Karl Marx (1818-1893)
Nacido en Prusia en el seno de una familia judía convertida al protestantismo, Karl Marx estudió derecho en su ciudad natal y en Bonn, para luego trasladarse a Berlín, donde se adentró en la filosofía e historia, entrando en contacto con jóvenes hegelianos. Su vida como periodista lo llevó a conectar con el socialismo utópico y a interesarse por la economía. Tras huir a París y entrar en contacto con socialistas, fue expulsado y se estableció en Bruselas. De allí también tuvo que huir, encontrando finalmente refugio en Londres, donde falleció. Marx se considera un filósofo de la sospecha, argumentando que la esencia del ser humano no se limita a la razón, sino que existen otros factores a considerar. Sus principales influencias fueron la izquierda hegeliana (de donde adoptó el concepto de alienación), el socialismo utópico, la anarquía de Bakunin y Proudhon, y el liberalismo económico de Adam Smith y David Ricardo.
Comparaciones:
- Con Platón: Platón era idealista y Marx materialista, aunque ambos coincidían en la abolición de la propiedad privada.
- Con Aristóteles: Aristóteles defendía la propiedad privada y la esclavitud, mientras que Marx criticaba ambas, abogando por la igualdad y la libertad.
- Con Hegel: Hegel era idealista y Marx materialista. Marx reinterpretó la dialéctica hegeliana desde una perspectiva materialista.
- Con Kant: Marx criticó el idealismo trascendental de Kant. Para Marx, la religión tenía gran importancia, mientras que Kant la consideraba un postulado de la razón práctica, no una ciencia.
- Con Feuerbach: Feuerbach defendía la alienación religiosa, mientras que Marx ampliaba el concepto a la alienación filosófica, política, social, jurídica y económica.
- Con Hume: Hume defendía el liberalismo político, postura criticada por Marx.
Friedrich Nietzsche (1844-1900)
Nacido en Alemania en una familia protestante, Friedrich Nietzsche perdió a su padre a temprana edad y creció rodeado de mujeres. A los 12 años comenzó a sufrir fuertes dolores de cabeza. Estudió en Pforta, donde se interesó por el griego y la música. En Bonn, se dedicó a la filosofía clásica, obteniendo posteriormente una cátedra en Suiza. En 1879, se jubiló por problemas de salud y se dedicó a viajar y escribir. En 1889, sufrió un colapso mental que lo incapacitó, dejando su legado en manos de su hermana. Su filosofía, difícil de clasificar, puede dividirse en romántica, positivista, del mediodía y crítica. Influenciado por Schopenhauer y su concepto de voluntad, Nietzsche se considera otro filósofo de la sospecha de la modernidad, abogando por una ruptura con la tradición occidental. El vitalismo es un elemento central en su pensamiento.
Comparaciones:
- Con Platón y Sócrates: Nietzsche critica a Platón y Sócrates por acabar con la figura de Dionisio y centrarse únicamente en Apolo. Critica la teoría de las Ideas y la posibilidad de alcanzar el conocimiento absoluto. Para Nietzsche, el cuerpo es la vida misma, mientras que para Platón es la cárcel del alma.
- Con Aristóteles: Critica la ética finalista y teleológica de Aristóteles.
- Con Tomás de Aquino: Proclama la»muerte de Dio» y critica la moral cristiana.
- Con Descartes: Critica la racionalidad cartesiana y la posibilidad de alcanzar un conocimiento absoluto.
- Con Hume: Si bien Nietzsche comparte la visión de la ética emotivista de Hume como crítica a la moral occidental, se centra en el poder de los sentimientos como motor de la acción humana, lo dionisíaco.
- Con Kant: Critica la ética, la moral, el idealismo y la razón kantiana.
- Con Marx: Ambos son considerados filósofos de la sospecha. Sin embargo, Nietzsche critica la igualdad propuesta por Marx, argumentando que aquellos que destacan deben tener la libertad de hacerlo.
- Con Ortega y Gasset: Ambos son considerados vitalistas, aunque Ortega y Gasset integra la razón en su filosofía, argumentando que existen tanto impulsos vitales como razón.
