Evolución, Cultura y Libertad: Un Análisis Filosófico

Evolución

Explicaciones preevolucionistas

La tradición bíblica explicaba el origen del ser humano acudiendo a la teoría creacionista, que se sustentaba en una interpretación literal del libro Génesis. Sus tesis básicas eran: la creación separada y definitiva de todas las especies vivas, y la creación del hombre por Dios, a su imagen y semejanza. Fijista, es decir, el carácter inamovible de las especies a lo largo del tiempo. En el siglo XVIII, el creacionismo fijista tuvo defensores como Linnaeus y Cuvier, quienes defendieron las tesis fijistas ya que consideraban que la adaptabilidad de los individuos al medio es el resultado o producto de un diseño inteligente. Y, según ellos, esto evidenciaba la existencia de un creador detrás de todo el proyecto de la vida. El talante fijista se refleja en la crítica que opusieron a los trabajos de algunos contemporáneos como Lamarck, que defendían una visión evolucionista del acontecer natural. Paradójicamente, los estudios de zoología y botánica que realizaron Cuvier y Linnaeus fueron la base de estudios que apoyaban una concepción evolucionista del origen de las especies.

Explicaciones evolucionistas

Charles Darwin publicó la obra El origen de las especies. En ella están las bases de las explicaciones evolucionistas actuales. Podemos sintetizar la teoría darwinista en tres tesis fundamentales:

  • Las especies devienen por transformaciones continuadas. Todas las especies provienen de otras anteriores por medio de cambios graduales.
  • La selección natural es el principio explicativo de la evolución. Entre los cambios que se producen en las especies, solo perduran y se transmiten aquellos que resultan más eficaces en la lucha por la vida. Los individuos mejor dotados sobreviven y transmiten hereditariamente sus características.
  • El ser humano desciende de antiguos primates.

La publicación de esta obra tuvo una gran repercusión social y generó mucha polémica en su época. Afirmaba que las especies no son independientes las unas de las otras ni inalterables. En la actualidad, la teoría de la evolución se ha confirmado con numerosos datos paleontológicos. La teoría darwinista no explicaba los mecanismos que determinaban qué características se transmitían de generación en generación ni de qué manera lo hacían. La ausencia de una teoría que diera cuenta de cuáles eran los factores que influían en la herencia biológica de los caracteres fue subsanada por Gregor Mendel. Formuló una teoría de la herencia en la que aseguraba que los caracteres hereditarios están determinados por factores específicos; estos factores fueron llamados genes. Las doctrinas mutacionistas, consecuencia de estas investigaciones, explican los cambios en las características de las especies a partir de alteraciones o mutaciones en el material genético. La combinación de la teoría de la selección natural y las doctrinas mutacionistas es la base de las teorías sintéticas o neodarwinistas que completan nuestros conocimientos actuales sobre la evolución. Gregor Mendel: leyes de herencia -> 1900. Genética: gen/mutación, ADN -> siglo XX. Paleontología -> ciencia que estudia las especies vegetales y animales ya extinguidas y cuyos restos se encuentran en estado fósil.

La evolución en el ser humano

La ciencia ha explicado cómo a partir de los primeros organismos multicelulares se llega hasta el ser humano. Las clasificaciones que muestran los orígenes del hombre a partir de la evolución de los primates están sujetas a frecuentes cambios. Una de las clasificaciones que hoy en día se considera válida es la siguiente:

Primates –> Antropoides –> a) cercopitecoideos b) hominoideos -> 1) homínidos 2) pongidos

1.1) ardipithecus ramidus 2.2) Chimpancé, gorila

1.1.1) australopithecus afarensis —> 111A) australopithecus robustus 111B) Homo –> homo habilis, homo erectus, homo sapiens -> homo sapiens sapiens (ser humano actual)

