Dualismo, Ética y Felicidad: Un Recorrido por la Filosofía Occidental

1. Teorías Dualistas: Platón, Aristóteles, Descartes

Dualismo Platónico

Para Platón, el ser humano que vemos en este mundo es un compuesto de cuerpo y alma, pero tal unión es un mero accidente. En realidad, el alma es inmortal e inmaterial y ya existía antes de unirse al cuerpo, de modo que el verdadero ser humano es el alma, es lo que mantiene al cuerpo vivo. El cuerpo es material y mortal, es la prisión del alma durante la vida.

Hilemorfismo

Según Aristóteles, el alma y el cuerpo son dos principios complementarios e inseparables de una única realidad, la del ser humano. El cuerpo es la base material y el alma es la forma sustancial del ser humano; esta última es la que le proporciona las propiedades que le caracterizan: vida, sensación, movimiento…

Dualismo Cartesiano

Descartes sostuvo un dualismo radical, afirma que el ser humano se halla compuesto por la unión de dos sustancias totalmente distintas: el cuerpo (sustancia extensa) y el alma (sustancia pensante). Creyó que la comunicación entre ambas realidades se producía a través de la glándula pineal, que está bajo el cerebro.

2. Kant: Concepto de Persona

Kant enriquece el concepto de persona al darle una connotación fundamentalmente moral. Persona es el ser libre y libre significa aquí autónomo, es decir, capaz de imponerse sus propias leyes, creando un mundo moral. El hecho de poseer autonomía confiere dignidad a las personas, porque si un ser puede darse sus propias leyes nada tiene derecho a instrumentalizarlo. Para Kant la persona tiene valor absoluto: su valor no procede de resultar o no útil o beneficiosa o práctica, sino que la persona es valiosa en sí misma. Es lo que Kant denomina un fin en sí, que no debe utilizarse como medio para otra cosa, de esta forma se establece un respeto mutuo: lo propio de toda persona es respetar a los demás como fin en sí.

3. Conciencia Moral

Conciencia en general significa capacidad de percatarse de algo. La conciencia moral en concreto, es la capacidad de percatarse de que unas formas de vida, valores o principios son más humanizadores, moralmente mejores que otros; entonces es la capacidad de captar los principios por los que distinguimos entre lo moralmente bueno y malo.

Para tomar decisiones necesitamos pasar de los principios generales a los juicios concretos sobre una situación dada. La conciencia realiza también esta segunda función, la de formular juicios prácticos, teniendo en cuenta los principios generales y los datos de la situación. Otra cosa es que al actuar sigamos el juicio de la conciencia o que lo desatendamos. En estos casos la conciencia cumple una tercera función, la autocrítica: actúa como un juez que alaba unas acciones y desaprueba otras castigándolas con el remordimiento. De la responsabilidad solo se puede hablar cuando nos referimos a seres libres y conscientes, que han tenido la capacidad de optar y el conocimiento moral necesarios para ser dueños de sus actos.

4. Autonomía Moral

Kant propone que las personas podemos elegir no solo los medios, sino también los fines: somos autónomas. Para establecer algo moralmente bueno hay que fomentarlo en la razón, no en la experiencia. Kant la llama la ley de la libertad o ley moral, y el hecho de que tengamos conciencia de ella prueba que nos damos nuestras propias leyes y que somos libres. La libertad es desde esta perspectiva la propiedad de la voluntad de ser una ley para sí misma. No podemos explicarla científicamente, pero sí afirmar que existe.

5. Actitud Socrática

Los filósofos anteriores se ocuparon de investigar el principio del universo, pero Sócrates centró su interés en la realización del hombre en sociedad. Atenas se convirtió en el siglo V a.C. en una democracia y para tener la posibilidad de triunfar en la vida pública era importante tener buena educación y elocuencia. Por eso surgió un grupo de filósofos que impartían por dinero ese tipo de educación y se llamaban a sí mismos sofistas. En un principio Sócrates fue considerado sofista pero a diferencia de los otros, no cobraba por enseñar.

Sócrates:

  • La moral es una cuestión de actitudes: la actitud de buscar la verdad sin descanso.
  • Buscar la verdad es oponerse al dogmatismo.
  • Los métodos para descubrirla son la reflexión y el diálogo.
  • Sócrates llama a su método la mayéutica.
  • Los conceptos morales descubiertos a través de este método valen para todos los hombres.
  • Para ser feliz es necesario obrar bien. Sabiduría, virtud y felicidad se identifican.
  • Es imposible obrar mal a sabiendas, quien obra mal lo hace por ignorancia (intelectualismo moral).

6. Teoría de Aristóteles: Eudemonismo

El fin último es la felicidad, es preciso trazar los rasgos que ha de tener una actividad para que la identifiquemos con la felicidad y después buscar cuál de nuestras actividades tiene esos rasgos. La felicidad entonces será:

  • Un bien perfecto.
  • Un bien suficiente por sí mismo.
  • El bien que se consigue con el ejercicio de la actividad más propia del ser humano.
  • El bien que se consigue con una actividad continua.

Pero si hay función propia del ser humano como tal, la felicidad consistirá en ejercerla a lo largo de la vida, y la virtud que ayude a ello será la más perfecta. Estos caracteres se encuentran en el ejercicio de la actividad teórica, de la actividad contemplativa y de ahí concluirá Aristóteles que la felicidad consiste en el ejercicio de esa actividad. Pero es imposible mantener siempre una vida contemplativa, es preciso encontrar otra forma de vida que procure también la felicidad: se realizará también moralmente quien viva según su intelecto práctico, es decir, dominando sus pasiones para lograr la felicidad. En esta tarea nos ayudarán dos tipos de virtudes: dianoéticas (de la inteligencia) y éticas (del carácter).

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