La Razón como Fuente de Conocimiento
Descartes define la razón como la facultad que proporciona un conocimiento verdadero. Considera que la imaginación y los sentidos son engañosos, ya que no proporcionan conocimientos seguros o indudables. Los actos del entendimiento o de la razón se llaman ideas. Sin embargo, la razón debe ayudarse de la imaginación, de los sentidos y de la memoria para un mejor conocimiento de la realidad.
Operaciones de la Razón
Una vez rechazada la experiencia como fuente de verdad, la razón efectúa dos operaciones:
- Intuición Intelectual: Es una especie de luz natural que tiene por objeto las naturalezas simples o ideas innatas. Al igual que la noesis platónica, el acto esencial del conocimiento es la intuición o la visión intelectual. Gracias a ella captamos inmediatamente las ideas simples que son emanadas de la propia razón y de las que poseemos certeza absoluta, ya que las intuimos como claras y distintas (primer precepto del método).
- Deducción: Inferencia de estas apariencias simples o ideas innatas. Mediante esta operación podemos descubrir las conexiones lógicas que existen en la estructuración del saber.
Proceso del Conocimiento
Como consecuencia de estas dos operaciones de la razón, el proceso de conocimiento es doble (segundo y tercer precepto del método):
- Análisis: Hasta llegar a los elementos más simples (ideas innatas).
- Síntesis: Reconstruir lo complejo a partir de lo simple.
De esta manera, y por el reaccionismo que Descartes tiene en su concepción del conocimiento, concluye que es posible deducir el sistema de conocimiento acerca del universo, a partir de ciertas ideas o principios primitivos que la razón tiene y que la experiencia nos proporciona. La razón del sujeto es capaz de descubrir por sí sola la estructura de la realidad.
Conceptos Fundamentales
- Distinción: Presencia en la mente de las diferencias entre unas ideas y otras. Gracias a la distinción conocemos una idea en relación a las demás.
- Claridad: Conocemos las ideas tal y como son en sí mismas.
- Método: Sirve para dirigir bien la razón.
- Evidencia: Uno de los primeros preceptos del método que nos sirve para conocer si una idea es verdadera o nos conduce al error.
El Método Cartesiano (Capítulo II)
Sanear el Saber
El objetivo del método cartesiano es sanear los conocimientos del saber. La razón es la facultad que va a construir el conocimiento. Hay que sanear los conocimientos del saber para no caer en el escepticismo, por ello hay que adoptar un método, inspirado en el axiomatico deductivo, al modo matemático que dirija bien la razón.
Reglas del Método
Las reglas del método se basan en cuatro preceptos de obligatorio cumplimiento:
- La Evidencia: Un criterio de certeza que permite dictaminar qué saber es verdadero y cuál es falso. Se presenta al entendimiento con total claridad y distinción. Este precepto se inspira en el axioma de matemáticas y lógica, apoyado en el símil de la línea. La claridad y distinción necesita la primera operación de la razón: la intuición inteligible.
- Análisis: Criterio de certeza que nos permite avanzar sus partes más elementales, esas partes son llamadas naturalezas simples.
- Síntesis: Reconstruir a partir de las naturalezas simples el problema complejo (está implícito es ideal deductivo).
- Reencuentros y Revisiones: Que se hace de todos los pasos porque es un saber axiomatico.
La Duda Metódica
Momentos de Duda
- La Falacia de los Sentidos: Es imposible fundamentar el conocimiento en la experiencia porque los sentidos son fuentes de error.
- Dificultad para Distinguir el Sueño y la Vigilia: El mundo físico no fundamenta las naciones físicas de su tiempo.
- Duda Radical/Hipótesis del Genio Maligno: Ataca a la capacidad racional, la razón es imperfecta para hallar el fundamento del conocimiento (la verdad). Pone en duda nuestra capacidad racional. El contenido de la idea de razón está puesto en duda.
Resultado de la Duda
El resultado de la duda: lo que se intuye como evidente es que la razón elabora ideas (que pienso).
Ideas en Descartes (Capítulo IV)
- Son actos de razón.
- En cuanto a elaboración son todas iguales pero en contenido son distintas.
- Cogito ergo sum, única verdad intuida inteligiblemente como evidente y criterio de certeza.
Tipos de Ideas
- Adventicias: Parecen provenir del exterior pero no provienen por el segundo momento de duda.
- Facticias: Las construye la mente a partir de las primeras.
- Innatas: Están en la mente de todos los hombres.
Dios como Garante de la Verdad (Capítulo IV)
Duda Procedimental y la Naturaleza del Yo
- Duda Procedimental: Elimina el escepticismo. La duda como el camino para hallar la verdad, indubitable ya que cumple con el primer precepto del método (la evidencia), cogito cartesiano, que se convierte en el prototipo de verdad: todo lo que se intuya con total distinción y claridad es verdadero.
- La Naturaleza del Yo: Las líneas del yo en el mundo material del que dispone el pensamiento. Las ideas adventicias, facticias, parecen provenir del mundo físico, extramentales, no fundamentan el conocimiento.
La Idea de Infinito y el Argumento Ontológico
La idea de infinito es innata, se intuye con total claridad y distinción, se intuye con el argumento ontológico de San Anselmo, al igual que la idea de mí mismo también es innata. Para que una idea tenga determinado contenido debe haberlo recibido de una causa real. Por eso yo no puedo ser la causa de infinito ya que soy un ser finito e imperfecto. Solo una sustancia infinita ha podido causarla, luego Dios existe (esto se llama argumento de causalidad aplicado a la idea de Dios). Dios no solo es causa de su idea en mí, sino también es causa de mi existencia, yo como ser imperfecto no puedo ser causa de mi ser. Principio de causalidad a la idea de infinito, pensamiento aristotélico y atomismo para demostrar la sustancia infinita y realidad extramental.
Dios como Garante de la Verdad
- Dios aparece como garante de la verdad ya que respalda la aplicación del criterio de certeza.
- Dios garantiza por su veracidad que a mis ideas le corresponde una realidad corpórea extramental.
El Mecanicismo Cartesiano
Dios crea una materia inerte, inyecta una cantidad de movimiento constante, la materia, que se divide en átomos que al chocar dan cuerpos que se explican por las tres leyes del movimiento. El cuerpo humano (res extensa) también se rige por estas leyes universales y necesarias.