Kant
Racionalismo vs. Empirismo
Kant se sitúa en el contexto del debate entre el racionalismo y el empirismo. Mientras que el empirismo (como el de Hume) defiende que el origen y límite del conocimiento se encuentran en la experiencia, considerando la mente como una «tabla rasa», el racionalismo (como el de Descartes) sostiene que el conocimiento se basa en la razón y la existencia de ideas innatas. Kant busca una síntesis entre ambas posturas, dando lugar a su giro copernicano o «revolución filosófica».
Giro copernicano
El giro copernicano implica un cambio de perspectiva: el mundo no es algo externo que se imprime en nuestra mente, sino que es un producto de ella. El sujeto se convierte en el centro del conocimiento. Kant distingue entre:
- Elementos a posteriori: provenientes de la experiencia.
- Categorías a priori: estructuras mentales que organizan la experiencia.
Ética Kantiana
La ética de Kant se caracteriza por ser formal, categórica y universal. Se basa en la razón y no en la experiencia, a diferencia del emotivismo ético de Hume. Kant considera al ser humano como un fin en sí mismo, dotado de razón y autonomía moral. Su imperativo categórico establece que debemos actuar según principios que podamos universalizar.
Relación con Aristóteles
Comparando la ética de Kant con la de Aristóteles, encontramos diferencias clave:
- Universalidad de la ley moral: Kant la considera universal, mientras que Aristóteles no.
- Fin en sí mismo: Para Kant, el cumplimiento de la ley moral es un fin en sí mismo. Para Aristóteles, lo es la virtud y la búsqueda de la felicidad.
- Autonomía: Kant defiende la autonomía moral, mientras que Aristóteles se centra en la felicidad como guía de conducta.
A pesar de las diferencias, ambos coinciden en la importancia de la razón y la búsqueda de una sociedad mejor.
Marx
Alienación
Marx critica la alienación presente en la sociedad capitalista. Esta alienación se manifiesta en diversos ámbitos:
- Alienación religiosa: La religión es considerada una invención humana que desvía al hombre de su realidad material y justifica la opresión.
- Alienación económica: Es la principal forma de alienación. El trabajo, en lugar de ser una actividad creativa y satisfactoria, se convierte en una fuente de sufrimiento y limitación. El hombre se convierte en un objeto, un medio para la producción.
- Alienación de la actividad: El trabajo se realiza solo por dinero, no por satisfacción propia.
- Alienación del objeto: Los objetos producidos no pertenecen al trabajador.
- Alienación social: La división del trabajo crea una sociedad dividida en clases antagónicas.
Plusvalía
La plusvalía es el beneficio que obtiene el capitalista al vender las mercancías por un valor superior al costo de producción (materias primas, desgaste de herramientas y fuerza de trabajo). Marx propone la abolición de la plusvalía como forma de explotación.
Trabajo
El trabajo es la actividad esencial del hombre para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, en la sociedad capitalista, el trabajo se encuentra alienado. Marx defiende la «abolición del trabajo alienado» y la realización del hombre a través de un trabajo libre y creativo.
Infraestructura y Superestructura
Marx distingue entre:
- Infraestructura: Base material de la sociedad, compuesta por las fuerzas productivas y las relaciones de producción.
- Superestructura: Conjunto de elementos que dependen de la infraestructura, como la religión, la ciencia, el derecho y las instituciones.
Para Marx, la infraestructura determina la superestructura.
Valor
El valor de una mercancía se determina por la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirla. Se distingue entre:
- Valor de uso: Capacidad de un objeto para satisfacer necesidades.
- Valor de cambio: Proporción en que se intercambia una mercancía por otra, expresado en el precio.
Relación con Platón
Marx, con su materialismo histórico, contrasta con el idealismo objetivo de Platón. Mientras Platón concibe al hombre con una naturaleza dual (cuerpo y alma), Marx lo entiende como un ser histórico que se construye a través del trabajo. Ambos critican el sistema político de su época y proponen alternativas: Platón aboga por un gobierno de los mejores, mientras que Marx busca una sociedad igualitaria sin propiedad privada. A pesar de sus diferencias, ambos coinciden en la importancia de la educación para el cambio social.