Dentro de los homínidos, la evolución humana parece que se ha producido de la siguiente manera: primero fue el ardipithecus ramidus (4.4 millones de años), el siguiente fue la aparición del género de los australopithecus afarensis (2-4 millones de años). Al parecer, este dio lugar a dos líneas de evolución: una extinguida (australopithecus robustus) y otra que evolucionó hasta el ser humano actual. A partir de esta segunda línea evolutiva apareció una especie considerada ya humana, el Homo habilis (1 y 2 millones de años). Aunque los australopithecus ya andaban erguidos, con el homo habilis se produjo un aumento de la capacidad craneal y la aparición de las primeras culturas materiales. El homo erectus (1 y medio millones de años) se caracterizó por una capacidad craneal de 1000 cm³ y cambios culturales muy destacables. Fue esta la especie que abandonó la cuna africana y se extendió por otros continentes. Siguiendo esta línea evolutiva, llegamos hasta el homo sapiens, nuestro antepasado inmediato que vivió hace 250,000 años, dando paso hace 35,000 años a nuestra especie homo sapiens sapiens, con capacidad craneal de 1400 cm³.


La antropología y la paleontología son ciencias que avanzan incesantemente con cada nuevo descubrimiento. Los fósiles humanos hallados en Atapuerca demuestran la presencia del ser humano en el continente europeo desde hace casi un millón de años y aportan sin cesar nuevas luces sobre las poblaciones del periodo Pleistoceno. Para desvelar el misterio de dónde y cómo apareció nuestra especie, existen dos teorías:

  • La teoría del candelabro (Wolpoff): afirma que el origen del ser humano actual es multirregional, que se produjeron distintos procesos evolutivos en lugares dispares del mundo prehistórico y que hubo intercambio genético entre las muchas poblaciones existentes, y que el origen del ser humano podría haberse dado en cualquiera de estos enclaves. El cruce genético habría ido contribuyendo a crear la especie humana tal como la conocemos ahora. Esta teoría se apoya en fósiles.
  • La teoría del arca de Noé (Stringer y Andrews): afirma que el ser humano actual tiene un origen único situado en el continente africano. Los humanos actuales habrían emigrado desde África y ocupado otras partes del planeta.

La hominización

Los cambios más importantes que se produjeron en los homínidos:

  • Posición erguida: a diferencia de otros primates, los antepasados del ser humano se caracterizaron por la marcha bípeda. Esto provocó una serie de cambios anatómicos: pérdida de prensilidad en los pies, cambios en la curvatura de la columna, fortalecimiento del cuello… pero sobre todo permitió la observación de mayores áreas de espacios naturales y la liberación de las extremidades superiores en los desplazamientos.
  • Liberación de las extremidades superiores: las manos se especializan en funciones distintas de la marcha: la manipulación de objetos, la caza, la defensa y el trabajo, y posibilitaron la utilización e invención de toda clase de instrumentos.
  • Desarrollo cerebral: el tamaño del cerebro se triplica, se hace más complejo; se desconocen las causas del aumento cerebral en los homínidos. Muchos coinciden en que cuanto mayor sea la pericia en la manipulación y la fabricación del objeto, mayor será la capacidad para idearlos y concebirlos, y al revés, a mayor capacidad cerebral, mayor destreza manual. El desarrollo cerebral fue el elemento que hizo posible la aparición de:
  1. Capacidad técnica -> capacidad de fabricar y utilizar instrumentos para modificar el entorno y satisfacer nuestras necesidades.
  2. Capacidad simbólica -> capacidad que posee el ser humano de crear y expresarse por medio de símbolos. Los símbolos son signos. Los símbolos son convencionales, es decir, no mantienen ninguna relación causal ni de semejanza con la realidad a la que representan, sino que la relación que los conecta ha sido establecida por las personas.

Existen dudas sobre cómo se produjo este proceso de hominización. André Leroi-Gourhan propone un desarrollo cronológico alternativo al que acabamos de examinar: fue el incipiente uso de instrumentos lo que obligó a los homínidos a liberar las manos y a adoptar una postura erguida. Esto les habría permitido ampliar y desarrollar la capacidad craneal y con ella el tamaño y complejidad del cerebro.

El lenguaje y la capacidad simbólica

Gracias al lenguaje, el humano es capaz de realizar generalizaciones y abstracciones y referirse a realidades pasadas, futuras o imaginarias. El lenguaje supone una diferencia cualitativa, es decir, un rasgo especialmente humano. Existen diversas teorías acerca del origen del lenguaje y de esta cuestión se ocupa científicamente la filogénesis del lenguaje -> tiene en cuenta el desarrollo evolutivo del lenguaje en la especie humana y compara con la capacidad comunicativa de otras especies. El lenguaje articulado ha derivado de un primer lenguaje gestual. Existen diversas hipótesis que dicen cómo, cuándo y por qué los gestos dieron lugar a la comunicación articulada.

