ahora trabajar en la indagación del deber ser. Consciente de que está elaborando un nuevo sistema de pensamiento, en el más riguroso sentido del término, comienza por establecer sus cimientos o fundamento.
Heteronomía de la moral (tema 12 página 224)
Kant analiza el principio supremo de la moralidad. Kant se propone fundamentar la moral, que llama también metafísica de las costumbres.
Para Kant, las vías equivocadas para fundamentar la moral la han basado en:
– La felicidad: eudemonismo de Aristóteles.
– El placer: hedonismo.
– La mayor felicidad posible: utilitarismo.
– La voluntad de Dios: mundo cristiano y medieval.
– La propia naturaleza humana racional: Tomás de Aquino.
– Los sentimientos como causas determinantes de mis decisiones: David Hume.
Estos intentos y otros parecidos coinciden en que el fundamento se encuentra siempre fuera de mi voluntad misma; por ello, no puede ser válido, ya que “los principios empíricos no son en modo alguno aptos para fundar sobre ellos leyes morales”.
Autonomía de la moral (tema 12 página 225)
Buena voluntad, la que es buena en sí misma, que en su actuación no busca alcanzar algún fin previamente propuesto, sino que actúa por deber. Es decir, una voluntad buena es la que hace lo que debe.
Un comerciante que cobra precios fijos y no abusivos a sus clientes, su acción es conforme al deber, no por deber.
El acto de conservar la vida no se hace solo por deber.
Un filántropo realiza acciones benéficas porque le produce un profundo placer ver la alegría de los demás. Tampoco actúa por deber.
El fundamento de la voluntad: la ley (tema 12 página 225)
Actuar por deber es hacerlo por puro respeto a la ley, que se traduce en máximas (principios subjetivos del querer) o normas. Entonces, buena voluntad es la que en su actuación está determinada solo por la ley. ¿Y cuál es esta? La ley es la que me lleva a actuar de tal modo que pueda querer que mi máxima se convierta en ley universal. Los seres humanos deben actuar por deber, solo los seres racionales actúan según leyes o principios.