Racionalismo y Empirismo
El racionalismo y el empirismo son corrientes filosóficas modernas que coinciden en que la realidad no existe independientemente del sujeto que la conoce, pero se distancian en los siguientes aspectos epistemológicos:
- Origen del conocimiento: Los racionalistas creen que la razón es el origen y el fundamento del conocimiento, mientras que los empiristas consideran que el origen reside en la experiencia sensible.
- Ideas innatas: Los racionalistas afirman que poseemos ideas innatas, mientras que los empiristas niegan su existencia.
- Conocimiento objetivo: Los racionalistas aseguran que podemos acceder a un conocimiento objetivo y universal, mientras que los empiristas sostienen que solo podemos obtener un conocimiento probable.
- Límites del conocimiento: Los racionalistas afirman que el conocimiento es ilimitado porque la razón es infinita, mientras que los empiristas sostienen que es limitado porque solo podemos conocer lo que podemos percibir.
Libertad
La libertad es el requisito necesario para que tenga lugar la Ilustración. Kant defiende la libertad de hacer uso público de la razón, la posibilidad de que una persona exprese su opinión públicamente sin restricciones.
La libertad es también uno de los postulados de la razón práctica: es la condición de posibilidad de la moralidad, pues solo un ser libre es responsable y posee conducta moral. El grado de moralidad de un pueblo revela su grado de libertad.
Kant distingue dos sentidos de libertad:
- Acción independiente de todo lo natural.
- Capacidad de los seres humanos para determinarse a obrar según leyes dadas por su propia razón (ley moral).
La libertad equivale a la autonomía de la voluntad. El fundamento de la moralidad no es el libre albedrío, sino la libertad idéntica a la ley moral.
Giro Copernicano
El giro copernicano es una expresión que alude a la revolución epistemológica iniciada por Kant, análoga a la efectuada por Copérnico en astronomía: el sujeto, no el objeto, produce el conocimiento.
Conocer es el resultado de lo dado por los sentidos y de las estructuras cognitivas que aporta el sujeto. Solo conocemos fenómenos, objetos afectados por esas estructuras mentales. No podemos conocer la realidad en sí misma, lo»nouménic».
Hay unas condiciones que posibilitan el conocimiento, tanto la facultad de la sensibilidad (espacio, tiempo) como la facultad del entendimiento (categorías).
En definitiva, lo que el sujeto conoce son sus propias ideas acerca de las cosas, no las cosas en sí mismas, que son incognoscibles (fenomenismo).
Ilusión Trascendental
La ilusión trascendental es el error en el que cae la razón cuando intenta conocer objetos que están más allá del límite de la experiencia; es decir, cuando intentamos aplicarles las categorías, incurriendo en antinomias, paralogismos o sofismas.
Así, la metafísica es imposible que se convierta en ciencia, pues sus objetos de estudio carecen de datos sensibles que provean de contenido a las categorías del entendimiento.
Sin embargo, según Kant, en el afán de buscar leyes cada vez más generales, tenemos una tendencia natural e inevitable a preguntarnos por esos»incondicionado» o númenos (el alma, el mundo y Dios).
Estas ideas se emplean legítimamente cuando se hace un uso regulativo de ellas; esto es, cuando son tomadas como un objeto ideal para perfeccionar nuestro conocimiento.
Imperativo
Un imperativo es un mandato conforme a una regla o norma que describe cómo debemos actuar. Tiene un carácter constrictivo.
Ejemplos:
Kant distingue entre mandatos y máximas. Los primeros son»principios práctico» o leyes prácticas y son»objetivo», puesto que aspiran a servir para todo sujeto racional; las segundas son principios prácticos subjetivos.
Los imperativos pueden ser hipotéticos y categóricos. El imperativo hipotético manda algo de forma condicionada, como medio para conseguir un fin determinado.
Si el mandato manda algo como bueno absolutamente, con independencia del provecho o perjuicio que implique, nos encontramos ante un imperativo categórico, que prescribe la acción moral como fin en sí misma conforme a la siguiente formulación:
Según Kant, solo el imperativo categórico es propiamente moral.
Contrato Social
El contrato social es una expresión que se refiere al acuerdo mediante el cual, hipotéticamente, los individuos decidimos salir del estado de naturaleza e instaurar el Estado con el fin de alcanzar la paz y la seguridad.
Las teorías contractualistas con las que dialoga Kant son las de Hobbes, Locke y Rousseau. Kant, como Hobbes, piensa que el ser humano en estado de naturaleza vive en una situación de inseguridad permanente.
Movido por el deber moral de buscar la paz, sale de ese estado de naturaleza y renuncia a su libertad natural en favor de un Estado civil que se rija por leyes comunes y públicas, a las que debemos obedecer porque cuentan con nuestro consentimiento.
En el siglo XX seguirán vigentes teorías neocontractualistas como la de John Rawls.