Empirismo-Racionalismo
El empirismo y el racionalismo son corrientes filosóficas modernas que coinciden en que la realidad no existe independientemente del sujeto que la conoce. Sin embargo, se diferencian en sus aspectos metodológicos:
- Racionalistas: Creen que la razón es la fuente del conocimiento, desconfían de la información sensorial, afirman que tenemos ideas innatas y que todo el conocimiento es objetivo y universal.
- Empiristas: Sostienen que el origen del conocimiento reside en la experiencia, que no poseemos ideas innatas y que solo podemos tener de la realidad un conocimiento probable.
Ambas corrientes también difieren en cuanto a la aceptación de la metafísica como conocimiento:
- Racionalistas: Creen que la razón no tiene límites y que con ella incluso se puede conocer lo metafísico.
- Empiristas: Niegan la metafísica como conocimiento, ya que de ella no se tiene información sensorial alguna.
Giro Copernicano
El giro copernicano es la expresión que alude a la revolución epistemológica iniciada por Kant, similar a la que realizó Copérnico en Astronomía. Conocer es el resultado de lo dado por los sentidos y de las estructuras cognitivas que aporta el sujeto. Para Kant, el producto del conocimiento es el fenómeno, al que se le aplican las formas a priori de la sensibilidad y del entendimiento (espacio-tiempo y categorías). Lo que el sujeto conoce son sus propias ideas acerca de las cosas, pero no las cosas mismas. Estas se llaman noúmenos.
Kant afirma que a la hora de conocer el sujeto es activo, pues interviene con unas capacidades innatas (a priori) que le ayudan a construir las ideas de la realidad.
Ilusión Trascendental
La ilusión trascendental es el error en el que cae la razón cuando intenta conocer los objetos que están más allá del límite de la experiencia (noúmenos). De esta manera, la metafísica no se puede convertir en ciencia, pues sus objetos de estudio carecen de datos sensoriales que den información para que a ellos se les pueda aplicar las categorías del entendimiento y las intuiciones puras de la sensibilidad (espacio-tiempo). Sin embargo, según Kant, tenemos una tendencia natural e inevitable a preguntarnos por esos noúmenos (Dios, alma, mundo). Si tomamos a estas ideas como reales, pero no como simples ideas del razonamiento, caemos en lo que se llama ilusión trascendental.
Contrato Social
El contrato social es la expresión que se refiere al acuerdo mediante el cual, hipotéticamente, los individuos decidimos salir del estado de naturaleza e instaurar un nuevo estado con el fin de alcanzar la paz y la seguridad. Las teorías contractualistas, de Locke, Hobbes, Rousseau y Kant, parten de distintas motivaciones cuando explican la necesidad del hombre para asociarse y formar un nuevo estado:
- Hobbes y Kant: Piensan que el ser humano en el estado de naturaleza vive en una situación de inseguridad permanente. Movido por el deber moral de buscar la paz, sale de ese estado de naturaleza y renuncia a su libertad natural, en favor de un estado civil que se rija por leyes comunes y públicas, a las que debemos obedecer porque cuentan con nuestro consentimiento.
Imperativo
Un imperativo es un mandato conforme a una regla que describe cómo debemos actuar. Kant distingue entre mandatos y máximas: los primeros son principios prácticos o leyes prácticas y son objetivos, puesto que aspiran a servir a todo sujeto racional; los segundos son principios prácticos subjetivos.
Los imperativos pueden ser hipotéticos y categóricos:
- Hipotético: Manda algo de forma condicionada, como medio para conseguir un fin determinado.
- Categórico: Manda algo como absolutamente bueno con independencia del perjuicio que implique. Prescribe la acción moral como fin en sí misma y tiene la siguiente formulación:»Obra de tal modo que puedas querer que tu norma de acción se convierta en ley universa».
Libertad
La libertad queda fuera de los límites del saber humano, tal como ocurre con otras ideas de la razón como la idea de Dios. Está relacionada con los usos de las formulaciones del imperativo categórico:»Obra de tal manera que la voluntad pueda considerarse a sí misma mediante su máxima, como legisladora universa».
La voluntad humana debe ser totalmente autónoma y las leyes morales han de emanar de la voluntad misma. Este ideal conecta la ética con otros ideales políticos, como la emancipación de la humanidad, tanto social como individual, reflejando el paso a su mayoría de edad, que es una consecuencia de la realización de la razón en la vida privada y pública.
En términos políticos, la libertad es para Kant y Rousseau un derecho natural que corresponde a todo individuo. Kant defiende la libertad política positiva, por la que cada individuo es coautor de las leyes del estado. De esta manera, Kant se aparta de Hobbes y se acerca a la idea de»voluntad genera» de Rousseau. El gobernante debería legislar como si fuera posible que la voluntad unida del pueblo diera su consentimiento a las leyes.