Inmoral vs. Amoral: Diferencias Fundamentales
Entendiendo la Distinción
Es común confundir los términos «inmoral» y «amoral», utilizándolos como sinónimos. Sin embargo, en sentido estricto, ambos términos hacen referencia a realidades completamente distintas.
Amoral se refiere a una acción que se ejecuta fuera del dominio de lo moral. Es decir, no pertenece al campo de lo moral porque no puede ser juzgada ni calificada como buena o mala. Algunos ejemplos de acciones amorales son los movimientos reflejos y automáticos, como toser o estornudar, así como el canto de los pájaros o los ladridos de los perros.
Inmoral, por otro lado, pertenece al dominio de lo moral y se refiere a una acción contraria al bien y a lo debido. Robar, estafar o mentir son ejemplos de acciones inmorales, moralmente reprobadas y merecedoras de juicio negativo.
Ética y Moral: Un Análisis de la Naturaleza Moral del Ser Humano
Desmitificando la Diferencia
Existe una confusión generalizada en torno al significado de los términos «ética» y «moral». Aunque se tiende a diferenciarlos dependiendo del autor, en su significado original, estas diferencias no se justifican.
La palabra ética proviene del griego «ethos», que significa «costumbre». La palabra moral, por su parte, proviene del latín «mores», que también significa «costumbre». De hecho, el filósofo romano Cicerón utilizó «mores» para traducir directamente al latín la palabra griega «ethos».
Por estas razones, es correcto entender a la ética y la moral como sinónimos. Cada vez que se utilizan estos términos, se refieren a lo mismo.
El Origen de la Ética
La palabra «ética», que proviene del griego «ethos», tiene un doble origen etimológico. Por un lado, proviene de la palabra «ethos» escrita inicialmente con la letra «eta». Por otro lado, proviene de la palabra escrita con «epsilon».
«Ethos» con «eta» posee un significado mucho más amplio y rico conceptualmente. Se refiere al modo propio y exclusivo de lo humano que se manifiesta no solo en su actuar, sino en todo aquello que sea fruto de su acción creadora. Por ello, poseen connotación ética la medicina, el arte, la técnica, la ingeniería, el derecho, la política, etc. Todo aquello que sea obra del hombre.
Determinando un Punto de Reflexión Moral
Para determinar un punto de reflexión moral, debemos partir de un estado cero y proceder gradualmente. Recurriendo al lenguaje, mediante un análisis lingüístico centrado en las palabras «éticas» y «moral», podemos descubrir y fijar una primera verdad.
El examen de estas palabras revela que cada vez que se utilizan, siempre significan realidades humanas. Nunca se aplican fuera de lo humano. Por ejemplo, se habla de una ley moral, una institución, una persona, un acto moral o inmoral, pero a los elementos y eventos de la naturaleza, estas palabras no encuentran significado ni aplicación.
De este hecho, podemos extraer la primera afirmación: lo moral es algo exclusivo del ser humano. En el mundo conocido, solo el hombre es un ser moral.
La Naturaleza Moral del Ser Humano
¿Qué razones explican la naturaleza moral del ser humano? Los seres humanos poseen la capacidad de pensar, gracias a la cual pueden comprender y discernir entre el bien y el mal. En virtud de la facultad de la razón, es posible el conocimiento, la comprensión y la diferenciación entre el bien y el mal. Estos tres aspectos constituyen el acto de discernir.
En términos generales, la razón es una facultad de conocimiento. En el ámbito de lo moral, pasa a denominarse discernimiento.
Sin embargo, la capacidad racional no es suficiente para explicar la naturaleza moral de los seres humanos. El hombre no solo es un ser que piensa, sino un ser que actúa. Gracias a la razón, es posible la comprensión del mundo, pero la facultad en el individuo humano se determina por su acción. Ya no es la razón, sino la voluntad.
Gracias a la voluntad, los seres humanos nos definimos como seres libres. La capacidad de pensar y de ser libre constituyen las cualidades que definen al hombre como persona y un ser moral.
Discernimiento: Un Proceso Gradual
Discernimiento: dis-cernir // Dis: prefijo // cernir: separar
La capacidad de discernimiento es natural al ser humano, presente en todo individuo sin importar su cultura, época histórica, raza o religión. Por esta razón, nadie queda eximido de responsabilidad.
A partir de lo dicho, una primera forma de librarse de cualquier interpretación relativista acerca de lo moral es reconocer que existe un hecho objetivo: la capacidad racional de los seres humanos. Por consiguiente, la comprensión del bien y del mal ya no depende de la cultura, la religión, el contexto histórico ni de ninguna circunstancia, sino de la capacidad de discernimiento.
La segunda característica del acto de discernir es la gradualidad. El discernimiento se presenta en un desarrollo gradual, tanto en términos individuales como colectivos. Hay una evolución, ya sea en la colectividad como en el individuo. El discernimiento es un proceso que dura toda la vida.
Distintos individuos y distintas sociedades se encuentran en distintos niveles de evolución moral. Nuestra sociedad establece un mínimo legal (14 años) con el objetivo de determinar responsabilidades cívico-legales, lo cual no anula el hecho de la duración del discernimiento para toda la vida del sujeto. El discernimiento se presenta como un proceso de desarrollo constante en la vida.
Conciencia: El Fruto del Discernimiento
Conciencia: la palabra conciencia proviene del latín y proviene de los términos: Cum: conjunto + Scientia: ciencia, conocimiento.
Una vez que se produce el discernimiento, se genera conciencia respecto de los hechos en cuestión.