  • Una mutación genética.
  • El aumento progresivo de la inteligencia general favorecería la aparición y el crecimiento de la capacidad simbólica y lingüística.
  • La generalización de señales gestuales de alarma o de aviso provoca que estas se vayan combinando con señales vocales.

Es posible que las tres teorías anteriores sean complementarias y compongan una explicación multicausal del origen del lenguaje. George Miller destaca que lo que sí está claro es que para que apareciese el lenguaje en los homínidos tuvieron que darse varias condiciones.

Cultura

La cultura es el principal factor humanizador.

La cultura como factor humanizador

Hominización (aparición del género Homo y de todas sus especies) Humanización (aparición de las primeras especies que se pueden considerar propiamente humanas)

Si la determinación biológica y genética con la que venimos al mundo constituye lo que consideramos nuestra dimensión natural, nuestra dimensión cultural, en cambio, está compuesta por todo aquello adquirido socialmente: conocimientos, técnicas, hábitos, normas y formas de vida. Consideramos que la cultura es el conjunto de informaciones adquiridas a través del aprendizaje social.

La adquisición de nuevas costumbres en los animales es social; la forma de aprendizaje es la imitación. En el ser humano, una forma de transmisión cultural que es específicamente suya es la transmisión a través del lenguaje. El lenguaje articulado se considera una cualidad específicamente humana y también una condición necesaria para el desarrollo de la cultura. El lenguaje permite el pensamiento y la comprensión de la realidad. Gracias al lenguaje, la especie humana puede transmitir la información sin que sea necesario el contacto directo entre los miembros del grupo. El lenguaje permite la transmisión y la asimilación de las nuevas conductas, técnicas, conocimientos o información, a distancia. Y así, los nuevos contenidos culturales se heredan de generación en generación, se acumulan y se incrementan con el paso del tiempo. El lenguaje es la causa del carácter acumulativo de la información cultural y la principal diferencia entre el hombre y el resto de los animales. La cultura humana es el conjunto de informaciones adquiridas socialmente y transmitidas mediante el lenguaje. El ser humano, gracias a la cultura, puede adaptarse modificando su propio medio. Cuando, gracias a la cultura, el ser humano modifica su entorno de manera que este le sea más favorable y le permita satisfacer sus necesidades y garantizar su supervivencia, decimos que la cultura tiene un valor adaptativo. La adaptación cultural ha sido más frecuente y significativa que la adaptación genética.

Contenidos fundamentales de la cultura humana

La cultura reside en los individuos, puesto que los contenidos culturales se almacenan en el cerebro. Sin embargo, las informaciones culturales que cada individuo posee son compartidas por los distintos miembros de un mismo grupo. En este sentido, se puede hablar de cultura de grupo o cultura colectiva. Jesús Mosterín enumera tres tipos básicos de información:

  • Descriptiva: explican y representan la realidad. Permiten comprender el funcionamiento y las características de nuestro entorno; se pueden agrupar en varios tipos según el grado de certeza y objetividad que proporcionan.
  • Práctica: proporcionan pautas para la acción, enseñan a realizar tareas de forma eficaz, capacitan para el desarrollo de técnicas de modificación del entorno.
  • Valorativa: originan sentimientos de atracción o de rechazo hacia lo que nos rodea, permiten valorar lo que nos rodea como bienes deseables y dignos de estima o como todo lo contrario, posibilitan la posesión de normas, prejuicios y valoraciones éticas y políticas.

Diversidad cultural

La cultura constituye un rasgo diferenciador del ser humano. Hay que reconocer que no hay una sola cultura, sino muchas. Esta pluralidad se conoce con el nombre de diversidad cultural. La variedad de culturas es consecuencia de una característica propia del ser humano. El hombre, a diferencia de los animales, es un ser abierto. Ante la vida, no está programado para responder de forma fija, sino que posee libertad para determinar su propia conducta. A lo largo de la historia, el aislamiento y la falta de contacto entre los distintos grupos que pueblan la tierra han favorecido la diferenciación y la diversidad.

