La Relación entre Razón y Fe en la Filosofía Medieval
El Surgimiento de Nuevos Horizontes Científicos
Durante la Edad Media, las teorías de Aristóteles sobre el universo, el espacio y los planetas fueron ampliamente aceptadas. Sin embargo, en el siglo XIII, algunas de sus concepciones comenzaron a ser cuestionadas. Este movimiento hacia nuevos horizontes científicos se desarrolló principalmente en Oxford y París.
El Desarrollo de la Mentalidad Matemática en Oxford
En Oxford, donde destacó Roger Bacon, la mentalidad matemática tuvo una notable importancia. El afán de calcularlo todo llevó a los estudiosos a extender los cálculos a la psicología, intentando cuantificar los sentimientos, y a la teología, con la pretensión de calcular la gracia de Dios y las diferencias entre pecados.
Las Complejas Discusiones Terminológicas en París
Los físicos de París fueron famosos por sus complejas discusiones terminológicas. Autores como Juan de Buridán y Nicolás de Oresme sobresalieron en ciencias naturales, lógica y astronomía.
La Relación Razón-Fe y la Posibilidad de la Teología como Ciencia
La aparición de la obra de Aristóteles supuso un peligro para la Iglesia y un daño para las almas, ya que desviaba a los hombres del credo cristiano. Tomás de Aquino encontró la solución al incorporar la filosofía aristotélica al cristianismo y estudiar la relación entre filosofía y teología.
La Distinción entre Teología Natural y Dogmática
Tomás de Aquino distinguió entre teología natural, que se ocupa de cuestiones teológicas mediante la filosofía, y teología dogmática, que se basa en la revelación y se transmite en la Biblia. Esta distinción estableció la relación entre teología y filosofía, entre fe y razón.
La Independencia y Autonomía entre Razón y Fe
La razón (filosofía) se basa en procedimientos lógicos y el conocimiento del mundo sensible, mientras que la fe (teología) parte de verdades reveladas. A pesar de sus diferencias, deben complementarse.
La Filosofía como Preámbulo de la Fe
La filosofía debe servir como preámbulo de la fe, introduciendo los dogmas de la fe. La verdad última teológica es inalcanzable para la filosofía, que no puede desvelar todos los misterios de la religión.
El Conocimiento de Dios
El conocimiento de Dios es imperfecto para los hombres, incluso mediante la revelación. El conocimiento más perfecto es el que Dios tiene de sí mismo, seguido por el de las inteligencias angélicas y las almas de los bienaventurados. El conocimiento humano de Dios es un reflejo del conocimiento de los ángeles y los bienaventurados, y el conocimiento metafísico es un reflejo aún más imperfecto.