Platón, Teoría de la Realidad
Sócrates, maestro de Platón, mantuvo la existencia de verdades universales y defendió que el sabio debía guiar a la sociedad, frente a los sofistas, que decían que la verdad era relativa y opinaban que el pensamiento de Sócrates hacía peligrar la democracia griega, lo que conllevó su condena a muerte. Tras ella, Platón huyó y al llegar a Sicilia recogió las enseñanzas pitagóricas sobre la inmortalidad de las almas y el orden universal.
Así, Platón desarrollo su Teoría de las Ideas en la que dedujo la existencia de un mundo más allá de lo alcanzable por nuestros sentidos. En él residen las ideas, siendo el mundo físico una copia imperfecta de él, en la que habitamos encerrados en un cuerpo ya que nuestra alma proviene de él.
Ontología, Epistemología y Ética
Con su teoría, Platón: ontológicamente, presenta a las Ideas como lo verdaderamente real; epistemológicamente, expone que las ideas son lo único verdaderamente cognoscible; y, ética y políticamente, defiende que las ideas son valores supremos que guían nuestro comportamiento hacia la vida suprema.
Dualismo Ontológico
Platón entiende por “Idea” una realidad independiente de los objetos sensibles que, es extramental, subsistente, eterna y trascendentes al mundo sensible, inmaterial e inteligible. Estas ideas no ocupan un lugar físico, sino que se hallan en una región inaccesible a los sentidos, se encuentran “más allá
de la luna” en la región supra-lunar. A raíz de esta conjetura, Platón afirma la existencia de dos mundos distintos, su Dualismo Ontológico. Por un lado, está el mundo sensible, material mutable, formado y temporal en que vivimos; y, por otro lado, está el mundo trascendental en donde están las causas de ser de las cosas y es inmaterial, inmutable, increado y eterno.
El Demiurgo y la Formación del Mundo Físico
Pero la materia ha adquirido una forma parecida a las ideas, que Platón defiende con la presencia de un Hacedor. Así, tenemos tres elementos eternos e increado que explican la formación del mundo físico: las Ideas, la materia informe y el Hacedor. Este último lo denomina Demiurgo, artesano. Un ser semidivino, distinto e inferior a las ideas, pero superior a los dioses tradicionales y a todo ser material.
Jerarquía de las Ideas
Platón observa que en él hay cosas más inmateriales que otras, ya que es la copia del mundo de las Ideas, y cree que en él también hay una jerarquía y las ordena desde las ideas más cercanas a la materia, a las más inmateriales.
- En la base se hallan las ideas de cosas materiales y las que tienen una relación directa con el mundo sensible.
Inmediatas a ellas, las ideas matemáticas como la de exactitud. Después las ideas puras como belleza y justicia. En la cúspide está la Idea de Bien, que es lo más perfecto, la realidad suprema, fuente del ser y de la inteligibilidad de todas las demás ideas. Platón la compara con el sol, así como éste da calor, luz y vida en el mundo material, la idea de Bien lo hace en el trascendental.
Fundamentación Trascendental de la Realidad
Pues bien, toda esta teoría de las Ideas trae consigo la Fundamentación Trascendental de la Realidad, que establece que el auténtico ser de las cosas no reside en ellas, sino en sus ideas que están en un mundo trascendental. Estas cosas no tienen un ser verdadero en sí mismas, lo ratifica Platón en su Teoría de la Participación en la que alega que “Las cosas son, y son lo que son porque participan de las Ideas”.
Dualismo Antropológico
Como consecuencia de la afirmación de la existencia de dos realidades, ambas cognoscibles por el ser humano, se da un Dualismo Antropológico que establece que el hombre es su alma, y el cuerpo es algo accidental al que el alma se une temporalmente para poder cumplir un castigo de purificación en este mundo material.
División del Alma
Según Platón, ésta se divide en tres. El alma racional reside en la cabeza, esta razona y gobierna al hombre; y preexistía a su unión con el cuerpo. Las otras dos almas son sensibles: el alma irascible es noble y reside en el pecho; el alma concupiscible reside en el vientre y con ella busca satisfacer las necesidades animales.
Proceso de Purificación del Alma
Por cierta falta cometida, el alma fue condenada a purificarse de su culpa en el mundo físico. Para ello, se le asignó un cuerpo, que será su cárcel. Al pasar a este mundo, el alma olvida todo lo que sabía, permaneciendo dormida. Esta va despertando y viendo los objetos dispersos del mundo material.
Teoría de la Reminiscencia
Pero este mundo está modelado según las ideas que el Demiurgo ha plasmado, por lo que sus objetos evocan como sombras aquellas realidades, y así, estas imágenes sensibles eluden en el alma el recuerdo del mundo de las Ideas. Porque para Platón conocer es recordar (teoría de la reminiscencia).
Destierro y Catarsis
Así pues, la vida humana es un destierro durante el cual el alma experimenta la añoranza de algo que presiente, pero no encuentra a su alrededor. Este transcurso es una catarsis, un proceso de purificación del alma, en el que la muerte es la liberación, pero si no se purifica, se reencarnará de nuevo.
Dialéctica y Conocimiento
Conforme al razonamiento de que conocer es recordar, Platón expone que este es un proceso gradual que denominó Dialéctica, según el cual, el conocimiento se da en dos etapas, la de ascensión y la de regreso, pasando del conocimiento de lo sensible al inteligible y de vuelta a lo sensible.
Fases del Conocimiento
- La fase más básica es la opinión (doxa), que no es todavía conocimiento verdadero y se compone de dos momentos: la conjetura (eikasia), que es una percepción imágenes y suposiciones, en ella se sitúa la imaginación; y la creencia (pistis), que es la percepción de apariencias, donde se sitúa la Física que no es propiamente ciencia.
La segunda fase es la ciencia (episteme), conocimiento más riguroso, que tiene por objeto seres eternos: las Ideas. También se compone de dos modalidades: la razón discursiva (dianoia), que parte de hipótesis imaginativas en las que se deducen conclusiones intangibles, propia de las matemáticas; y la intelección (noesis), que es el punto culminante de la Dialéctica, en el que se contempla, como un hallazgo presentido, la verdad de las Ideas.
Transmisión del Conocimiento
Pero el proceso de conocimiento no acaba aquí. Ahora el sabio debe volver al mundo físico para transmitir lo aprendido en el mundo de las Ideas al resto de los hombres, aunque el sabio será sin duda incomprendido y maltratado. Platón expone este proceso mediante el “Mito de la caverna”, en el que se percibe una evocación de la figura de Sócrates.
Conclusión
De esta manera, la Teoría de la Realidad de Platón gira sobre la existencia de unas realidades extramentales (Ideas). Son la verdaderamente cognoscible, lo inmutable del cambio, el objeto del saber y por ello la virtud. La existencia de las ideas de razón de la naturaleza mutable de la realidad física, de la naturaleza dual del ser humano, de la ética y la política. Y aunque Platón a veces se refiere al concepto de naturaleza como totalidad de las cosas corpóreas al fundamentarse en su esencia ideal, en su modelo inmutable, este se convierte en la verdadera realidad y, por ello, en el verdadero objeto de la ciencia.