Critica de la razón pura:
Nuestro
conocimiento se divide en dos ramas: conocimiento por los sentidos (los objetos
nos son “dados”) y conocimiento por el entendimiento (los objetos son “pensados”).
Por tanto, habrá que estudiar por separado ambas formas de conocimiento.
Kant
va a dividir su crítica en tres ramas:
Estetica trascendental
Es la doctrina que estudia las estructuras de la
sensibilidad, el modo en el que el hombre recibe las sensaciones y se forma el
conocimiento sensible. La sensibilidad es la facultad que tenemos de recibir
las sensaciones y la intuición es el conocimiento inmediato de dichos objetos. Mediante
el conocimiento sensible no captamos el objeto tal como es en sí, sino tal como
se nos aparece. El objeto de la intuición sensible se llama fenómeno y en él se
distingue una materia (dada por las sensaciones que el objeto produce en
nosotros) y una forma (no viene de las sensaciones y de la experiencia, sino
del sujeto). Por lo tanto, la forma del conocimiento sensible depende de
nosotros, mientras que su contenido nos es dado. Kant llama intuición empírica
a aquel conocimiento (sensible) en el que están presentes de manera concreta
las sensaciones, e intuición pura a la forma de la sensibilidad sin la materia
(prescindiendo de las sensaciones concretas). Existen dos intuiciones puras: el
espacio y el tiempo. El espacio,
para Kant, es la forma del sentido externo, y el tiempo es la forma del sentido
interno. El espacio, pues, abarca todas las cosas que pueden aparecer
exteriormente, y el tiempo todas las que pueden aparecer interiormente. Geometría
y matemática son universales y absolutas porque se basan en la forma del
conocimiento. Todos los juicios sintéticos a priori de la geometría dependen
del espacio, y los de la matemática del tiempo. Dado que la intuición del
hombre sólo es sensible, la geometría y la matemática tienen un valor universal
y necesario, pero quedan restringidas al ámbito de los fenómenos.
Analítica trascendental
La analítica trascendental se dedica a disolver el conocimiento
intelectual en sus elementos esenciales para buscar en ella los conceptos a
priori y estudiar su utilización de modo sistemático. El entendimiento actúa
sobre realidades múltiples con una función unificadora, que Kant llama
síntesis. Los diversos modos en que el entendimiento unifica y sintetiza lo
múltiple son los conceptos puros del entendimiento o categorías. Para Kant, las
categorías son modos de funcionar del pensamiento, y los enumerarlos,
obteniendo doce. El sujeto, al pensarlas las cosas, las ordena y las determina
conceptualmente según estas categorías. Los conceptos puros o categorías son,
pues, las únicas condiciones en que es posible pensar algo como objeto de
experiencia. Las conclusiones de la analítica son claras: el conocimiento científico
es universal y necesario, pero es fenoménico. El conocimiento fenoménico es el
único conocimiento seguro, porque el entendimiento recibe sus contenidos
únicamente de la sensibilidad. Pero si el fenómeno es la cosa tal como se nos
aparece, es evidente que existe la cosa tal como es en sí, el noúmeno (por la
misma razón por la que hay un “para mí”, debe haber también un “en sí”). Este
nóumeno puede ser pensado pero no puede ser conocido por el hombre.
Dialectica trascendental (Metafisica)
La razón tiende de un modo natural, inevitable y
legítimo a enlazar juicios buscando leyes cada vez más generales que abarquen y
expliquen un mayor número de fenómenos. La razón es la función que da a los
conocimientos que vienen del entendimiento la mayor unidad posible. Se llega así a las ideas de la razón, que
tienen una función reguladora del conocimiento tratando de extender el
conocimiento más allá de la experiencia (lo incondicionado). Estas ideas son
tres: idea de alma (unificación de los fenómenos psíquicos), idea de mundo
(unificación de los fenómenos físicos) y la idea de Dios (unificación de ambos
fenómenos).
La metafísica pretende que la razón alcance un conocimiento no sobre los fenómenos, sino sobre las cosas en sí mismas (nóumeno). Esta es su falta esencial contra el conocimiento. La aplicación de las categorías fuera de la experiencia es lógicamente ilegítima y da lugar a errores e ilusiones: – Antinomias: son afirmaciones contrarias de igual verosimilitud.- Paralogismos: argumentos falaces.
Esto implica que la metafísica es imposible como conocimiento científico y racional de las cosas en sí mismas, y supone la búsqueda de otro medio para poder alcanzar ese nóumeno. Esto va a suponer el paso de la razón pura a la razón práctica (ética de Kant).
La razón práctica(ética)
es el conjunto de
principios que constituyen la conciencia moral, y se preocupa de los principios
que hacen que la conducta humana sea racional y, por tanto, moral. Kant va a
defender una ética formal frente a las éticas materiales que se daban. Estas
éticas materiales fueron criticadas por ser:
Empíricas
Su contenido está extraído de la experiencia.
-Uso de principios hipotéticos:
Solo valen de un modo condicional, no absoluto, para conseguir un fin.
-Son heterónomas:
La ley de
obra se recibe desde fuera de la propia razón.
La propuesta de
ética formal de Kant se caracteriza por ser universal y necesaria, y carece
de contenido (no determina qué está bien y qué está mal) sino que nos
indica un modo de obrar:
El deber
Esta forma de actuar ha de ser a priori (para que sea universal), contener imperativos categóricos (para que sea absoluta) y ser autónoma (el sujeto se da a sí mismo la ley de obrar).
El deber
Para Kant las cosas no son ni buenas ni malas porque en las cosas no hay mérito ni demérito. Los calificativos morales no pueden predicarse de las cosas. Los predicados bueno y malo no se refieren a la materia del acto sino a la voluntad del hombre que los realiza. Una acción denota una voluntad auténticamente moral cuando no es hecha en consideración a su contenido sino simplemente por respeto al deber. El deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley y no por la utilidad o la satisfacción que su cumplimiento pueda proporcionarnos
La autonomía moral
Es la capacidad de determinarse a sí sola, que no tiene contenido empírico y que por lo tanto es totalmente formal.
El imperativo categórico
Es aquel principio válido para todos los hombres que no está sometido a ninguna condición sino que tiene un valor absoluto. Este imperativo va a determinar a la voluntad, buscando el cumplimiento del deber como deber. Este imperativo se expresa en estas formulaciones: “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal” y “Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como fin y nunca como medio”.
Los postulados de la razón práctica
Son condiciones que hacen posible la existencia de la razón práctica (moral universal). Si no los aceptáramos no podríamos dar razón de la ley moral. Y como ésta es un hecho innegable, también los postulados son un hecho innegable. Estos postulados son: la libertad (si la voluntad morale s autónoma entonces se debe postular necesariamente la libertad de la voluntad), la inmortalidad del alma (la razón nos impulsa hacia la virtud, que inalcanzable si nuestra existencia es limitada. Por ello, nuestra alma debe ser inmortal para alcanzar esa virtud) y Dios (es el ser en el que se une esa virtud que busca el hombre y la felicidad).
La razón práctica tiene primacía sobre la razón pura. Esto quiere decir que la razón práctica puede lograr lo que no logra la teórica, conduciéndonos a las verdades de la metafísica. Por tanto todo el interés es, en último término, práctico, e incluso el de la razón teórica es un conocimiento puesto al servicio de la ley moral: al servicio del hombre y su valor infinito.