Lo Apolíneo, lo Dionisíaco y el Problema de Sócrates
En su primera obra, Nietzsche denuncia la traición del espíritu griego original. Para él, la tragedia griega clásica se sustentaba en la coexistencia de dos principios: Apolo y Dionisio. Apolo representa la belleza, la proporción y el orden, reflejado en la escultura clásica. Dionisio, por otro lado, representa el desorden, el desenfreno, el sexo y la música. Nietzsche argumenta que hasta Sócrates ambos principios convivieron en armonía, pero a partir de él se privilegió lo apolíneo, traicionando la esencia del espíritu griego. Nietzsche extiende esta crítica a la cultura occidental, considerándola decadente.
Nihilismo y Voluntad de Poder: La Muerte de Dios
El nihilismo, la negación de la vida, tiene su origen en Sócrates y se perpetúa en el cristianismo, según Nietzsche. Representa el triunfo de la razón sobre la vida. Nietzsche busca desenmascarar esta tradición para recuperar lo dionisíaco. Critica la filosofía occidental y el concepto de verdad, argumentando que los conceptos filosóficos son meras metáforas que enmascaran la realidad. El conocimiento, para Nietzsche, es perspectivismo, y el mundo admite múltiples interpretaciones. Critica también la ciencia, yendo más allá de la crítica ilustrada. La voluntad de poder es la fuerza que permite superar el nihilismo judeo-cristiano. Es la afirmación de la vida, el deseo de vivir. Tiene un sentido moral, representando los impulsos vitales que luchan por superarse. El superhombre, al crear nuevos valores, se guía por la voluntad de poder, oponiéndose a la voluntad de igualdad, propia de los débiles. La»muerte de Dio» simboliza el fin de las ideas inmutables y los ideales que han guiado al hombre. No hay un más allá, solo el aquí y ahora. Con la muerte de Dios, el cristianismo podría retornar a lo dionisíaco, liberándose de sus dogmas.
La Genealogía de la Moral: Moral de Esclavos y Moral de Señores
En»Genealogía de la mora» y»Más allá del bien y del ma», Nietzsche desarrolla su crítica a la moral occidental, centrándose en la moral cristiana, a la que considera decadente y fruto del resentimiento. Esta traición se inicia con el intelectualismo ético de Sócrates y se perpetúa en el judaísmo y el cristianismo. El judaísmo representa la moral de los débiles, mientras que el cristianismo se convierte en la moral represora de los instintos vitales. Nietzsche utiliza el método genealógico para explicar el origen de los conceptos morales y cómo se imponen los valores. Busca una inversión de valores, donde lo que originalmente era bueno recupere su lugar. Así, distingue entre la moral del señor y la moral del esclavo. Critica especialmente al cristianismo, la Iglesia y la figura del sacerdote. El nihilismo, al acabar con Dios, crea las condiciones para esta inversión de valores.
Transmutación de los Valores: El Superhombre
Para Nietzsche, los valores importantes son los dionisíacos. Critica los valores tradicionales por considerarlos falsos. En»Así habló Zaratustr», busca destruir estos valores y crear otros nuevos basados en la vida y el vitalismo. Los valores»bueno» se asocian al hombre fuerte, mientras que los»malo» se asocian al débil. El hombre superior, originalmente considerado»buen», ha sido relegado a la categoría de»mal», mientras que el débil ha pasado a ser considerado»buen». Es necesario invertir esta situación. El»último hombr» representa el punto final de esta inversión, creando las condiciones para la aparición del superhombre. Nietzsche anuncia la muerte de Dios y la posibilidad de elegir entre el último hombre o el superhombre, que abraza la vida en su totalidad. En»Así habló Zaratustr», se describe la llegada del superhombre a través de tres metamorfosis: camello-león-niño. El camello representa la obediencia ciega, el león la fuerza y la valentía, y el niño la inocencia y la falta de prejuicios. El niño permite superar al último hombre y dar paso al superhombre: libre, noble, indomable y encarnación de lo dionisíaco. El superhombre no cree en la igualdad y critica el cristianismo y la debilidad.
El Eterno Retorno
El eterno retorno, concepto central en la filosofía de Nietzsche, se refiere a la repetición infinita del tiempo. Cada persona aparece y desaparece en un ciclo sin fin. Esta concepción circular de la vida nos obliga a vivir el presente con intensidad, como si se repitiera eternamente. Aunque pueda parecer contradictoria, la idea del eterno retorno es consecuencia de la voluntad de poder, que acepta la vida con todas sus consecuencias. El superhombre, cuyo profeta es Zaratustra, y el eterno retorno son dos caras de la misma moneda: la afirmación de la vida en su totalidad.