Marx ha recibido diversas influencias entre las que destacan Hegel, Feuerbach, El anarquismo, el socialismo utópico y los capitalistas como Adam Smith o David Ricardo.
Marx en primer lugar rechaza la concepción de realidad propuesta por Hegel. Según este autor, todo lo real no era más que manifestación del Espíritu Absoluto, de la Idea, por lo que toda la realidad era reducida a idea y el desarrollo de la naturaleza se debe al propio desarrollo del Espíritu negándose así lo material.Además considera que la realidad puede explicarse a través de la conciencia. Según Marx no es la conciencia, (el pensamiento), la esencia o elemento revelador y productor de la realidad, sino, por el contrario la actividad material el agente productor de la conciencia.Para él, es el ser el que determina el pensar, por lo que la conciencia se produce, pues, en el seno del desarrollo dialéctico de una realidad concebida como materia en movimiento.
A pesar de esto, comparte con este autor la idea de que la realidad no es estática, sino dinámica y cambiante, llena de contradicciones que la obligan a transformarse y superarlas. Marx entendíó que estos cambios no se producían como despliegue de la conciencia sino como un producto de fuerzas y relaciones materiales. Este materialismo supuso defender que no eran las ideologías las que determinan una realidad ocncreta, sino que es la propia realidad la que determina la ideología. Es decir, no es el espíritu lo que determina la realidad y constituye la historia. Por tanto, vemos como comparte con Hegel la concepción de devenir histórico como un proceso dialéctico pero no ve en el el despliegue del espíritu sino la oposicon y superación de diferentes sistemas de producción de bienes materiales.
Marx toma de Hegel el esquema Tesis-Antítesis-Síntesis pero difiere en él en que no sirve para explicar el desarrollo del Espíritu sino de la materia y toma a ésta como punto de partida en lugar de la conciencia.
Marx también rechaza del idealismo hegeliano el explicar de manera racional la estructura de la sociedad en la que vivían y mostrarla como necesaria y única posible.
Respecto a la concepción marxista del ser humano se contrapone a la concepción hegeliana en el que el ser humano es autoconciencia y pensamiento. Marx entiende que no existe una esencia de ser humano que deba ser realizada sino que es el propio hombre el que se hace a si mismo en sus propias acciones y decisiones sin llevar a cabo un modelo previo. Lo mismo ocurre que Feuerbach que mantiene una concepción del ser humano abstracta y teórica y se olvida del lado practico del ser humano para centrarse en ese concepto de esencia.
Marx retoma otro concepto de Feuerbach y Hegel, la alineación, que podría definirse como proceso o situación social por la cual el hombre se conveirte en algo distinto, extraño, ajeno a lo que debería ser. Para Hegel la alineación es el procedimiento por el cual la Idea se hace otra cosa radicalmente de sí misma para conseguir el autoconocimiento.La alineación es necesaria para que pueda haber conocimiento y para poder llegar después al reencuentro, a la síntesis, a la identificación del objeto y del sujeto.
Desde el punto de vista de Feuerbach la alineación se produce en sentido religioso. Para Feuerbach, el hombre necesita conocerse, saber quién es. Entonces se propone a sí mismo como objeto de su conocimiento y proyecta fuera de sí un conjunto de cualidades que le pertenecen a él. Todas esas cualidades las sitúa en un ser fuera de sí y le llama Dios. Dios es simplemente una pura proyección del hombre.
Si se queda en el primer momento, de la afirmación de Dios, queda alienado. El hombre debe volver a reencontrarse consigo mismo. Por eso, cuando el hombre se da cuenta de que Dios es un puro ser pensado, se atribuye a sí mismo esas cualidades, niega a Dios y deja de estar alienado.
Según Marx la alineación se encuentra en el trabajo que es la esencia del hombre. El hombre al trabajar realiza un producto sobre el que proyecta su ser y cuando es el propio hombre el que produce para otros y no para sí mismo se dice que está alienado. La causa de la alienación en Marx es el derecho de propiedad de la clase dominante sobre los medios de producción y la fuerza de trabajo.
Marx recibíó además influencias del socialismo utópico francés procedente de la época de la Revolución y de ellos adopta las ideas de rechazo de las desigualdades sociales, la necesidad de una revolución social y la idea de la lucha de clases.
Marx siempre tuvo un fuerte interés por la economía y se centró sobretodo en la inglesa, concretamente en Adam Smith y David Ricardo.
Según Ricardo, el valor del trabajo equivale a lo que cuesta renovar, regenerar, la capacidad de trabajo consumida. El patrón ha de pagar al trabajador, pues, lo necesario para que éste recupere sus fuerzas y esté en condiciones de seguir trabajando, lo que abocaba a los trabajadores a la percepción de salarios de estricta supervivencia. No parece haber ahí ningún elemento que permita explicar la generación de las desigualdades.
Pero el trabajo, observa Marx, es una mercancía especial: su consumo no sólo satisface una necesidad (como hace cualquier otra mercancía) sino que, además, genera un producto que es superior a lo consumido, genera plusvalía. Al retribuir al trabajador, mediante el salario, lo necesario para recuperar su «fuerza de trabajo», esa plusvalía no se le restituye, sino que queda en manos del patrón. Y la acumulación de esas plusvalías es lo que da origen al capital. De ahí la producción de las desigualdades sociales, de la división en clases, de la conversión del trabajo en instrumento de alineación y esclavitud, en lugar de realización y libertad de los seres humanos.