Posturas ante la diversidad cultural

Cuando las formas se encuentran ante formas de vida, creencias, conductas y costumbres distintas de las suyas, reaccionan de múltiples maneras. Las posturas ante la diversidad cultural son varias:

  • Etnocentrismo: actitud adoptada por los que juzgan y valoran la cultura de otros grupos desde criterios o creencias de la propia cultura. Desde la seguridad de que la suya es la buena, se desprecian y critican los elementos culturales diferentes y extraños. Esta postura está en la base de fenómenos como el imperialismo o la colonización. Esta postura puede degenerar en racismo o xenofobia.
  • Racismo: creencia, actitud o conducta que se basa en la consideración de que hay unas razas superiores a otras. Se manifiesta en la marginación o aislamiento de un grupo en función de su raza, religión, etc.
  • Xenofobia: actitud de desprecio y rechazo hacia lo extranjero.
  • Relativismo cultural: considera que es imposible comparar o evaluar las características de las distintas culturas. Se basa en la creencia de que toda cultura tiene valor en sí misma, ya que todos los elementos que la forman se comprenden y explican por una lógica interna que al observador externo le es difícil de captar. El riesgo o inconveniente de esta postura es que suele servir como excusa para la pasividad e inacción ante actos injustos e inhumanos.
  • Universalismo: propone un rechazo de las actitudes etnocentristas para evitar que unas culturas se impongan a otras, basándose en un diálogo real que facilite la convergencia de aquellos rasgos culturales que han demostrado su eficacia. Para los defensores de esta postura, estos rasgos merecerían convertirse en rasgos universales, es decir, extenderse a todas las culturas. Pero esto no significa que las características propias de cada pueblo deban desaparecer. Se opone al relativismo. Esta postura cuenta también con detractores que consideran el universalismo como una especie de etnocentrismo camuflado y una manera de entender el mundo características de la cultura occidental, bajo la que se esconde un proyecto homogenizador, subordinado a la globalización económica.
  • Interculturalismo y diálogo: nace del reconocimiento de la pluralidad cultural como un hecho enriquecedor, ya que puede ayudarnos a entender mejor el mundo y a nosotros mismos. Se basa en la consideración de que es posible y deseable la convivencia pacífica y armoniosa de distintas formas de vida.

Hacia la convergencia cultural

En la actualidad, el gran alcance y desarrollo de los medios de comunicación está borrando las distancias y acabando con el aislamiento. El contacto cultural es cada vez mayor. Por esta razón, se dice que estamos en un momento de convergencia cultural sin precedentes. Este contacto y la proximidad entre los diversos pueblos producen un fenómeno que se ha llamado contagio cultural. La asimilación de rasgos propios de otros pueblos hace que cada vez sean más parecidas las culturas humanas.

La polémica sobre la posmodernidad

Los filósofos modernos y posmodernos discuten en la actualidad sobre si es posible, pero sobre todo si es aconsejable promover y fomentar una convergencia de todas las culturas humanas. En el fondo de la polémica hay unos presupuestos y formas de entender la cultura completamente distintos. La razón de estas diferencias estriba en que los modernos son los máximos exponentes y defensores del ideal de modernidad, mientras que los posmodernos se definen por oposición a estos y a su optimismo ante la posibilidad de modernización.

Modernos:

Representantes -> Kant, Voltaire, Diderot y Habermas / Presupuestos -> El ser humano es libre y racional, existencia de una razón universal: la razón es única y la misma para todos los hombres, creencia y confianza en el progreso científico y moral, creencia en una historia común: toda la humanidad tiene una misma meta, la modernización. / Ideas defendidas -> convergencia cultural: acercamiento de todas las culturas, la humanidad debe tener hacia la modernidad: * organización de la vida en torno al desarrollo científico, técnico e industrial * vida económica basada en el liberalismo * orden político basado en la defensa de los derechos humanos y regido democráticamente / Críticas mutuas -> acusan a los posmodernos de un relativismo cultural que lleva a: * indiferencia y abandono de los pueblos atrasados * negar a los pueblos subdesarrollados el camino del progreso económico, científico y de las libertades políticas.

