El Pensamiento Cartesiano y la Ética de Hume

La Certeza Fundamental: Cogito Ergo Sum

Puesto en duda, hay una certeza de la que es imposible dudar: es el hecho simultáneo del propio pensamiento y de la propia existencia. De lo que no puedo dudar es de que estoy dudando, no puedo dudar de mi pensamiento y mi pensamiento se da porque se da mi existencia. Mi pensamiento y mi existencia los percibo simultáneamente: cogito, ergo sum (pienso, luego existo).

Para dudar hace falta pensar, hace falta existir. Por lo tanto, hay que admitir que yo soy un ser que piensa, un ser que existe. Esta realidad puede con todas las dudas.

La posibilidad de que haya un genio maligno que se dedique a engañarnos, a hacernos creer que existimos, si esto es así, de que somos algo que existimos puesto que de lo contrario no nos podría engañar.

Ya soy un pensamiento, cosa que piensa, substancia pensante.

Res cogitans (la cosa pensante) hallada mediante la intuición, posee evidencia: claridad y distinción del método matemático: una primera verdad de la que será posible deducir el resto del sistema.

La Existencia y el Papel de Dios: Res Infinita

Las Ideas y sus Clases

Concluida la demostración de la existencia del yo pensante, en él se encuentran una serie de ideas. Tres clases de ideas:

  • Adventicias: Provenir de nuestra experiencia externa, cosas distintas.
  • Facticias: Las constituidas por mí mismo, a partir de la imaginación y voluntad.
  • Innatas: Dentro de mí, han nacido junto con mi conciencia. Son ideas evidentes, claras y distintas: este tipo de ideas son la base de afirmación fundamental del racionalismo.

La Existencia de Dios

De las ideas en el yo destaca la idea innata de Dios, subjetiva.

Existencia dentro de la mente, si existe fuera de nuestra mente, verdaderamente realidad. Existencia de Dios a pruebas. Las ideas de infinitud y perfección. La idea de infinito no puede proceder de una substancia infinita, esta está relacionada con la idea de perfección. El yo es finito, también es imperfecto, si el yo fuera perfecto no dudaría, no se equivocaría ni desearía.

Si el yo existe, tiene que existir un ser infinito y perfecto que haya puesto esas ideas en él, este ser es Dios.

Queda demostrada la existencia de una segunda substancia infinita.

El Mundo Corporeo: Res Extensa

Las ideas adventicias. No hay que admitir como verdadero todas las cosas que aparezcan en los sentidos, serán verdaderas las que sean evidentes, claras y distintas. Es la extensión.

Percibimos el mundo, las cosas físicas, los cuerpos, como cosas que tienen extensión.

Descartes prueba la existencia del mundo corpóreo, extenso, a partir de la existencia de Dios. Dios existe y es perfecto, es imposible que me engañe. Dios es la garantía de que el mundo exterior existe.

Nos encontramos ante el descubrimiento de una nueva substancia, la res extensa.

La Substancia en Descartes: Libertad y Mecanismo

  • Substancia infinita: Dios (res infinita)
  • Substancias finitas: substancia pensante – el yo (res cogitans), substancia extensa – el mundo (res extensa)

No existen últimas partículas indivisibles.

No existe el vacío, todo está lleno de materia.

Dios es la primera causa de todo el movimiento, ya que ha creado la materia con movimiento.

  • Res cogitans: alma que es libre.
  • Res extensa: cuerpo sometido a leyes mecánicas.

Esta unión de cuerpo y alma es una unión accidental, no substancial. El alma es pensamiento pero no vida. Se trata de dos realidades que nada tienen en común, distintas, independientes.

El alma es quien dirige los movimientos del cuerpo. Esta comunicación es posible gracias a la glándula pineal, en el cerebro, la sede del alma.

Ética: El Emotivismo Moral

Hume estudia la moral en el libro del Tratado de la Naturaleza Humana.

La teoría ética de Hume parte de la negativa a aceptar que la razón pueda ser el fundamento de la vida moral. Incurre en un error al confundir el ámbito de la filosofía teórica y de la filosofía práctica.

El fundamento de la moral se encuentra en el sentimiento. Sentimiento moral es un sentimiento de aprobación o reprobación que experimentamos de ciertas acciones y maneras de ser de los seres humanos. Es universal.

El bien es algo agradable, el mal desagradable, una acción es buena porque produce placer. Hume llama virtud a toda acción o cualidad mental que da al espectador el sentimiento placentero de la aprobación.

En su concepción, la moral es la simpatía. Es una capacidad humana que permite ponernos en el lugar del otro.

La ética de Hume también es utilitarista, la inclinación de la naturaleza hacia el bien proviene de la utilidad para la vida social. Nos agrada, aprobamos lo que es socialmente útil o beneficioso, nos desagrada lo que es perjudicial para la sociedad.

El emotivismo moral consideraba la existencia en el hombre de un sentimiento cuyo fundamento está en una doble disposición natural hacia el bien.

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