Hume: crítica de las ideas de substancia y causalidad
Hume es un filósofo empirista inglés del s. XVIII. Pasó su carrera a medio camino entre Francia e Inglaterra. Durante su estancia en el colegio de la Fleché en Francia escribe su obra fundamental, el Tratado de la naturaleza humana, que fue un gran fracaso tanto para la crítica como para el autor. Esta obra negaba la metafísica y, por tanto, la existencia de Dios. Decide hacer un resumen de ella, la Investigación sobre el entendimiento humano. Por otro lado, Kant, tras su lectura del Tratado de la existencia humana, considera que Hume lo despierta de su “sueño dogmático”. Anteriormente era racionalista, pero a partir de ahí trata de conciliar racionalismo y empirismo. De ahí su frase: “Ni dogmatismo, ni empirismo: idealismo trascendental”. Además de su admiración por Hume, también sentía una gran admiración por Newton. De hecho, el propio Hume tenía a Newton en tal estima que deseaba convertirse en el Newton de la filosofía. Hume considera que el conocimiento comienza en la experiencia, a través de los sentidos, que perciben datos o percepciones. Estas se dividen en impresiones e ideas. Las impresiones son más vivas y enérgicas y las ideas son imágenes debilitadas de las impresiones Las impresiones son de 2 tipos: de sensación, cualquier dato procedente de los sentidos; y de reflexión, asociadas a impresiones de sensación, por lo que producen emociones como el miedo o la alegría. Las impresiones también pueden ser simples o complejas. Mediante una serie de mecanismos, la imaginación pasa de las impresiones a las ideas. Por tanto, para que haya una idea tiene que haber una impresión. Las ideas son copias de impresiones simples; o complejas, que son copias de las impresiones complejas y que se elaboran en la mente a partir de las ideas simples mediante las leyes de asociación. Estas son: la semejanza, la contigüidad y la causa-efecto. Mediante las anteriores leyes, Hume resuelve uno de los problemas del empirismo, el psicologismo. Este consiste en cómo la mente asocia y combina las ideas entre sí y cómo convierte ideas simples en complejas. La idea de Dios es una idea compleja y, por tanto, procede de la impresión. Pero, a su vez, no procede de los sentidos, por lo que no produce ni emociones, ni pasiones, ni sensaciones; por lo que no tiene procedencia. Esto implica que no existe, ya que para los empiristas las ideas innatas no existen. Por ello, Hume cae en una postura escepticista. Además, las ideas que fundamentan la metafísica no proceden de la impresión, por lo que carecen de sentido. Por ello, para Hume la metafísica es una ilusión y la considera un saber dogmático que lleva a la superstición. Con esto critica el racionalismo. Por otro lado, el pensamiento de Hume tiene 5 principales principios. Primero, el principio empirista. Este consiste en que todo procede de la experiencia, de las percepciones. Luego está el principio de la inmanencia. El contenido del conocimiento son las impresiones y las ideas, que proceden de las percepciones. Este principio deriva del principio empirista. A continuación está el principio de correspondencia. Esto quiere decir que las ideas se corresponden a las impresiones, o sea, son sus copias imperfectas. En 4o lugar está el principio de asociación de ideas. Este consiste en que la mente, mediante una serie de mecanismos (la ley de semejanza, de contigüidad y de causa-efecto), une las ideas entre sí. Este principio está relacionado con la preocupación por el psicologismo. El último principio es el principio de negación de las ideas abstractas o generales. Se considera que las ideas proceden de las impresiones, que ni son abstractas ni generales; por lo tanto, las ideas innatas no existen. Por otra parte, Hume considera que hay 2 tipos de conocimiento. El vocabulario que emplea Hume para referirse a ambos lo retoma del racionalista Leibniz, que distingue entre verdades de razón, necesarias; y verdades de hecho, contingentes. Así, por un lado están las relaciones entre ideas, que son razonamientos demostrativos. Las matemáticas se mueven en el ámbito de las relaciones entre ideas, ya que la deducción es necesaria para las matemáticas. Esta ciencia lleva a conocimientos ciertos y evidentes. Luego están las cuestiones de hecho, con las que trabaja la física. Solo permiten llegar a un conocimiento probable.
El liberalismo político de Locke
Locke es un filósofo del siglo XVII, padre del empirismo y del parlamentarismo británico. No solo destaca en el campo de la filosofía política, sino también en el de la epistemología. Entre sus obras destacan: Tratados sobre el gobierno civil y Ensayo sobre el entendimiento humano. Locke hace en su obra una crítica a la monarquía absoluta. Esta se basa en que procede directamente de Dios y, por ello, para la monarquía absoluta el ser humano es un súbdito, una persona que solo sirve para obedecer. Así, su origen es divino. Las monarquías absolutas no se adaptan a los tiempos ni al auge de la burguesía, que tenía poder económico y deseaba poder político. La burguesía demanda una serie de derechos que da origen al concepto de ciudadanía. Los ciudadanos son personas con una serie de derechos y obligaciones, en contraposición a los súbditos. El ser humano tiene una serie de derechos inalienables, entre los que destacan: el derecho a la vida, el derecho a la libertad y, según Locke, el derecho a la propiedad privada. Además, la función del ciudadano es elegir a su representante. Haciendo un inciso, hasta Maquiavelo no se separan la ética y la política. Con él surge el pensamiento político moderno, que se caracteriza por el realismo político frente a la utopía política de Platón y otras propias del Renacimiento. Volviendo al tema, como ya se dijo, Locke es el padre tanto del empirismo como del parlamentarismo inglés, que está relacionado con el liberalismo político. Este es un sistema político que defiende una serie de libertades y derechos y la separación de poderes. Así, los separa en: poder ejecutivo, poder legislativo y poder federativo, que intenta defender el Estado y administrar justicia. Locke es, además, teórico del contractualismo social, junto con Hobbes y Rousseau. Este consiste en las teorías basadas en el concepto de contrato o pacto social o civil. La teoría contractualista de Locke puede verse en contraposición a la de Hobbes. Todas las teorías contractualistas parten de la misma cuestión, que es: “¿cómo se origina el gobierno civil o Estado?”. Así pues, todas ellas parten de la misma hipótesis, que ellos llaman “hipótesis contrafacta”. Esta es el Estado de Naturaleza, que es anterior al gobierno o poder civil. Luego está la cesión voluntaria, que consiste en que los individuos entregan parte de sus libertades o derechos mediante el pacto social a un poder político que los representa, porque la cesión es un acto voluntario.