Posmodernos:

Representantes -> Lyotard, Vattimo, Rorty / Presupuestos -> no existencia de una razón única y universal: la razón se desarrolla de forma especial en cada cultura, valor intrínseco de cada cultura: cada una tiene su propia lógica interna, desconfianza ante la idea de que existe una historia común para todos los hombres / Ideas defendidas -> pluralidad cultural: la diversidad es inevitable y deseable, la humanidad no ha de tener a la modernidad: * la modernidad no es una meta válida para todas las culturas * cada cultura tiene su propia meta o ideal * no hay una historia común para toda la humanidad. Cada cultura ha de seguir su propio camino. / Críticas mutuas -> acusan a los modernos de etnocentrismo * querer hacer de la cultura occidental el centro del mundo * apoyar el dominio de la raza blanca y su cultura sobre el resto del planeta.


La dinámica de la cultura

Las transformaciones culturales se producen en un proceso denominado dínamica de la cultura. Los cambios culturales que se han ido produciendo con el paso del tiempo han sido descritos por la historia, la etnología y la arqueología y tratan de ser explicados por la dínamica social. Mosterín establece cinco tipos de transformaciones culturales:

  • Mutación cultural: supone la introducción de nuevos contenidos, la modificación de los ya existentes; la mutación puede deberse a una intención voluntaria (invención) o involuntaria, debida a errores en el proceso de imitación.
  • Transmisión cultural: transporta las informaciones culturales de manera vertical (de padres a hijos, de generación en generación) o de forma horizontal (entre individuos de la misma generación).
  • Difusión o contagio cultural: supone el trasvase de elementos de otras culturas y su adopción como propios; puede darse de forma espontánea o por imposición (aculturación).
  • Deriva cultural: se da cuando una cultura se fragmenta en grupos o subgrupos culturales.
  • Selección cultural: acontece cuando las innovaciones culturales que resultan eficaces se mantienen, ya que los miembros del grupo las prefieren y eligen racionalmente.

VOB. *Etnología -> ciencia que estudia las razas en sus aspectos físicos y mentales.

*Dínamica social -> rama de la sociología que estudia los cambios en la evolución de los fenómenos sociales.

*Aculturación -> imposición de elementos culturales de otra cultura. Es el término contrario de enculturación.

*Enculturación -> proceso mediante el cual un individuo asimila como propios los contenidos y las formas culturales del grupo al que pertenece y con el que se identifica.

Tensión naturaleza-cultura

El ser humano se enfrenta en muchas situaciones al choque entre realidad biológica y realidad cultural, entre naturaleza y cultura, generando una tensión que el ser humano trata de equilibrar con mayor o menor éxito. Sigmund Freud se refiere al malestar en la cultura. El ser humano vive aferrado a los avances técnicos y a las normas culturales y, por ello, vive también incómodo e insatisfecho, pues eso supone reprimir continuamente sus instintos primarios para adaptarse mejor a las normas y los prejuicios de la cultura imperante. En el siglo XXI, el movimiento ecologista es tal vez la corriente más sensibilizada con la tensión entre naturaleza y cultura. Es un movimiento que, en general, busca equilibrar los intereses humanos con el respeto a la naturaleza, permitiendo al ser humano vivir en ella sin renunciar a la cultura.

Persona

Aproximación a la noción de persona

Podemos rastrear el origen y la evolución del término persona a lo largo de la historia:

  • En la antigüedad clásica -> procede del latín persona, que designaba la máscara con que los actores se cubrían en el teatro. Y del griego, que alude al que mira hacia delante.
  • En la Edad Media -> aparece el término persona para referirse al ser humano como creación de Dios. De esta época es la primera definición de persona en el sentido que le atribuimos en la actualidad, definición de Boecio.
  • En la época contemporánea -> se entiende el uso del término persona asociado a nociones de dignidad, libertad y valor. Se introducen aspectos psicológicos y éticos. En definitiva, se conoce que la persona es un fin en sí misma y se insiste sobre todo en el respeto a su dignidad.

De entre todas las definiciones, destacan la de los personalistas con Mounier como máximo representante. Resaltan una nueva dimensión: la apertura hacia otras personas, el otro. Insisten en el sentido ético y en el compromiso con su sociedad y la solidaridad con otras personas.

