Hume/Locke
Ética
Realiza una crítica a toda la ética anterior a él. Nuestros juicios no son producidos por la razón, pues no son morales al no ser analíticos, ni de cuestiones de hechos. Los juicios morales no describen solamente la realidad percibida, sino que nos ayudan a clarificar la utilidad de las acciones humanas, pero no pueden impulsar a realizarlo. Al no ser la razón la clave de la moral, afirma que se fundamenta en el sentimiento moral del individuo. Este es una emoción o gusto interior que surge y muestra agrado o desagrado ante las acciones. Este defiende la teoría del emotivismo moral.
Descartes
Teología
Descartes identifica la idea de infinito con la idea de Dios. Según este, la idea de infinito (Dios) no es adventicia ni facticia, así será innata. Aplica el principio de causalidad para demostrar su existencia. Al no ser innata, no puede tener como causa un ser finito, porque debe haber proporción entre causa y efecto, sino que ha sido causada por un ser infinito y afirma que Dios existe. La sustancia infinita, omnisciente y perfecta, así describe a Dios, y es la garantía y el fundamento de que a las ideas les corresponde una realidad extramental porque Dios no engaña.
Metafísica
Existen tres sustancias:
- – El cogito o sustancia pensante.
- – Dios o sustancia infinita.
- – Realidad exterior o sustancia extensa.
Él define sustancia como todo aquello que existe independientemente de otro ser, por eso solo Dios existe, ya que es el único que no necesita una causa ajena para existir. La extensa y la pensante son independientes entre ellas, ya que puede existir alma sin cuerpo y realidad sin yo.
Antropología
El ser humano es la sustancia pensante o cogito, independientemente de la sustancia extensa. El cuerpo actúa como máquina y defiende el mecanismo, y no se comporta de forma libre. El alma (inmortal) actúa con libertad y debe gobernar la máquina. Afirma un dualismo entre cuerpo y alma, y mantienen una lucha. La relación entre estas dos sustancias se produce mediante la glándula pineal.
Ética
Desarrollando la perfección del alma se consigue la felicidad. Este identifica eso con el desarrollo de la libertad. Esta se consigue con el dominio y guía de los deseos y pasiones del cuerpo; entonces el sujeto no se encuentra dominado por la sustancia extensa, sino que gobierna en él su cogito. La libertad es concebida como realización por la voluntad, que propone el entendimiento como bueno y verdadero.
Kant
El tema de la moral se trata respondiendo a las preguntas ¿qué debo hacer? y ¿qué me cabe esperar? en el libro que escribió, Crítica de la razón práctica. Empieza con la distribución de dos tipos de ética: las éticas empíricas, cuyos preceptos son hipotéticos, dependen del fin establecido y mantienen una moral heterónoma; y la ética formal, la defendida por Kant. Esta está vacía de contenido empírico, no busca ninguna finalidad, ni tiene normas concretas, y debe ser universal y autónoma, determinada por la propia razón a priori, es decir, que se fundamenta en el deber que está en la razón de los hombres. Después, la realización del puro deber por respeto a la propia razón supone la buena voluntad. Las acciones conformes al deber no son acciones morales, pero tampoco las que no se realizan por deber ni las contrarias al deber, ya que las acciones del deber son moralmente correctas. La exigencia de obrar moralmente por deber se expresa en el imperativo categórico, que establece la forma de la máxima que guía la acción moral, siendo universal y determinado por la razón a priori. Cumpliendo con el imperativo categórico se conseguirá construir el reino de los fines, donde cada persona sería tratada como un fin y no como un medio. Él afirma tres postulados de la razón práctica: el primero, la libertad; el segundo, el alma inmortal; y el tercero, tampoco demostrado, la existencia de Dios.
Rousseau
Antropología
Según Rousseau, hay una diferencia fundamental entre el hombre natural y el hombre social. El primero es aquel que vive en el estado de naturaleza. El hombre en estado de naturaleza, antes de vivir en sociedad, es un hombre bueno y feliz, con un egoísmo no negativo, sino llevado por un sano amor hacia sí, que no implica buscar el mal de los otros, hacia los que siente compasión. En este estado natural, el hombre mantendría sentimientos puros, no coartados por la sociedad, y una relación con la naturaleza perfecta, sin intermediarios.
Rousseau representa como una hipótesis, y no como una realidad que se haya dado en la historia, al hombre social, aquel que vive en un estado de sociedad. El hombre no es un ser feliz y bueno, es decir, que está llevado por un egoísmo malsano por el cual busca un propio interés para sí mismo. Entonces, la cultura y el progreso no han hecho al hombre más feliz, sino que lo han hecho desigual e injusto, y no feliz. La cultura y el progreso no actúan como elementos emancipadores, sino que estos elementos han corrompido a los hombres.