La Concepción del Ser Humano en Marx
Para abordar el problema de la sociedad en Marx, expondremos en primer lugar su concepción del ser humano y algunos conceptos clave de su pensamiento que nos conducirán a su visión de la sociedad.
Para Marx, el ser humano es un ser natural que transforma la naturaleza en la que vive, humanizándola y cambiándola según sus necesidades. Esta transformación del medio natural conforme a un proyecto previo es lo que Marx denomina el “trabajo” como rasgo esencial del ser humano, que se diferencia del resto de animales por su capacidad para objetivar su libertad y creatividad en los productos de su trabajo. El ser humano es, además, un ser social que se constituye como humano al entrar en relación con sus semejantes por medio de esta actividad productivo-transformadora.
La Alienación en la Sociedad Capitalista
Sin embargo, Marx considera que en la moderna sociedad capitalista el ser humano sufre una situación de alienación consistente en el hecho de que el resultado de su acción productiva no le pertenece ni es usado por él para la satisfacción de sus necesidades. En las sociedades industriales, el trabajador es expropiado del producto de su trabajo, que se convierte en mercancía para enriquecimiento de los poseedores de los medios de producción. El propio trabajador es también alienado de sí mismo al transformarse su fuerza de trabajo en una mercancía más. Por último, la división del trabajo le impide expresar su creatividad y realizarse a través del trabajo.
Formas de Alienación: Ideología y Religión
Pero además de esta alienación económica también se dan otras formas de alienación relacionadas con ella, entre las que destaca la ideológica. Marx considera que la conciencia, entendida como el conjunto de ideas que poseen los seres humanos y los mueven a actuar, es un producto social y depende de las condiciones materiales de vida. Pero este conjunto de ideas y representaciones se constituyen en ideología desde el momento en que proporcionan una imagen falseadora de la realidad, que en la sociedad capitalista se impone para ocultar la alienación económica y satisfacer los intereses de los explotadores. En función de ella, los trabajadores se encuentran alienados ideológicamente porque su explotación se presenta como algo moralmente justificable.
Formas ideológicas de la conciencia son, para Marx, la filosofía, la moral y muy especialmente la religión, que sostiene la posición de dominio de las clases dominantes predicando la sumisión y aceptación del sufrimiento y ofreciendo el consuelo de un mundo ultraterreno imaginario a las clases oprimidas. Dios es, pues, una invención del ser humano, fruto de su miseria y desarraigo social, que sólo sirve para mantener la injusticia social. Por ello, Marx defenderá la necesidad de realizar una crítica tanto de la religión como de la conciencia ideológica en general que arroje luz sobre la situación alienada del ser humano. Pero esta crítica no podrá ser meramente teórica, y exigirá una transformación práctica de la realidad social que ponga fin a la alienación.
Materialismo Histórico y Estructura Social
Pasaremos ahora a exponer la visión de Marx de la sociedad. Dentro de su concepción materialista de la historia, Marx cree que las diferentes formas de organización social existentes en la historia son el reflejo del modo en que el ser humano se ha venido organizando en torno al trabajo. En este sentido, concibe la sociedad como un sistema de estructuras interrelacionadas entre sí. La base del sistema radica en la “base económica” o “infraestructura”, compuesta por los elementos relacionados con la producción de bienes necesarios para la existencia.
Los demás elementos característicos de una sociedad, como las instituciones políticas, las leyes, o las formas de pensamiento, que integran las formas ideológicas de la conciencia, constituyen la “superestructura”. La superestructura se halla condicionada por la infraestructura, de manera que los cambios de ésta explican los cambios acaecidos en la vida política o intelectual de una sociedad. Marx denomina “modo de producción” al conjunto de todo el sistema social. Los “modos de producción” han ido cambiando a lo largo de la historia. Marx habla de diversos modos de producción sucesivos, si bien sus análisis económicos se centran sobre el capitalista.
Infraestructura: Fuerzas Productivas y Relaciones de Producción
Dentro de la infraestructura de la sociedad se distinguen dos elementos:
- Las fuerzas productivas: consisten en la capacidad de producción de una sociedad, y están formadas por los elementos materiales utilizados en la producción: medios de producción, como materias primas y maquinaria, y fuerza de trabajo.
- Las relaciones de producción: son las relaciones jerárquicas que se establecen entre las personas según su posición dentro del sistema productivo. Estas relaciones se establecen, básicamente, entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores, que dan lugar a dos clases sociales.
Lucha de Clases y el Motor de la Historia
Puesto que una característica de las sociedades de clases es que unos grupos sociales se apropien del fruto del trabajo de otros, según Marx el motor de la historia es la contradicción dialéctica que tiene lugar entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. O, lo que es lo mismo, la lucha de clases, que en la sociedad capitalista es la lucha entre la burguesía y el proletariado, cuya fuerza de trabajo es explotada para generar la plusvalía del capitalista.
El Fin del Capitalismo y la Sociedad Comunista
Marx considera que el capitalismo, al igual que los anteriores modos de producción, contiene dentro de sí el germen de su propia destrucción, que podría dar lugar al nuevo orden comunista. Por causa, entre otros factores, de la bajada tendencial de los salarios de los trabajadores, del creciente desempleo resultante de la maquinización, y de la consecuente caída de la demanda, el capitalismo sufrirá crisis cíclicas en las que la clase trabajadora, si cobra conciencia de clase, podrá unirse y expropiar a la burguesía de los medios de producción.
Daría comienzo entonces la llamada “dictadura del proletariado” como fase previa al surgimiento de la sociedad comunista, cuyo lema es “de cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades”. De tener lugar esta revolución social, con ella se pondría fin a la alienación del ser humano y a la injusticia del sistema capitalista.