Rasgos de la persona

Pueden destacarse al menos estos rasgos fundamentales:

  • Valor: cada ser humano es absolutamente único e irrepetible y su valor es incalculable.
  • Dignidad: sean cuales sean sus circunstancias y condición, merece y debe ser tratada con respeto.
  • Libertad: es libre en sus elecciones y en sus acciones, que a su vez le configuran en la medida que las elige para realizar plenamente su vocación individual.
  • Compromiso ético: es un ser abierto a los otros que busca entender los ideales de dignidad y libertad a toda la humanidad.


La libertad

La condición racional del ser humano le convierte en un ser capaz de pensar por sí mismo.

Aproximación a la noción de libertad

Distinción entre libertad externa y libertad interna.

  • Libertad externa: llamada libertad de acción. Consiste en la ausencia de trabas externas que dificulten la acción, es decir, se trata de poder hacer lo que queremos sin que nada ni nadie nos lo impidan.
  • Libertad interna: llamada libertad de elección o libre albedrío. Consiste en la capacidad o posibilidad de decidir o querer esto o lo otro, y esta decisión es indeterminada, es decir, no causada.

Entre ambas existe una estrecha y mutua relación. Si poseemos capacidad para elegir lo que queremos hacer, pero externamente estamos obligados a actuar de una determinada forma. La libertad externa se conoce también como libertad política o social, puesto que los factores sociales y políticos son los que más favorecen o entorpecen su presencia. La libertad interna, en cambio, sí resulta problemática, pues podemos poner en duda su existencia.

El determinismo o la ausencia de libertad

Existencia de la libertad es algo de sentido común y, por lo tanto, incuestionable. Sin embargo, la convicción de que poseemos libertad no deja de ser una creencia. El determinismo es una concepción filosófica que afirma que todo está determinado, es decir, inevitablemente causado. Por lo tanto, niega la existencia de libertad. Para ello se basa en el principio de causalidad. Según este principio, todo acontecimiento del mundo está causado. Consideramos que un acontecimiento C causa el acontecimiento E, si es imposible que dándose C no se derive E. Según el determinismo, no poseemos libertad de decisión.

  • Determinismo físico: afirma que toda la realidad está determinada y puede explicarse por leyes naturales. Según esta concepción, el comportamiento de todos los seres del universo está regido por las leyes fijas y estables de la materia. Se basa en una visión mecanicista del mundo. El mecanicismo sostiene que la realidad debe ser entendida como un gran mecanismo o máquina. El universo y todos sus estados y acciones siguen patrones fijos. Uno de los defensores de este determinismo fue Laplace. Los logros que cosechó en astronomía, aplicando las leyes de la mecánica newtoniana, lo llevaron a afirmar que si conociésemos el estado actual de toda la materia y las leyes que la regulan, entonces conoceríamos el pasado y el futuro de todo el universo.
  • Determinismo genético: según el determinismo genético, el comportamiento de un ser está determinado por el código genético que lo define; no somos más que la manifestación de nuestros genes. Richard Dawkins ha defendido una curiosa y radical hipótesis: los organismos no somos más que la invención de nuestros genes para asegurarse la supervivencia. Lo que quiere dar a entender es que el comportamiento de los individuos está determinado por sus genes.
  • Determinismo ambiental o educacional: según esta postura, los que determinan nuestra conducta son los factores ambientales. La educación que hemos recibido y lo que hemos aprendido son decisivos en nuestro comportamiento. Para los defensores de esta postura, cualquier acción puede entenderse como una respuesta a condiciones ambientales. Por esta razón, es posible modificarla cambiando la influencia de las condiciones ambientales mediante el aprendizaje.
  • Determinismo económico: para los que mantienen esta postura, son factores económicos (formas de producción, sistemas de vida, organización productiva, situación económica…) los que determinan nuestra conducta. Una de las corrientes que defienden la influencia de los factores económicos en la conducta humana es el marxismo.
  • Determinismo teológico: defiende la existencia de algo que está por encima del ser humano y que determina sus acciones. Todo lo que hacemos está ya previsto, ya sea por un hado o destino, o por una voluntad superior o divina. El ser humano no es dueño de sus actos; es una marioneta en manos del hado o la divinidad. La teología reformista afirma que la voluntad humana no es tal, pues se encuentra a merced de la voluntad divina.


