Alienación en la Filosofía: Hegel, Feuerbach y Marx

La Alienación Antes de Marx

El concepto de alienación había desempeñado un papel fundamental en la filosofía de Hegel. La idea, el absoluto, se realiza históricamente en un proceso de oposición, en un proceso dialéctico; la naturaleza, la materia, no es sino un momento dentro de ese proceso, el momento en el que el absoluto se encuentra totalmente fuera de sí (alienado); pero este momento es totalmente necesario, a través de su superación, la idea alcanza su plena realización y llega a convertirse en espíritu absoluto.

Feuerbach había criticado esta posición de Hegel; se trataba de una religión expuesta en forma de ideas e incapaz, por lo mismo, de liberar al ser humano de sus situaciones de enajenación, de alienación. La única posibilidad de liberarle de la alienación era suprimiendo la religión, puesto que ésta no es otra cosa que la proyección del ser del ser humano en un mundo ilusorio. Mientras existiera la religión, de una manera u otra, se encontrará alienado, fuera de sí y, por lo tanto, irrealizado.

En Hegel es la idea la que se exterioriza en la naturaleza, la que vive fuera de sí, la que se aliena. En Feuerbach, por el contrario, lo que se encuentra exteriorizado, alienado, lo que no vive para sí, es el ser humano, y la alienación consiste en que se despoja de cualidades que le pertenecen por esencia en provecho de una realidad ilusoria (Dios).

La Alienación en Marx

Piensa que también es el ser humano el que se encuentra alienado, pero la supresión de la religión no es capaz de liberarle de la situación de alienación, aunque Feuerbach, pone al ser humano en relación con la naturaleza, lo hace considerándola como una realidad exterior a él mismo, como objeto de contemplación. Feuerbach sigue apresado en el contenido idealista y teórico de Hegel; aún no ha entendido el significado del trabajo humano.

Para Marx, la naturaleza no es exterior al ser humano, sino que forma parte de él mismo como actividad práctica. Marx acude a la historia y en ella se encuentra con una determinada organización económica que es la que produce la alienación del ser humano. El primer estudio de la organización económica de la sociedad de su época, lo realiza en Manuscritos, obra que integra filosofía y economía.

Sus conclusiones:

Lo que caracteriza a la economía burguesa, a la sociedad capitalista, es un determinado modo de producción, entendiendo por tal la forma en que los agentes económicos transforman la naturaleza, mantienen unas determinadas relaciones de producción y se organizan socialmente en función de ellas. Las relaciones de producción son la forma en que los agentes productores se relacionan con los medios de producción: máquinas, capital…

Se han dado cuatro modos de producción: asiático, esclavista, feudal y capitalista. Los tres primeros son precapitalistas y se dan antes del siglo XV europeo, el avance tecnológico es tal que favorece un desarrollo superior de las fuerzas productivas, brújula, navegación… El ser humano siempre se ha relacionado con los medios de producción de una forma doble: propietarios y trabajadores. Provocando hostilidad una frente a la otra, alienación del ser humano.

Formas de Alienación Humana

En la sociedad capitalista el trabajador está alienado; respecto al producto de su trabajo, en el acto mismo del trabajo, para con la naturaleza, para con los otros seres humanos.

Alienación respecto al producto del trabajo

El producto del trabajo escapa de las manos del obrero que se ve privado de él. Pasa, de este modo, a ser un objeto que se levanta frente al obrero como una cosa que no le pertenece y a la cual se encuentra opuesto en cuanto sujeto. El producto, transformado en capital, pasa a ser el instrumento de explotación de su fuerza de trabajo; cuanto más crece el capital, tanto más tiene que aceptar el obrero sus condiciones.

Alienación en el acto mismo del trabajo

La alienación en el acto mismo de la producción es la razón de que el obrero se encuentre alienado para con el producto de su trabajo; el producto no es sino el resumen de la actividad de la producción, y si el producto del trabajo supone un despojo para el ser humano, es porque la propia actividad, el propio trabajo, le desposee. El ser humano está condenado al trabajo, no por maldición bíblica, sino por el capitalismo salvaje que ha convertido el trabajo en la negación de la esencia humana. Como consecuencia de la alienación en esa actividad esencialmente humana, las demás actividades del ser humano pierden en el obrero todo carácter humano y quedan rebajadas a la animalidad. Lo animal se convierte en humano, y lo humano en animal.

Alienación para con la naturaleza

El ser humano ejerce su trabajo sobre la naturaleza y cuando se le quita el producto de su trabajo, es la naturaleza entera la que deja de ser suya; es la naturaleza entera la que cobra para el ser humano figura de enemiga. Mientras que la actividad animal está preadaptada instintivamente a unos objetos de la naturaleza que están preparados para él, el ser humano utiliza la naturaleza libremente eligiendo su actividad de acuerdo con sus preferencias; el trabajo es, entonces, como dice Marx, coextensivo a la naturaleza entera. Sin embargo, en la sociedad capitalista, al serle arrebatado al ser humano el producto de su trabajo, el trabajador se ve apartado de la naturaleza, no la reproduce de forma verdaderamente humana y, consecuentemente, no se realiza en ella. Se considera objeto de explotación y mantiene relación hostil con ella.

Alienación para con los otros seres humanos

Consecuencia del trabajo alienado y consiste en que los seres humanos se polarizan en dos grandes grupos, diferentes y directamente opuestos. Todas las relaciones entre los seres humanos se constituyen, según Marx, a través de los productos, están alineados en la sociedad capitalista, los seres humanos no pueden relacionarse en ella como personas, sino como explotadores y explotados. Frente al obrero alienado, está necesariamente el antiobrero, el no obrero, el burgués capitalista que se identifica con su papel de no obrero tan perfectamente como el obrero se identifica y se pierde en su condición de obrero. Los dos grupos de seres humanos en que queda dividida la humanidad como consecuencia del trabajo alienado.

Humanidad truncada

La alienación del ser humano con respecto a la naturaleza, lo mismo que con respecto a los otros seres humanos, no son hechos puramente económicos, sino situaciones que resultan directamente de las condiciones económicas del trabajo alienado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *