Ética y Moral: Una Guía para Comprender la Diferencia

¿QUÉ ES LA MORAL? LA DIFERENCIA ENTRE MORAL Y ÉTICA

El filósofo griego Sócrates decía que una vida no merece la pena de ser vivida si no hay una reflexión sobre lo que debemos hacer y por qué hacemos lo que hacemos. En estas palabras de Sócrates tenemos esbozada la diferencia entre la ética y la moral; dos palabras fundamentales de la filosofía moral.

La moral es el conjunto de costumbres, actitudes, valores y normas que rigen nuestro comportamiento, mientras que la ética es la reflexión que hacemos sobre nuestras acciones; es una reflexión sobre la moral.

La primera reflexión que se nos pasa por la cabeza es saber si lo que hacemos está bien o está mal. Luego lo primero sobre lo que trata la moral es el bien. La ética trata sobre los problemas relacionados con la moral: saber por qué lo que hacemos está bien o mal, cómo nos formamos una personalidad moral y de qué manera podemos llegar a ser felices.

La moral nos ayuda a guiar nuestra vida de acuerdo con unos valores que nos ayudan a decidir. Los valores son los criterios morales que utilizamos para conducirnos en la vida, y que la mayoría de las veces tienen una traducción en un conjunto de normas o prohibiciones a la hora de actuar. Nos comportamos o dejamos de comportarnos de una manera determinada de acuerdo con nuestra moral.

La ética es una disciplina que trata de la moral, de nuestro comportamiento: no nos dice qué debemos hacer, sino que nos ayuda a juzgar.

¿POR QUÉ DEBO SER MORAL?

Conviene distinguir entre:

Normas cívicas o de etiqueta: conductas de poca importancia, pero que facilitan y ordenan la vida social; así, por ejemplo, ceder el paso a los mayores, usar cubiertos para comer o respetar el turno de palabra. Los incumplimientos de estas normas conllevan censura social.

Normas morales: tienen como origen un valor moral que consideramos importante. Las normas morales son, por lo tanto, la traducción de un valor moral en forma de mandato o imperativo que nos obliga a comportarnos de una manera determinada. Su incumplimiento afecta a la conciencia individual y puede acarrear sanciones sociales.

Las leyes: las normas establecidas por una autoridad política que obliga a su cumplimiento y que forman parte de un código legislativo. Su incumplimiento lleva aparejada la imposición de castigos y sanciones como la pérdida de la libertad o económicas.

Vocabulario

  • Moral: conjunto de costumbres, actitudes, valores y normas por las que se rige nuestro comportamiento.
  • Ética: disciplina que trata sobre los problemas de la moral, de formar nuestro carácter y de cómo llegar a la felicidad.
  • Código legislativo: conjunto de leyes que organizan la vida social.

La ética es la insatisfacción frente a la realidad unida a la esperanza de poder cambiarla. Como vemos, la moralidad y la legalidad no son lo mismo. Que algo sea inmoral no significa que sea ilegal y lo legal no es automáticamente moral.

HECHOS Y VALORES

Es importante diferenciar entre:

Hechos: cosas, acontecimientos o sucesos que ocurren independientemente de nosotros. Por ejemplo, la erupción del volcán de la Palma, la guerra de Ucrania o que la Tierra sea redonda. Nos gusten o no, están ahí o han ocurrido y no podemos hacer nada para evitarlas o negarlas.

Valores: cualidades o preferencias que emitimos sobre las cosas o los acontecimientos. Por ejemplo, cuando decimos «el amarillo es el color más bonito», en realidad, estamos estableciendo una preferencia personal. No es un hecho objetivo. O cuando decimos que el teléfono móvil es perjudicial para nuestro cerebro, estamos haciendo una valoración personal sobre los teléfonos móviles.

Muchas veces confundimos los hechos con los valores. Creemos que hay cosas que son de una manera determinada cuando en realidad estamos expresando una preferencia o valoración personal. Conviene diferenciar los hechos de los valores cuando reflexionamos éticamente, pues eso nos ayuda a saber cuándo estamos describiendo o emitiendo juicios de valor personales sobre la realidad y actuar en consecuencia.

LOS VALORES MORALES

Los valores morales son los criterios morales que utilizamos para decidir y conducirnos en la vida. Consisten en aquellas cualidades o ideales humanos que apreciamos especialmente. A todo valor se le opone un contravalor o valor negativo. Así, a la bondad se le opone la maldad; a la libertad, la esclavitud; a la igualdad, la desigualdad; y a la justicia, la injusticia.

De la misma manera que apreciamos los valores morales positivos, rechazamos los negativos. A lo largo de la vida, como resultado de nuestra experiencia y reflexión, según crecemos como personas, organizamos estos valores en una jerarquía. Así, nuestro comportamiento en general —las decisiones que vamos tomando y que implican nuestra vida presente y futura, cómo nos situamos en la realidad y cómo la interpretamos en un sentido moral— responde a esta jerarquía propia de valores con la que formamos nuestra identidad moral.

Esta jerarquía de valores tiene varias características:

  • Es esencial en la construcción de nuestra identidad moral y de nuestra personalidad.
  • Ayuda a situarnos en la realidad y a interpretarla en un sentido moral.
  • Orienta nuestra conducta y nos ayuda en nuestras decisiones.
  • No es estable y puede ser modificada en cualquier momento, ya que podemos incorporar nuevos valores y desechar otros que no consideremos ya importantes. 

Ocurre que cada persona puede tener sus propias normas morales y su propia jerarquía de valores dependiendo de la sociedad en la que ha sido educada, la familia en la que ha nacido o la religión dominante de la comunidad en la que vive.

Vocabulario

  • Valores morales: criterios morales que nos ayudan a decidir para guiar nuestra vida.
  • Jerarquía: ordenación según un criterio de mayor a menor importancia.
  • Identidad moral: conjunto de valores esenciales ordenados jerárquicamente de mayor a menor importancia que forman el núcleo de nuestra personalidad.

¿ES TODA MORAL DEPENDIENTE DEL CONTEXTO CULTURAL EN EL QUE SE VIVE?

El relativismo ético es la idea de que diferentes culturas tienen códigos morales distintos. Para los relativistas, no existen valores universales, que consideran un mito. De hecho, piensan que no hay verdades universales en ética y que todo se reduce a los distintos códigos culturales. El propio código cultural no es más que uno entre muchos y no tiene ninguna categoría especial. El relativismo ha conducido a posturas conocidas como el escepticismo, que afirma que es imposible el conocimiento de un criterio moral para preferir unas opciones sobre otras.

El absolutismo ético defiende que los mandatos morales son absolutos y no pueden depender del contexto o de una cultura determinada. La tarea de la ética sería esclarecer y constatar cuáles son dichos valores.

El universalismo moral defiende la existencia de una moral universal. Considera que algunas normas morales se han universalizado, es decir, que sociedades diferentes comparten ciertos valores comunes. Los seres humanos compartimos unas normas morales básicas que reconocemos y deseamos como válidas para uno mismo y los demás.

El emotivismo moral afirma que todos los juicios morales son expresiones de nuestros estados emocionales y sentimientos, y no pretenden establecer ningún criterio racional sobre nuestras preferencias morales. La maldad o bondad de un acto depende del sentimiento de placer o rechazo que experimentamos en su realización.

UNA PERSONA PUEDE SER

  • moral: si sigue las normas morales.
  • inmoral: si rompe e incumple las normas morales.
  • amoral: cuando no le importa saber si cumple o no las normas morales.

EL SER HUMANO COMO SUJETO MORAL

Una de las cuestiones más importantes en ética es la del ser humano como sujeto moral. Llamamos sujeto moral a cualquier individuo de la especie humana que posee una conciencia moral. Tener una conciencia moral significa que tenemos la capacidad de la reflexión moral. En este sentido, el ser humano, en palabras del filósofo español Xavier Zubiri, tiene una estructura moral porque:

  • Desde el mismo momento de su nacimiento, está obligado a hacer elecciones.
  • Responde de manera inteligente, es decir, reflexionando y considerando todas las posibilidades.
  • Es responsable al hacerse cargo de las consecuencias de sus actos.
  • Por lo tanto, tiene una conciencia moral mediante la cual da sentido a sus acciones y comportamientos. 

AUTONOMÍA Y HETERONOMÍA MORAL

La palabra autonomía proviene de dos palabras griegas y significa ‘darse la ley a uno mismo’. Por tanto, ser autónomo consiste en ser dueño de las propias decisiones. La autonomía moral es la capacidad que tenemos de otorgarnos a nosotros mismos, libre y voluntariamente, las normas que guiarán nuestra conducta. La autonomía moral implica la reflexión sobre las normas y valores establecidos y la voluntad de elegir lo más conveniente, aun en contra de nuestras apetencias.

La palabra heteronomía también proviene de dos palabras griegas, y

significa ‘recibir la ley de otro’. Una persona es heterónoma cuando es incapaz de decidir por sí misma o, por algún motivo, no puede aceptar las responsabilidades e incomodidades que eso implica. La heteronomía moral consiste, pues, en asumir las normas morales que provienen de otros. Los adultos adoptan conductas heterónomas cuando dejan que otros decidan en su lugar. En ocasiones, se dejan llevar, aceptan consejos o imposiciones o permiten que otros influyan en la toma de la decisión. En otros casos, incluso, buscan que otros decidan por ellos para evitar enfrentarse al problema y así no tener que hacer frente a las consecuencias de sus actos. Desde el momento en que asumimos que somos autónomos, que no nos queda otro remedio que decidir, y nos hacemos responsables de las consecuencias de nuestros actos, nos convertimos en sujetos morales. 1.7 EL DESARROLLO MORAL: El desarrollo moral consiste en madurar desde la heteronomía que supone la actuación irreflexiva o basada en la autoridad de otros, hacia la autonomía moral que supone actuar según unas normas sobre las que hemos reflexionado y que pretenden ser las mejores para cualquier ser humano.El psicólogo estadounidense Lawrence Kohlberg estableció el proceso que va desde la heteronomía hasta la autonomía moral:

Etapa preconvencional (0-6 años).

Estadio 1. Castigo y obediencia. Se obedece por temor al castigo.

Estadio 2. Placer instrumental. Se busca el placer mediante el intercambio.

Etapa convencional (7-12 años).

Estadio 3. Orientación del buen chico. Se busca la aprobación y agrado del adulto.

Estadio 4. Orientación ley y orden. Lo más importante es seguir las reglas y normas establecidas en el grupo.

Etapa posconvencional (13-20 años).

Estadio 5. Legalismo social y contractual. Lo correcto son las leyes y normas legalmente establecidas.

Estadio 6. Principios éticos universales. Se asume guiarse por principios éticos universales para toda la humanidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *