El Método Cartesiano y la Búsqueda de la Verdad
La filosofía de Descartes se basa en la elaboración de un método matemático deductivo basado en la duda que permita evitar el error y alcanzar verdades absolutas. El método consiste en un conjunto de principios fáciles que todo aquel que se atreva a observarlos no tome nada falso por verdadero, y sin gasto alguno de esfuerzo mental llegue a una verdadera comprensión de todas las cosas que no superen su capacidad. El método se construye sobre la intuición, mediante la que accedemos a las ideas innatas, y sobre la deducción, movimiento de la mente basado en la memoria, mediante la que accedemos a la experiencia de las consecuencias lejanas.
El objetivo de Descartes es la unificación de todas las ciencias en una única ciencia que suponga la formulación de un método, ampliación del modelo matemático-deductivo y una norma moral provisional.
La Duda Metódica y la Existencia de Dios
Descartes duda de todo para ver si queda un saber del que sea imposible dudar. Por ello, su duda es metódica, ya que Dios supone, por tanto, el eje del sistema cartesiano frente al cual giran todos los demás seres. Este ser necesario es una sustancia infinita, y no necesita de ningún otro ser para existir.
Además, el criterio de evidencia encuentra su última garantía en Dios, pues si consideramos ideas evidentes es porque la razón nos lo permite; es decir, la facultad con que Dios nos ha dotado no puede conducirnos al error.
Para Descartes, el reconocimiento de la sustancia infinita, Dios, es racional e innato al ser humano, concluyendo que solo los ignorantes niegan la existencia de Dios.
El Dualismo Cartesiano: Alma y Cuerpo
Respecto a las sustancias finitas, distingue entre el alma, cuyo atributo específico es el pensamiento y de la que ya ha demostrado su existencia cuando se ha descubierto como un ser que piensa, y el cuerpo, el mundo, cuyo atributo definitorio es la extensión, y del que aún no sabemos si existe. Estrictamente hablando, ni la sustancia pensante ni la material serían sustancias, puesto que ambas deben sus existencias a otro ser, que es la sustancia infinita, el único ser necesario: Dios.
Dios es el que garantiza que el mundo, que las cosas materiales, existe, pues es un ser infinitamente bueno y no puede permitir que nos equivoquemos siempre y que el mundo que pensamos que existe no lo haga; luego, podemos estar completamente seguros de la existencia de la realidad extramental.
Descartes no puede explicar cómo alma y cuerpo, con atributos tan diferentes, se unen en el ser humano, lo que se conoce como el problema de la comunicación de las sustancias.
Además, da más importancia al alma, puesto que «el hombre no es sino su alma»
Comparación entre Descartes y Ortega
A continuación, se comparará el pensamiento de Descartes con el de Ortega y Gasset, contrastando el racionalismo cartesiano con el racionalismo y perspectivismo de este último filósofo. Descartes, filósofo, matemático y científico francés del siglo XVII, se enfrentará a Ortega, filósofo y ensayista español adscrito al novecentismo. Esta comparación se abordará desde tres perspectivas: epistemológica, antropológica y ontológica.
Perspectiva Epistemológica: La Búsqueda del Conocimiento
Según Ortega, el conocimiento siempre se alcanza desde un punto de vista y una perspectiva determinados. La verdad está condicionada por la circunstancia del sujeto. Por lo tanto, el conocimiento absoluto es inalcanzable, ya que solo podemos acceder a una parte de la verdad. Para Ortega, la verdad surge de una»razón vita», arraigada en la vida, no de una sustancia pensante o un alma racional.
Descartes, en contraste, ofrece una visión opuesta. Para él, la razón es el único criterio para determinar la verdad, ya que la distingue como clara y distinta, independiente del tiempo y el espacio. Ni el contexto histórico ni la experiencia personal influyen en la capacidad de conocer la realidad.
Perspectiva Antropológica: La Naturaleza del Hombre
Para Ortega, la existencia humana es inseparable de la verdad. Sin embargo, como se mencionó, esta verdad solo es accesible a través de la»razón vita», exclusiva del ser humano. Lo que define al hombre es su»vivi», su constante proceso de autoformación.
Descartes, por otro lado, se basa en un dualismo antropológico racionalista. Lo único indudable es la existencia del»yo piens», una sustancia que se justifica a sí misma como pensamiento. Para él, la esencia humana (el pensar) es universal e inmutable, independiente del tiempo y el lugar.
Perspectiva Ontológica: La Naturaleza de la Realidad
Ortega concibe la realidad como perspectiva. No es relativa ni objetiva, sino que se manifiesta desde múltiples puntos de vista, tantos como sujetos existen. Por lo tanto, la realidad en su totalidad solo sería accesible a Dios, el único ser capaz de abarcar todas las perspectivas. Cada sujeto solo puede acceder a una parte de esta verdad absoluta.
Descartes, en cambio, sostiene que la realidad solo puede ser aprehendida con certeza a través de la razón. Lo racional-matemático se identifica con lo real. Esta realidad es universal para todos aquellos que aplican correctamente el método. Además, Descartes establece una separación tajante entre la sustancia extensa (cuerpo) y la sustancia pensante (razón).