Teoría del Conocimiento, la Dialéctica y el Alma en la Filosofía de Platón

Teoría del Conocimiento de Platón

Platón distingue cuatro grados de conocimiento, dos para el conocimiento sensible u opinión y dos para el conocimiento intelectual o ciencia.

Conocimiento Sensible (Opinión)

  1. Conjetura o imaginación: Es el conocimiento de las imágenes.
  2. Creencia o fe: Es el conocimiento perceptivo de las cosas sensibles.

Conocimiento Intelectual (Ciencia)

  1. Razonamiento o razón: Tiene como objeto los seres matemáticos.
  2. Conocimiento filosófico o inteligencia: Mediante la dialéctica, asciende a la contemplación intuitiva de las ideas.

La Dialéctica Platónica

La dialéctica en Platón es un ascenso de lo sensible a lo inteligible, permitiendo pasar de la multiplicidad de lo sensible a la unidad de las ideas. Muestra a las ideas como fundamento de la multiplicidad de lo sensible.

La dialéctica es un método de deducción racional que permite discriminar unas ideas de otras y relacionarlas, estableciendo una jerarquización entre ellas. Mediante la dialéctica se consigue el conocimiento, la ciencia.

Consiste en elevarnos del mundo sensible, por una intuición intelectual, a un mundo suprasensible compuesto por unidades sintéticas: las ideas.

La dialéctica platónica se descompone en dos momentos:

  1. Intuición de la idea.
  2. Establecimiento de dicha intuición de la idea: Se le llama establecer una hipótesis, ya que en el primer momento la idea está fundamentada en una experiencia sensible que ha servido de fundamento.

Platón afirma que se pueden utilizar varias hipótesis como material para el establecimiento de una hipótesis superior; de este modo, el espíritu se esfuerza por contemplar las ideas, y estas ideas que va adquiriendo se van depurando cada vez más hasta llegar a una aproximación, la mayor posible, nunca a la coincidencia absoluta con la idea, por eso el hombre nunca encontrará el logro perfecto.

Explicación de la Naturaleza

Tres son los elementos que forman parte de la concepción platónica de la naturaleza:

  1. Demiurgo o inteligencia ordenadora: Similar al nous de Anaxágoras.
  2. Materia eterna y caótica: Dotada de movimientos irregulares y caóticos.
  3. Las ideas o modelos: Que tomará el Demiurgo para plasmarlos en la materia, lo más perfectamente posible, pero nunca llegará a la perfección del original por ser una copia y por el grado de imperfección que introduce la materia, que es desordenada e indeterminada.

La forma de construir el mundo físico se relata en el Timeo. En general, la materia, que en un principio estaba desordenada y no ofrecía determinación concreta, es tomada por el Demiurgo, más que un dios, un arquitecto y ordenador, quien le imprime formas inspiradas en la contemplación de las ideas.

Concepción del Alma en Platón

Para Platón, el hombre es un compuesto de cuerpo y alma.

  • Cuerpo: Formado por el Demiurgo con la materia. Es imperfecto, mutable y despreciable.
  • Alma: Es lo importante.

Naturaleza y Estructura del Alma

Las almas son eternas, inmortales, indivisibles, espirituales y simples. La prueba de su inmortalidad es que, como son simples, no pueden destruirse, pues la destrucción implica la separación de los elementos que la componen.

Platón distingue tres funciones en el alma:

  1. Racional: Regula las funciones superiores del hombre y está localizada en el cerebro.
  2. Irascible: Reguladora de las pasiones nobles y situada en el pecho.
  3. Concupiscible: De donde vienen las pasiones innobles y los deseos puramente vegetativos; está localizada en el abdomen.

Relación Cuerpo-Alma

La unión de ambos es accidental e incómoda, encarnada por un pecado, ya que su lugar natural es el mundo de las ideas. El alma está en el cuerpo como prisionera.

Dicha unión es accidental, extrínseca, superficial, de mero contacto y no de unión íntima.

El papel del alma respecto al cuerpo es evadirse de él cuanto antes, pero esa evasión no es un regalo, sino que tiene que ganársela mediante la purificación de la falta cometida en el mundo de las ideas.

El procedimiento para liberarse es la virtud, que se alcanza cuando el alma domina las pasiones que la atan al mundo sensible y se eleva a su destino celeste.

Platón distingue cuatro virtudes fundamentales:

  1. Sabiduría: Virtud propia de la función racional.
  2. Fortaleza: Propia de la parte irascible.
  3. Templanza: Propia de la parte concupiscible.
  4. Justicia: Sería la armonía entre las otras tres.

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