Empirismo Británico (Siglos XVI-XVII)
John Locke (Siglo XVII)
Conocimiento y Experiencia
John Locke sostenía que debemos conocer los límites de nuestro conocimiento para emplear nuestros pensamientos de manera más beneficiosa. Para él, las ideas provienen de la experiencia, y nuestra mente es como una página en blanco (tabula rasa) que se llena a través de la experiencia, permitiéndonos crear y combinar nuevas ideas.
Tipos de Ideas
Locke distinguía dos tipos de ideas:
- Simples: Ideas que recibimos pasivamente a través de la sensación, como los colores, olores y texturas.
- Complejas: Combinaciones de ideas simples que se forman a través de la reflexión. Locke clasificaba las ideas complejas en tres categorías:
- Relación: Comparaciones entre ideas, como «más grande» o «más pequeño».
- Modos: Ideas que no subsisten independientemente, como la belleza o la gratitud.
- Sustancia: Ideas que tienen un soporte físico, como una persona o un objeto.
Estado de Naturaleza y Contrato Social
Locke creía que los seres humanos nacen libres e iguales, buscando el bienestar y la felicidad. Identificaba el bien y el mal con el placer y el dolor, respectivamente. Para él, el origen del Estado reside en la razón, a través de un contrato social que garantiza los derechos naturales de los individuos.
David Hume (Siglo XVIII)
Impresiones e Ideas
David Hume, al igual que Locke, afirmaba que el conocimiento procede de la experiencia. Para él, todos los contenidos de la mente son percepciones, que se dividen en dos clases:
- Impresiones: Percepciones vivaces e intensas que experimentamos en el presente, como sentir el calor del sol o el sabor de una manzana.
- Ideas: Copias o representaciones de las impresiones, que son menos vívidas y se refieren a experiencias pasadas.
Tanto las impresiones como las ideas pueden ser simples o complejas. La facultad de la imaginación nos permite combinar y variar las ideas, creando nuevas ideas complejas.
Ciencia, Ética y Religión
Hume argumentaba que, al carecer de impresiones del futuro, la ciencia no puede tener certeza absoluta sobre lo que sucederá. La ciencia se basa en el hábito y la observación de regularidades en la naturaleza.
Hume defendía la separación de la ética y la religión, abogando por una ética laica basada en la razón natural y las emociones. Las emociones nos ayudan a diferenciar lo correcto de lo incorrecto, y la felicidad es el fin último de la ética.
Comparación con Platón
A diferencia de Platón, quien creía en un mundo de Ideas perfectas e inmutables, Hume sostenía que el conocimiento se basa en la experiencia sensorial. Para Hume, no existen ideas innatas, y nuestra mente es una «tabula rasa» al nacer. El mundo que experimentamos es el único que podemos conocer, y no hay evidencia de una realidad trascendente.