El Método Científico y la Búsqueda de la Verdad
Si existe contradicción entre la teoría y los hechos, hay que revisar la teoría y, si conviene, modificarla o elaborar otra nueva. El método científico permite la eliminación de las explicaciones erróneas y su sustitución por otras mejores. Ninguna teoría puede considerarse verdadera en el sentido estricto de la palabra. La ciencia no es un conocimiento infalible, pero es capaz de aprender de los errores y progresar infinitamente.
Un Saber Útil
Por medio del método científico podemos hacer descripciones de los fenómenos cada vez más precisas y aproximadas. Sin embargo, describir el mundo no es la única función de la ciencia. Tan importantes como las descripciones de los hechos pasados o presentes son las predicciones de los hechos futuros. Las predicciones científicas nunca son absolutamente seguras, aunque la mayoría de las veces se cumplan. Lo que queremos destacar es que este carácter predictivo de la ciencia nos permite anticiparnos a los acontecimientos y adaptarnos mejor al mundo. La ciencia investiga para poder describir los hechos y, basándose en estas descripciones, elabora predicciones útiles. Todo nuestro mundo descansa sobre estas anticipaciones. Más allá de si las leyes científicas son ciertas o solo probables, el hecho indudable es que son útiles y que contribuyen notablemente a mejorar nuestras condiciones de vida.
El Ámbito Teórico: La Búsqueda de la Verdad
Los Intereses de la Razón
La filosofía pretende ser un saber global que se ocupa de todos los aspectos de la realidad sin dejar ninguno fuera. Enumerar todos los problemas que interesan a la filosofía resultaría, pues, una tarea imposible. Podemos intentar resumir la infinidad de cuestiones filosóficas en tres grandes ámbitos que abarquen los distintos problemas:
- El ámbito teórico: Estudia todos aquellos problemas relacionados con la verdad y el conocimiento.
- El ámbito práctico: Reflexiona sobre la acción humana, sobre la moral y sobre la vida en sociedad (ética y política).
- El ámbito metafísico: Se ocupa de las cuestiones últimas que afectan al ser humano: el sentido de la vida, la muerte, la existencia humana, Dios, etc.
Hay algunos problemas que son difíciles de clasificar en uno u otro de estos ámbitos. Todos los problemas filosóficos pueden resumirse en unas pocas cuestiones básicas. Toda búsqueda filosófica conduce al mismo punto: la necesidad de entendernos a nosotros mismos.
El Realismo Crítico
El idealismo no puede ser acusado de incoherente y difícilmente podremos demostrar que está equivocado. Pero pocas personas considerarán razonable negar algo que nos parece tan evidente como que existe una realidad antes que nosotros y que se nos impone con fuerza. Como consecuencia, y tanto frente al idealismo como al realismo ingenuo, aparece lo que denominamos realismo crítico. Para este, no tiene sentido negar que existe una realidad, pero se hace imprescindible tener presente que esta realidad no coincide con lo que se muestra a los sentidos. A menudo estos nos engañan o, mejor dicho, nos dan información que no se corresponde exactamente con lo que hay. En este sentido, la psicología distingue entre el estímulo (realidad objetiva) y la respuesta del sujeto al estímulo (percepción subjetiva). Esta respuesta es una reelaboración que hace la mente del estímulo recibido. En conclusión, no vemos la realidad tal y como es, sino que la vemos filtrada por nuestra propia subjetividad. Esto no significa que la realidad sea compleja, problemática, multiforme; que admite niveles de aproximación diferentes y que, según el nivel, obtendremos una verdad u otra. Las dos percepciones son reales, pero pertenecen a niveles diferentes. Las dos descripciones son verdaderas, pero ninguna constituye la verdad absoluta. El realismo crítico no obliga a abandonar la teoría de la verdad, pero sí a matizarla.
Verdad y Conocimiento
Nos tendremos que enfrentar a un nuevo problema: el de si es posible conocer la verdad. Dos son las respuestas que tradicionalmente se han dado a esta pregunta: el dogmatismo y el escepticismo. Kant añadió una tercera: el criticismo.
Respuesta Dogmática
Quien tiene la impresión de que conoce alguna cosa, vive este conocimiento como un hecho indiscutible, más que como un problema. A esta actitud natural y espontánea que admite inmediatamente la verdad de nuestras ideas y percepciones, sin que las pongamos en duda, la llamamos actitud dogmática o dogmatismo. La persona dogmática está totalmente convencida de que sus convicciones e ideas son absolutamente verdaderas; no hay lugar a la duda, dado que se consideran en posesión de la verdad y excluyen la posibilidad de error. Por más evidencias que haya en contra, el dogmático se aferra a su verdad y la blinda contra cualquier tipo de crítica, argumento o prueba.
La Respuesta Escéptica
La tesis principal del escepticismo afirma la imposibilidad de tener ningún conocimiento seguro e indudable. Los escépticos no creen que puedan llegar nunca a conocer nada con certeza: siempre encontraremos algún motivo de duda. Del escepticismo nace la duda y de ella la incertidumbre. La actitud escéptica, cuando es radical, cierra la puerta a toda investigación teórica y nos lleva a la parálisis intelectual, al abandono de toda búsqueda del conocimiento. También niega la existencia de verdades universales y absolutas.
Respuesta Crítica
¿Cuál de las anteriores lleva razón? Quizás la razón se encuentre en un punto medio entre la arrogancia del»yo conozco la verda» y la incredulidad nada coherente del»no se puede conocer la verda». Este punto intermedio consiste en una actitud crítica que acepte como verdades solo aquellas ideas que se basen en razones adecuadas. El criticismo defiende que la verdad existe, pero que la única manera de perseguirla es dudar y someter a examen, juicio o crítica cualquier idea que aspire a ser considerada verdadera.
onsiderada verdadera.