René Descartes: El Fundamento del Racionalismo
La Búsqueda de la Certeza
La certeza es la total ausencia de duda respecto a lo que afirma un juicio, su finalidad es determinar si la certeza es posible o no. La duda es metodológica según Descartes, no es escéptica, también es universal ya que se aplica a todo el saber. La duda es teórica e hiperbólica. Hay varias fases, en primer lugar, se duda de que la realidad sea como nos la muestran los sentidos, en segundo lugar, se duda de que haya una realidad porque podría ser la ficción de un sueño y por último, se duda del conocimiento matemático porque nos equivocamos al razonar y podría existir un dios perverso que podía haber creado el entendimiento con el fin de engañarnos. El juicio “pienso, luego soy” es indudablemente verdadero, pues para que un juicio sea falso, tiene que darse la actividad de pensar y un sujeto que la realice. Este juicio se convierte en el primer principio de la filosofía y criterio para determinar la certeza.
Alma y Cuerpo
Después de que Descartes ha establecido la certeza “pienso, luego soy”, se pregunta por la naturaleza del sujeto y lo define como sustancia pensante. La sustancia no necesita de otra cosa para existir y así es el sujeto cuyo atributo que lo distingue es el pensamiento. El alma no es otra cosa que ese sujeto pensante (res cogitans). El cuerpo lo define como una sustancia cuyo atributo es la extensión (res extensa), el cuerpo continúa bajo la sospecha de la duda en cuanto a su existencia, ésta sólo puede quedar garantizada por la existencia a su vez de un dios bueno y veraz (res infinita). La veracidad divina garantiza las cualidades primarias. Las cualidades secundarias, sólo sabemos que hay algo en los cuerpos que excita en nosotros esas ideas. El problema que se plantea es el de su relación con el alma. Descartes sostiene un estricto dualismo pero reconoce una unión íntima entre el alma y el cuerpo que se relacionan casualmente. Para garantizar la conexión entre ambos, Descartes improvisa un elemento denominado glándula pineal, dicha glándula, ni material ni espiritual, permitiría la interconexión.
Pensamientos e Ideas
Pensamiento es sinónimo de contenido consciente, pensamiento y conciencia tienen la misma extensión. Por pensar entiende todo lo que se produce en nosotros y que percibimos inmediatamente por nosotros mismos (sentir), el pensamiento es el atributo o esencia del alma (res cogitans), “si dejara de pensar, dejaría de existir”. Los juicios son los únicos a los que corresponde la verdad o la falsedad. Las ideas no pueden ser consideradas falsas, los actos de voluntad tampoco pueden presentar falsedad porque aunque yo desee cosas inexistentes, no es menos cierto que las estoy deseando, pensando. Los juicios pueden ser falsos porque tenemos la tentativa de juzgar la realidad. Descartes divide las ideas:
- Las ideas adventicias se producen por la acción del mundo exterior sobre nuestros sentidos.
- Las ideas facticias son consecuencia del poder de nuestra imaginación.
- Las ideas innatas son las que se encuentran en nuestra mente antes de cualquier experiencia. La más importante la idea de infinito o dios.
El Legado Cartesiano
Descartes nació en La Haya en 1596, es considerado el padre de la filosofía moderna y su pensamiento se encuadra en el racionalismo. Sus obras versan sobre filosofía pero también destacó en matemáticas y física. Una de las obras más importantes desde el punto de vista filosófico fue El Discurso del Método en 1637 que constituía la introducción a los tratados de Dióptrica, Meteoros y Geometría. En Reglas para la Dirección del Espíritu, el autor explica en qué consiste el método científico a través de la intuición y la deducción. También abordó investigaciones sobre física y escribió su Tratado del Mundo. En 1641 publica las Meditaciones Metafísicas. Junto con el Discurso del Método, está su obra más importante donde compensa su filosofía, añade el argumento escéptico del genio maligno y postula la existencia de Dios como garante último del conocimiento. Por último escribió Las Pasiones del Alma que contiene ideas sobre psicología y ética, y las Reflexiones de la Relación entre Alma y Cuerpo. Sus características son, en primer lugar, su confianza absoluta en la razón inaugura la tradición racionalista en la historia de la filosofía, en segundo lugar, su búsqueda de las ciencias reunidas en torno a un método universal basado en la razón, en tercer lugar, la centralidad del sujeto y la conciencia en la investigación metafísica, el racionalismo y el subjetivismo son las carácter del pensamiento cartesiano, estas ideas enraízan en corrientes de pensamiento anteriores. La relevancia del sujeto tiene su antecedente inmediato en el antropocentrismo y en la tesis de la interpretación individual de la Biblia. Se puede considerar que el innatismo cartesiano se adscribe a la tradición platónica, la duda y la evidencia del yo es asimilable al principio agustiniano (si fallor, sum). Y la tercera demostración de la existencia de Dios que aparece en el Discurso del Método de San Anselmo de Canterbury. La impronta del pensamiento cartesiano se dejó sentir en muchos filósofos, la más importante es la tradición racionalista, que se abre con Descartes y continúa con Spinoza y Leibniz. Es especialmente relevante en su influencia en teorías como el empirismo, en el que algunos autores, sustituirán la razón por la experiencia como piedra angular del conocimiento. La relevancia de Descartes no se restringe al dominio filosófico, sino que alcanza otros campos como el de las matemáticas, el autor será reconocido especialmente como creador de la geometría analítica, cuyo objeto es el análisis matemático (ejes cartesianos). Este interés de Descartes en las matemáticas y su método contribuyó a la participación de la revolución científica. Se trata de una época en la que, más allá de la física, la matemática y la astronomía, existía una profunda preocupación filosófica por el método de las ciencias. Esta crisis conduciría a la necesidad de postular una nueva visión del mundo.