Hobbes tiene una obra llamada Leviathán. En ella considera que el Estado de Naturaleza es un estado de guerra de todos contra todos, ya que el individuo es egoísta por naturaleza. Por ello, intenta imponer su voluntad sobre la de los demás. Esto lo resume en la célebre frase: “homo homini lupus est”. Además, considera que, por el hecho de nacer, el ser humano tiene derecho a la vida. En este estado de guerra, la vida peligra. Por ello, se cede una serie de derechos y libertades de forma voluntaria porque el individuo no se siente seguro. Las cede mediante un contrato social no escrito. En Hobbes, de esta cesión resulta el absolutismo político, que está basado en el miedo a la propia integridad. En él, todos los poderes se concentran en una única persona, por lo que es una tiranía. Debido a esto, el individuo no tiene derechos y no puede revocar el gobierno. Locke, en cambio, considera que en el Estado de Naturaleza el individuo tiene derechos y libertades y se encuentra seguro. Este Estado de Naturaleza implica la igualdad de todos los seres humanos. Locke critica la teoría de Hobbes del Estado de Naturaleza como estado de guerra continua diciendo que esto es una degeneración del Estado de Naturaleza. Además, considera que este tiene como ley natural a la razón, 3 pero que, como no todos la respetan, se hace un pacto voluntario de cesión, que consiste en la renuncia al poder ejecutivo y legislativo y la restricción de su libertad. Este pacto garantiza los derechos de la persona, especialmente el derecho a la vida o consecución, que en Locke va en paralelo al derecho a la propiedad privada, porque para vivir se necesita de bienes. La propiedad privada surge o del trabajo o de la herencia, siendo el derecho a heredar otro derecho fundamental. Así pues, la ley natural emana de Dios y se llega a ella mediante la razón. Esto resulta en un tipo de gobierno: la monarquía parlamentaria. Una vez que se da el pacto civil, se forma la sociedad civil o gobierno y los individuos se unen en asamblea para elegir a sus representantes. Para evitar el absolutismo, defiende la separación de poderes en: legislativo, ejecutivo y federativo, tal y como se dijo con anterioridad. Entonces, la sociedad civil es escogida por los ciudadanos para asegurar unas libertades y derechos. Si esta no cumple con su cometido, puede ser renovada.
EL EMPIRISMO:
El empirismo es la 2a gran corriente del pensamiento moderno. Surge en las islas británicas, por lo que su inmediato antecedente es el nominalismo de Ockham. Sus mayores representantes son Hume, Locke y Berkeley. Entra dentro del giro epistemológico, por tanto, su tema central es el conocimiento. Para el empirismo, a diferencia del racionalismo, que considera que el conocimiento es ilimitado porque nace de las ideas; el origen del conocimiento está en los sentidos, por lo que es limitado. El giro epistemológico lleva implícito el problema de subjetivismo, que consiste en que el conocimiento es siempre un conocimiento de ideas. Para el empirismo, las ideas tienen su origen en la experiencia. Así pues, para los empiristas, el conocimiento comienza con los datos que provienen de la experiencia. Retoman el pensamiento aristotélico al considerar que la mente es “tamquam tabula rasa”, es decir, que es como una hoja en blanco que se va llenando de contenido, el cual procede de la experiencia. La experiencia da una serie de datos, que llaman percepciones o sensaciones; y mediante estos, la mente elabora las ideas a través de una serie de mecanismos. El estudio de estos mecanismos y la relación entre las ideas se llama psicologismo. Todo esto implica que, a diferencia de para los racionalistas, para los empiristas no existen las ideas innatas. Al negar esto, también se niega en cierta manera la metafísica. Otro de los puntos es que el conocimiento está limitado al ámbito de la experiencia. Por esto, a cerca de ciertas cuestiones solo se puede tener un conocimiento probable. Hume considera que solo las matemáticas dan conocimientos ciertos o evidentes, mientras que la física da conocimientos probables. Contrariamente a los racionalistas, Hume considera que la metafísica es una mera ilusión. Con los empiristas surge un nuevo concepto de razón. Es una razón independiente y autónoma, más volcada a cuestiones de tipo práctico. Este concepto de razón se anticipa a la razón crítica o kantiana, que implica que es la misma razón la que preguntas por sus posibilidades y sus límites. Se contrapone a la razón dogmática.