La Grecia Antigua: De la Mitología a la Filosofía

La Grecia antigua: Sociedad aristocrática, agrícola y guerrera. Alzándose como clase dominante, terrateniente y señora de la guerra, frente a la mayoría campesina de la población. *En ese mundo, los valores sociales que se impusieron eran típicamente aristocráticos: el linaje noble, el éxito y la fama. El reflejo de esos valores aristocráticos se contiene en la mitología. En ausencia de libros sagrados y de cualquier tipo de estructura educativa organizada, todo se va a aprender en las obras de Homero, el gran difusor de la religión y de los valores aristocráticos tradicionales. Más tarde, Hesíodo sistematizó todo el mundo de las deidades griegas. La mitología forma el conjunto de narraciones y doctrinas tradicionales, transmitidas y recreadas por los poetas mencionados. Ofrece una explicación total sobre los problemas del universo: su origen, su naturaleza profunda, el hombre, la sociedad y los dioses.

La Grecia Arcaica y Clásica: Del Mito al Logos

*El mundo griego se ve obligado a buscar nuevas tierras y formas de vida. Comienzan las colonizaciones griegas por la ribera norte del Mediterráneo, desde el Mar Negro y Asia Menor a las costas ibéricas. Las consecuencias de la apertura se notaron en todos los órdenes de la vida. Grecia entró en un proceso de transformación económica y social, uniendo a las antiguas labores agrícolas y ganaderas la actividad comercial y la producción artesanal indispensable para tener objetos de intercambio con otros pueblos. La sociedad se hizo más compleja; artesanos y comerciantes constituyeron una clase media políticamente activa, reivindicadora de sus derechos. Con los cambios económico-sociales, entraron en crisis los valores aristocráticos tradicionales. Para ir comerciando por mundos y pueblos ignorados y distintos, se precisaba una nueva moral, más razonable, ajustada al orden y derecho del comercio. En esa situación se produce el paso del mito al logos, de la explicación legendaria al pensamiento racional, de la mitología a la filosofía y a las ciencias. Aristóteles sitúa ese tránsito en el momento en el que nace la duda y, a partir de ella, la existencia de la prueba y de la argumentación racional: el logos, el razonamiento filosófico, nace cuando a la arbitrariedad de los dioses sucede la necesidad lógica: las cosas ocurren donde, cuando y como tienen que ocurrir, en virtud de las condiciones dadas. El mito queda modificado en su función. Subsiste, pero como un recurso pedagógico, como un cuento.

Primeros Conceptos

*Los griegos estaban firmemente persuadidos de que, por muy útil que sea el conocimiento sensible, no es completo. Primero, porque los sentidos nos engañan. Y segundo, porque una cosa es la apariencia múltiple de los seres, sus cambios de estado, y otra diferente lo que algo es a pesar de tales cambios, su esencia: el agua es agua, esté líquida o en forma de hielo. El conocimiento sensible nos permite apreciar las apariencias, pero es menester un esfuerzo intelectual para alcanzar a conocer el ser, la esencia profunda de las cosas: eso es lo que podemos lograr por medio del conocimiento racional. El universo puede reducirse a muy pocos elementos. De esa creencia surgirá la llamada filosofía de la naturaleza de los presocráticos, los pensadores anteriores a Sócrates.

Presocráticos: Filosofía de la Naturaleza

Primeras Ideas

*Si el universo consta en realidad de muy escasos elementos constitutivos básicos, habría que buscar el arjé: principio o causa última de todo lo real que existe en el mundo. Este concepto del arjé significa para los filósofos dos cosas:

  • Elemento origen del universo y causa que explica los diversos cambios que en él ocurren.
  • Esencia o ser real y permanente de las cosas.

Cada cosa es necesaria en su sitio, según su naturaleza, su función. Pero el orden natural es un sistema dinámico, no estático.

Milesios

Los pensadores milesios comenzarán a elaborar una physis (filosofía de la naturaleza), va mucho más allá, al preguntarse por el verdadero ser o esencia de las cosas, a la vez que por el origen de los fenómenos y elementos naturales, estaban así mismo formulando una ontología (teoría del ser).

Tales de Mileto

El primero en plantearse el concepto y búsqueda del arjé. Creyó encontrarlo en el agua, que nutre a todo lo viviente y sobre la cual flota la tierra.

Anaximandro

Rechazó que el principio originario o realidad última se pudiera concretar en un elemento determinado, pues la naturaleza está llena de contrarios: frío/caliente, húmedo/seco… Llegó a formular su concepto de apeirón: sustancia ilimitada e indeterminada que da origen al mundo mediante la interacción de las fuerzas opuestas. A partir de ese apeirón indeterminado se desgajan en un proceso gradual los contrarios allí contenidos, originándose infinitos mundos. La tierra era primitivamente líquida. De lo húmedo se formaron los seres vivientes.

Anaxímedes

Vio el arjé en el aire; a través de diversas transformaciones, surge todo lo existente por un proceso de rarefacción y condensación.

Pitagóricos

Pitágoras, sin escribir nada, creó escuela y elaboró una completa visión filosófico-religiosa del mundo. Dentro de ella, ve el número como el principio de todo: por primera vez el arjé es concebido como un principio no material, formal, abstracto. En la naturaleza, todo es armonía y número. El número es lo que da la forma a todo, lo que hace de lo indeterminado algo determinado. En las armonías musicales, en las formas de la naturaleza, subyacen estructuras matemáticas, numéricas.

Heráclito

La preocupación principal de este filósofo de Éfeso fue el cambio, el movimiento. Para él, todo fluye, nada permanece: no puede uno bañarse dos veces en el mismo río, sus aguas son distintas cada vez. Este constante fluir explica que la esencia de las cosas (arjé) es el devenir, el cambio que él simboliza metafóricamente en el fuego. Esa ley, el devenir, rige el universo; pero hay armonía y orden en ese movimiento, no caos.

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