El indeterminismo o la existencia de libertad

Los defensores de la libertad alegan contra los deterministas que estos se han confundido lo que son factores condicionantes con factores determinantes:

  • Factores determinantes -> equivalen a las causas de la acción. El comportamiento humano se considera consecuencia inevitable de factores que él mismo no controla.
  • Factores condicionantes -> equivalen a los motivos de la acción. El comportamiento humano está influido por estos factores externos, pero no se considera un resultado de ellos.

La defensa de la libertad suele conllevar una defensa del indeterminismo en el sentido de que nuestras acciones y decisiones no están determinadas, sino condicionadas. Afirmar el indeterminismo en la actuación humana no significa afirmar la indiferencia en esta. Pensar que nuestra elección es indiferente a cualquier factor supondría pensar que nuestra acción es arbitraria e irracional, pues decidir algo sin que nos inclinen motivos racionales no puede verse de otro modo. Defender el indeterminismo no equivale a defender la indiferencia ni significa promover la inacción y la irracionalidad en la conducta.

La evidencia de la libertad: para algunos pensadores, la libertad no necesita demostración. Un autor representativo de esta postura es Descartes, que defiende la evidencia intuitiva de la libertad. Desde esta perspectiva, la creencia de que actuamos libre y voluntariamente es una verdad evidente por sí misma. Por esta razón, podemos considerarla un axioma: no se demuestra, pero es la base en la que se sustentan muchas de nuestras creencias acerca del ser humano.

Indeterminismo teológico: la teología católica acepta la omnisciencia divina sin negar por ella la capacidad de elección del ser humano. Para los pensadores de esta orientación, que Dios sepa de antemano qué van a decidir y cómo van a actuar los seres humanos no anula su libertad. Así pues, para la religión católica, Dios y la libertad son compatibles. Santo Tomás de Aquino es uno de los filósofos y teólogos más representativos de la filosofía cristiana. Según este pensador, el ser humano posee libertad de elección. Esta libertad de elección se basa en un juicio del entendimiento que muestra que es preferible de acuerdo con el bien que deseamos alcanzar. Es, pues, el entendimiento el que mueve a la voluntad a elegir una cosa u otra.

Libertad y moralidad: si el ser humano no posee libertad de elección, entonces no es posible hablar de responsabilidad ni moralidad. Solo podemos hacer a alguien responsables de sus actos si realmente lo es, es decir, si ha actuado consciente, voluntaria y libremente. Poseer libertad de elección y tener que responsabilizarnos de nuestras acciones nos convierte en el único animal moral que existe. Kant es uno de los filósofos que ha defendido de forma más brillante esta idea. Expresado de forma kantiana, sería: la libertad es un postulado de la razón práctica o moral; es decir, a pesar de que la libertad resulta indemostrable, es necesario suponerla para que la moral sea posible.

Indeterminismo físico: la mecánica cuántica ha cosechado notables éxitos en microfísica. Las investigaciones de eminentes físicos hacen que se tambalee la visión mecanicista que se tenía del mundo. Una de las razones de ello es que esta teoría utiliza en sus explicaciones leyes estadísticas y probabilistas que no cuadran con la concepción tradicional de ley física. La mecánica cuántica ha propiciado una serie de interpretaciones filosóficas que defienden el indeterminismo de la realidad. Entre estas interpretaciones, hay que destacar la que lleva a cabo la escuela de Copenhague y su representante Bohr. Según esta interpretación, la mecánica cuántica pone al descubierto que en la realidad impera cierto grado de indeterminación. El determinismo mecanicista, según el cual todo tiene una causa y responde a una ley precisa y estable, sería falso; en la realidad también hay lugar para la arbitrariedad y el azar. Sin embargo, otros autores se han opuesto a esta interpretación de la mecánica cuántica, entre ellos Einstein. De todas formas, la cuestión de si la realidad está o no determinada es algo que, como afirma Popper, no compete a la física. La constitución y la naturaleza última de la realidad es una cuestión que incumbe a la metafísica.

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