La Filosofía Moderna: Una Respuesta a la Crisis del Siglo XVII
A raíz de la revolución científica y la división religiosa, el siglo XVII se caracterizó por una profunda crisis intelectual. Dos corrientes filosóficas surgieron como respuesta a esta situación: el racionalismo y el empirismo.
La Crisis del Siglo XVII: Causas
La Revolución Científica
La revolución científica desafió las creencias tradicionales en tres áreas clave:
- Astronomía: Se refutó la idea de la Tierra como centro del universo y se cuestionó la creencia de que los movimientos celestes eran circulares.
Destrucción de la Unidad Religiosa
La pérdida de valores religiosos durante el Renacimiento y la falta de atención a la renovación espiritual llevaron a la división de la Europa cristiana occidental en tres iglesias: católica, anglicana y protestante. Esta crisis evidenció la dificultad de alcanzar la sabiduría y la posibilidad inherente de error en la actividad humana.
Reacciones: Racionalismo y Empirismo
Ambas corrientes filosóficas buscaban establecer un conocimiento sólido y confiable. Si bien ambas valoraban el método matemático y la observación, diferían en su fuente principal de conocimiento:
- Racionalismo: La razón es la fuente y el origen del conocimiento verdadero. Los conocimientos válidos proceden de la razón, no de los sentidos.
- Empirismo: La experiencia es la base del conocimiento. Los empiristas se apoyan en el método inductivo y cuestionan las teorías que no se basan en datos empíricos.
La Europa del Racionalismo
El centro del pensamiento racionalista se trasladó de Italia a Francia, que bajo el reinado de Luis XIV se convirtió en un modelo de monarquía absoluta.
Descartes: Matemático y Filósofo
René Descartes (1596-1650) fue una figura clave del racionalismo. Tras una breve carrera militar, se dedicó a la filosofía y las matemáticas. En 1618, se trasladó a Holanda, donde residió durante 20 años para evitar posibles persecuciones.
El Método Escolástico y el Método Cartesiano
Descartes criticó el método escolástico, que consideraba obsoleto y propenso a divagaciones inútiles. En su lugar, propuso un nuevo método basado en la razón y la duda metódica.
El Método Cartesiano
En su obra «Discurso del Método» (1637), Descartes estableció cuatro reglas fundamentales:
- Evidencia (Intuición): No aceptar nada como verdadero sin una certeza absoluta.
- Análisis: Dividir cada problema en partes más pequeñas para facilitar su resolución.
- Síntesis: Ordenar los pensamientos de lo simple a lo complejo.
- Enumeración: Realizar revisiones exhaustivas para asegurar que no se ha omitido nada.
La Duda y la Primera Verdad
Descartes basó su método en la duda metódica, cuestionando todo conocimiento hasta encontrar una verdad indudable. Sus razones para dudar incluían:
- Incertidumbre de los Datos Sensoriales: Los sentidos pueden engañarnos.
- Errores del Razonamiento: El ser humano comete errores de razonamiento.
- Dificultad para Distinguir el Sueño de la Vigilia: Existe la posibilidad de que nuestros pensamientos en estado de vigilia sean en realidad sueños.
- Hipótesis del Genio Maligno: Descartes planteó la posibilidad de un genio maligno que nos engaña haciéndonos creer cosas que no son ciertas.