En este texto están presentes numerosas ideas de la obra de Karl Marx. El texto describe el funcionamiento del modo de producción capitalista y nombra la estructura económica de la sociedad. Marx defendía que el modo de producción tenía que satisfacer las necesidades elementales humanas, junto a la distribución, intercambio y consumo de bienes. En esto consistía el materialismo marxista, que interpretaba la historia a través de la materia y defendía la producción social de la vida: los hombres tomaban los bienes de la Naturaleza y los modificaban para satisfacer sus necesidades, aportando estas relaciones a la ideología y a la estructura jurídico-política del Estado. Según la ideología política, declara al pueblo soberano y a todos los ciudadanos libres e iguales, quedando el Estado por encima del pueblo y obligándosele a ser árbitro imparcial. La ideología religiosa señala que carece de consistencia real. Respecto a la estructura jurídico-política, esta en contra de la propiedad privada, ya que eso hace que el Estado se convierta en un instrumento de la clase dominante. La estructura económica estaba constituida por relaciones de producción, que se establecía entre los hombres de acuerdo a su situación respecto a las fuerzas de producción.
Alienación: existen varias formas de alienación como la política, la económica, la social… Haciendo referencia a la economía, el hombre es trabajo productivo. El trabajador se crea a sí mismo: se hace, se desarrolla su personalidad dominando la naturaleza mediante su trabajo. Al trabajar, se proyecta sobre los productos de su trabajo, pero estos productos del hombre se vuelven contra él y se establece una relación de hostilidad ya que el hombre realiza una actividad exterior a él, no se siente feliz y el trabajo, al convertirse en un capital, no es suyo, sino de otro y ese producto aparece ante el trabajador. Lo que tiene que servir para que el hombre se liberase es que los productos que él mismo haga mediante su trabajo sirvan para la producción de su vida, aunque esto no ocurre, y por lo tanto el trabajador está alienado porque atribuye a un ser distinto de él y entonces queda dividido, alienado. Plusvalía: es el beneficio que obtiene el capitalista con la venta de las mercancías producidas por el trabajador. Marx distingue en toda mercancía su valor de uso de su valor de cambio. El valor de uso es el valor que un objeto tiene para satisfacer una necesidad. Este concepto se refiere a los rasgos de las cosas gracias a los cuales nos son útiles para la satisfacción de cualquier tipo de necesidad. El valor de cambio es el valor que un objeto tiene en el mercado, y se expresa en términos cuantitativos, medidos por el dinero. Dos objetos con diferente valor de uso pueden tener el mismo valor de cambio. Ejemplo: un ordenador puede costar lo mismo que una moto. En la sociedad capitalista la fuerza de trabajo es también una mercancía. A diferencia de otras mercancías que satisfacen necesidades humanas, la mercancía que llamamos fuerza productiva tiene la característica de producir otras mercancías. La fuerza de trabajo tiene un valor de cambio (el sueldo del trabajador) y un valor de uso (su valor para producir otras mercancías). A su vez, estas mercancías creadas por dicho trabajo tienen valor de uso y de cambio, pero el valor de cambio siempre es superior al valor de cambio que tiene la fuerza productiva que las ha creado. Trabajo: Actividad por la que el hombre transforma la realidad para satisfacer sus necesidades físicas y espirituales. En las sociedades de explotación el trabajo se vive como una experiencia alienada, y no como una actividad de autorrealización. El hombre es un ser activo, y el trabajo la actividad personal, la expresión de sus capacidades físicas y mentales, el lugar en donde el hombre se desarrolla y perfecciona, de ahí que el trabajo no sea un mero medio sino un fin en sí mismo y que pueda ser buscado por sí mismo y gozado. El tema central de la filosofía marxiana es la transformación del trabajo sin sentido, enajenado, del trabajo como un mero medio en un trabajo enriquecedor, en un trabajo libre.
