Karl Marx
Marx se refería a las condiciones económicas como el eje sobre el que se desarrolla la condición humana. Nuestra naturaleza es el resultado de la combinación entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Por esto, el trabajo constituye la esencia del ser humano, ya que le permite producir sus medios de vida. La naturaleza humana en Marx se construye y comprende en la transformación de la naturaleza por medio del trabajo y en su inalienable condición de ser social. Según Marx, la existencia real, consciente y auténtica del ser humano está ligada a la actividad y la satisfacción social. La condición humana para Marx evoluciona en función de la organización de la producción social. Marx denuncia que en la sociedad burguesa el trabajo y la producción no están organizados de forma solidaria. Esto supone la alienación, que es para Marx el extrañamiento del hombre de sí mismo, de la sociedad, de la especie y de la naturaleza.
Friedrich Nietzsche
La condición de lo humano para Nietzsche parte de una posición netamente vitalista. La vida hay que vivirla desde sus mismas condiciones. No hay nada más fuera de ella. El ser humano debe hacerse a sí mismo sin confiar en dioses, instituciones o leyes externas. La voluntad de poder, de hacer y deshacer mundos, le permite el desarrollo de todas sus potencialidades. Según Nietzsche, la cultura judeocristiana y la idea de Dios son los culpables de que el hombre no se haya emancipado. Con su idea de ‘Dios ha muerto’, Nietzsche tiene como objetivo la transmutación de los valores, que significa la desvalorización y negación de los valores que hasta ahora se habían considerado como valores supremos.
Sigmund Freud
Freud nos ilustra sobre la doble condición del ser humano de decantarse por lo bueno o de tender hacia lo malo. Siguiendo el planteamiento de Platón, Freud piensa que en las personas existe una lucha interna constante, dentro de la psique, por controlar los deseos. Freud afirma que la identidad humana se edifica en tres pilares:
- El Ello: forma parte de la parte inconsciente. Se refiere a los impulsos instintivos que reclaman una inmediata satisfacción.
- El Yo: que representa la realidad y la razón, y se apoya en la realidad a través de su conciencia, buscando objetos para satisfacer los deseos que el Ello ha creado.
- El Superyó: que contrarresta al Ello y representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura.
Freud no inventó el concepto de mente consciente vs. mente inconsciente, pero desde luego lo hizo popular. La mente consciente es todo aquello de lo que nos damos cuenta en un momento particular. Cuando trabajamos muy centrados en este apartado es a lo que Freud llamó preconsciente, que se refiere a todo aquello que podemos recordar; esos recuerdos que no están disponibles en el momento, pero somos capaces de traer a la conciencia. La parte más grande de nuestra mente está formada por el inconsciente e incluye todas aquellas cosas que no son accesibles a nuestra consciencia, tales como nuestros impulsos e instintos, así como otras que no podíamos tolerar en nuestra mente consciente, tales como las emociones asociadas a los traumas.
Jean-Paul Sartre
Bajo el pensamiento existencialista, autores como Heidegger y Sartre consideran que el ser humano se encuentra en el mundo en una situación de soledad y desesperación. Sartre considera al hombre y su libertad como el centro de su reflexión. Vive una vida para la que carece de certezas. Tan solo la verdad indudable del ‘existo, luego pienso’ le puede ayudar. Por esta razón, se considera que la existencia precede a la esencia. La esencia solo es consecuencia de existir, en primer lugar como proyecto y después mediante sus acciones. La existencia misma nos lleva al contacto con la realidad y con el resto de las personas. Sartre cree que para conseguir la verdad sobre uno mismo es necesaria la intervención y la relación con otros seres humanos, a esto lo llama intersubjetividad. Además, la inexistencia de referentes hace que el ser humano sea directamente responsable de cada una de sus acciones, a lo que Sartre clasifica como ‘angustia existencial‘. Las ideas destacadas de Sartre eran:
- Conciencia prereflexiva y conciencia reflexiva.
- El ser en sí.
- El ser para sí.
- El ser para otro.
- El ateísmo y sus valores.
Emmanuel Mounier
El personalismo cristiano postulado por Mounier reivindica el compromiso de lo humano con la idea de verdad, con un mundo de valores y con el acontecimiento que le determina día a día. Para ello, defiende un fortalecimiento del concepto de persona frente a la idea de la libertad individual. La persona es el centro y el significado de cualquier realidad y su dignidad es absolutamente inalienable.