José Ortega y Gasset: Perspectivismo y Raciovitalismo
Contexto Histórico y Filosófico
Ortega nació en Madrid en 1883 y murió en 1955, es uno de los filósofos españoles más importantes, su pensamiento se encuadra en las corrientes del perspectivismo y el raciovitalismo. Su filosofía e ideas fueron evolucionando a lo largo de su vida en la que hay 3 periodos:
- El primer periodo es una etapa objetivista, hasta 1914, que se caracteriza por la influencia en el pensamiento de Ortega del neokantismo y la fenomenología de Husserl.
- El segundo periodo es una etapa centrada en el perspectivismo hasta 1923, destacan obras como Meditaciones del Quijote y La España Invertebrada.
- En el tercer periodo se caracteriza por el desarrollo del raciovitalismo, en la que compone obras muy importantes como El Tema de Nuestro Tiempo y La Rebelión de las Masas.
La filosofía de Ortega se caracteriza por llevar a cabo una crítica a la modernidad, propone la superación definitiva del racionalismo y del irracionalismo, pretende superar la vieja antítesis que opone al realismo y al idealismo. Para Ortega, la realidad humana, será el centro de su atención, por lo que enunció su célebre frase “Yo soy yo y mis circunstancias”, mediante la que expresa la unidad interpretativa esencial. La visión radicalmente histórica de la vida y existencia humana se conoce como la teoría epistemológica del perspectivismo.
Influencias y Legado
Sus influencias, de joven leyó a Nietzsche, también reseñable su formación en Alemania en filosofía kantiana con Natorp y Cohen, influencia que se deja sentir en su interés por la teoría del conocimiento de sus primeros escritos. El influjo de fenomenología de Husserl y Ágüeles ocasiona su superación del idealismo. El historicismo de Dilthey y la filosofía de Heidegger los utilizó para su comprensión de la vida. Además, se interesó por la teoría de la relatividad de Einstein. Fundó la Revista de Occidente con publicaciones de textos fundamentales del pensamiento europeo y, junto con Julián Marías, el Instituto de Humanidades. García Morente, José Gaos, Xavier Zubiri, María Zambrano o Julián Marías se han considerado discípulos suyos. El pensamiento del autor se inscribe históricamente en la España a finales del siglo XX. Destacan los enfrentamientos entre liberales y conservadores, las guerras coloniales y la propagación de las ideas anarquistas y socialistas. Ortega pertenece a la generación del 14 pero se suele relacionar con la generación del 98. Su obra está traspasada por los dramas españoles de la época como el desastre del 98 y la guerra civil del 36. Su obra decididamente circunstancial, está comprometida con los problemas de su tiempo, en que se han producido grandes transformaciones que ha afectado a todo el mundo. Destacan las dos guerras mundiales, la revolución rusa, la instauración de la República Popular China, el gran desarrollo tecnológico y los avances en derechos humanos.
Vida y Cultura
La razón vital nos muestra que no el yo es anterior a las cosas, ni las cosas son anteriores al yo, ambos se fundamentan en la realidad, de la superación del realismo y del idealismo, se sigue ante todo que la realidad primera y radical es nuestra vida ya que aparece tanto el yo como las cosas. Radical no quiere decir que la realidad única o más importante ya que trata de aquella realidad donde se dan todas las demás realidades. La vida tiene las dimensiones de ser humana y singular, cada vida implica una determinada visión del mundo, una perspectiva del universo. No es una cosa u objeto. La vida es darse cuenta de sí misma, es circunstancia, es asumir y convivir con la circunstancia. La vida no está hecha, es lo que hacemos en cada momento. Es libertad, inseguridad y afán de seguridad. Es biografía, se desata en el tiempo, se va haciendo, es lo que hacemos y lo que nos pasa. La vida humana es esencialmente perplejidad y naufragio, y por ello necesita asirse a la cultura como su tabla de salvación. Nos permite saber a qué atenernos y representa un repertorio de anhelos e ideales que deben fortalecer nuestra vida. Ambas se necesitan pero conocemos para vivir verdaderamente, la cultura no ha de ahogar a la vida, esto puede suceder si los principios abstractos se consideran la única realidad del ser humano.
Realidad y Perspectiva
De la superación del idealismo y realismo, se sigue que la realidad primera y radical es nuestra vida, parecen tanto el yo como las cosas. Radical no quiere decir que es la realidad única o más importante sino que se trata de aquella realidad donde arraigan las demás realidades. La realidad entendida como el ser de las cosas, es algo que tenemos que descubrir con el pensamiento. La realidad está íntimamente vinculada a la perspectiva ya que es la única manera de acceder a la realidad y conocerla puesto que el ser de las cosas se pone de manifiesto y es conocido a partir de perspectivas concretas, históricas o personales. La perspectiva no deforma la realidad, sino que la hace posible. Por ello, el ser del mundo no es materia ni conciencia, sino perspectiva. Si la realidad se ofrece en multitud de perspectivas individuales puede recibir el nombre de verdad. Todo conocimiento es incompleto, limitado a una época, condicionado por el lugar, por su circunstancia, pero tiene el inmenso valor de ser una mirada auténtica, única, necesaria e insustituible. De ahí que se postule la necesidad de una unión y complementariedad de perspectivas, pues la verdad a todos nos concierne.