La obra de Marx la podemos comparar con las ideas defendidas por otros autores, como Kant, Hegel y Feuerbach. Kant defendía en su obra un Estado republicano, un modelo social en el que los hombres están unidos por leyes comunes, con el nombre de «reino de los fines». Defiende una igualdad en cuanto a súbditos, todos están sometidos a un poder supremo y cree que para garantizar las leyes es necesaria la existencia de un poder que sea cedido al soberano y el pueblo renuncie al derecho a resistirse. El estado de Marx, en teoría, consistía en declarar al pueblo soberano, y a todos los ciudadanos libres e iguales. Pero el falseamiento era claro, ya que la soberanía del pueblo, la libertad y la igualdad son puramente formales porque no alcanzan al hombre real. Y, aunque en teoría, el Estado es el árbitro de las diferencias entre los ciudadanos, el que tiene que estar por encima de los intereses particulares de los individuos, esto no es así. El estado es el instrumento de opresión en las manos dominantes. Kant defendía también que todas las personas eran libres, pero tenían que estar sometidas a un poder supremo. Podían opinar frente a las leyes pero nunca resistirse a ellas. Marx defendería también que los ciudadanos eran libres, pero pertenecían a las relaciones de producción de la estructura económica. Respecto a la teoría de la alienación, Marx contrastaba con Hegel y Feuerbach. Hegel defendía que la realidad es la idea, El Espíritu, que es dinámico y tiene en sí mismo una contradicción que le lleva a alienarse. Esta alienación es necesaria para que pueda haber conocimiento y poder llegar a la síntesis. Feuerbach, contrastaba con Hegel, invirtió los términos: la realidad no es la idea, sino la materia y concretamente el hombre del género humano. El hombre se propone a sí mismo como objeto de su conocimiento proyectando fuera de sí mismo un conjunto de cualidades que posee, dentro de un ser al que llama Dios. El hombre queda solo y desamparado ante la idea de Dios. Este proceso en el que el hombre, el creador, termina subordinándose a su propia criatura, Dios, lo llama alienación. Cuando el hombre se da cuenta de que Dios es un puro ser pensado, se atribuye a sí mismo esas cualidades, niega a Dios, y deja de estar alienado. Ahora, para Marx, que en un primer momento adopta la teoría de Feuerbach, pero el sujeto de la historia es el hombre concreto que intenta realizarse en su trabajo, lo aplica a aspectos de la vida política y económica, distinguiéndolo dos nuevas formas de alienación. El hombre, según defiende, vive alienado. El hombre no es conocimiento, es trabajo productivo. El hombre trabajador se crea a sí mismo, desarrolla su personalidad dominando la naturaleza mediante su trabajo. Al trabajar, se proyecta sobre los productos de su trabajo, y estos se vuelven contra él y se establece una relación de hostilidad. El hombre que realiza una actividad exterior a él no se siente feliz, el trabajo es forzado. Finalmente, el producto de su trabajo, al convertirse en capital, no es suyo. Se supone que los productos que el hombre hace mediante su trabajo sirven para la producción de su vida, pero ocurre lo contrario. El hombre va por un lado y los productos por otro. El trabajador está alienado porque atribuye a un ser distinto de él, un conjunto de cualidades que son su propia personalidad, pero que no retornan a él. En conclusión, hay que destacar que Hegel inspiró a Marx acerca de la explicación de la dialéctica al materialismo y Feuerbach le aportó su visión materialista de la historia.
El marxismo ha sido, sin duda, una de las corrientes de pensamiento de mayor influencia en la vida económica, social, política y cultural de nuestro siglo. Estoy de acuerdo con uno de sus objetivos principales, acabar con el capitalismo, que Marx lo definía como régimen económico, político y social que descansa en la búsqueda sistemática del beneficio gracias a la explotación de los trabajadores por los propietarios de los medios de producción. No me parece bien que un trabajador, el cual crea un objeto en una fábrica, cobre menos que el dueño de esta, y con mucha diferencia, el resultado de la resta entre lo que crea y lo que gana. Es cierto que no se puede comparar a un dueño de una fábrica y a un obrero, porque la preparación de ambos, su formación, es muy diferente, y por lo tanto no debería cobrar lo mismo, pero las diferencias entre salarios son descomunales. En la sociedad, necesitamos médicos, personas con una alta preparación, y barrenderos, personas que se cree que carecen de preparación alguna. Si ambos son importantes, y no pueden faltar en una sociedad, ¿por qué sus salarios son tan diferentes? El capitalismo intenta obtener los máximos beneficios posibles, dejando a un lado todo lo demás y centrándose únicamente en los beneficios. Personalmente, propongo una sociedad en la que no exista la propiedad privada, donde todos los trabajos tengan un salario común, aproximado en función a lo que realicen. Respecto a la política, coincido en la defensa de un pueblo soberano, y todas las personas de este sean libres e iguales en cuanto a la ley y en el caso de el Estado actúe de modo imparcial, tomando medidas legales. Haciendo referencia a la alienación, desposeimiento de una cualidad del hombre en beneficio de otro, no me parece algo científico, demostrado, por lo que no estoy de acuerdo con ella.