Pregunta 1: La Fe como Preámbulo del Conocimiento en San Agustín
La tesis principal de San Agustín es que la fe es un paso necesario para comprender las verdades divinas. Según él, «creer es un requisito para entender», ya que el conocimiento pleno de Dios solo se alcanza tras aceptar y creer en sus enseñanzas.
San Agustín cita al profeta («Si no creyereis, no entenderéis») para subrayar que, sin fe, es imposible la comprensión profunda de las verdades divinas. Esta fe inicial no es el fin, sino la base del entendimiento. La secuencia que describe, de fe a conocimiento, refleja una relación dinámica donde la creencia permite la apertura a una comprensión más profunda.
Al final del texto, San Agustín señala que Jesús invita primero a creer y luego a «buscar y hallar», resaltando que la búsqueda de Dios es posible solo después de la fe. En resumen, para San Agustín, la creencia precede y permite el verdadero entendimiento de Dios y las verdades eternas.
Pregunta 2.1: Diálogo entre San Agustín y Platón sobre el Conocimiento
Podemos comparar la idea de San Agustín con las concepciones epistemológicas de Platón, en especial su teoría del conocimiento y la reminiscencia. Platón, en su Alegoría de la caverna (en La República), argumenta que el conocimiento verdadero reside en el mundo de las Ideas, al que se accede mediante un ascenso intelectual y contemplativo. Según Platón, el alma ya «conoce» las ideas o verdades eternas, y el aprendizaje es un proceso de «reminiscencia» de lo contemplado en su contacto previo con el mundo de las Ideas.
Aquí se observa una diferencia clave con San Agustín: mientras Platón sugiere que el conocimiento es innato y se despierta mediante la razón, Agustín sostiene que el acceso al conocimiento verdadero requiere un acto de fe, una apertura a la verdad divina sin pruebas previas. Para Agustín, la razón es insuficiente para alcanzar las verdades supremas sobre Dios sin una creencia inicial, mientras que para Platón, la razón permite al alma recordar y comprender la verdad.
Parte 2, 2.1: Convergencia en la Transformación Interior
Sin embargo, ambos coinciden en que el conocimiento más alto no se reduce a las meras experiencias sensibles y exige una transformación interior. Para Platón, es la conversión del alma hacia el mundo de las Ideas; para Agustín, es la conversión del alma hacia la verdad de Dios a través de la fe, que habilita la comprensión.
Así, mientras Platón ve el conocimiento como un proceso que depende de la razón y la reminiscencia, Agustín introduce una dimensión teológica: para entender las verdades divinas, el ser humano necesita no solo razón, sino fe.
Pregunta 2: Las Inquietudes Filosóficas de Agustín de Hipona
1. La Existencia y Naturaleza de Dios
Agustín intentó comprender y definir a Dios. Para él, Dios es el ser supremo y creador, pero su naturaleza es difícil de captar por la razón humana. La mente finita intenta comprender a un ser infinito. Agustín concluye que, aunque la razón es útil, la fe es esencial para comprender la naturaleza divina.
2. El Problema del Mal
Si Dios es bueno y omnipotente, ¿cómo existe el mal? Agustín, influenciado por el maniqueísmo en sus inicios, luego lo rechazó tras su conversión al cristianismo. Para Agustín, el mal es una «corrupción» del bien, resultado del libre albedrío humano que se aparta de Dios. El mal moral es un abuso de la libertad. Dios permite su existencia como consecuencia del libre albedrío.
3. La Relación entre Dios y el Tiempo
Agustín se pregunta cómo Dios, siendo eterno, se relaciona con el tiempo. Dios existe fuera del tiempo; para Él no hay «antes» ni «después». La creación no ocurre en un momento temporal, sino que es un acto eterno de la voluntad divina. Dios es inmutable, en contraposición al cambio del mundo.
4. El Conocimiento de Dios y la Iluminación
En su teoría de la iluminación, Agustín sostiene que el conocimiento verdadero proviene de la luz divina. Dios es la fuente de la verdad, y los humanos conocen esta verdad al participar de la iluminación divina. Conocer a Dios no depende solo del intelecto, sino de la gracia divina.
5. La Gracia Divina y el Libre Albedrío
Agustín busca el equilibrio entre la gracia de Dios y el libre albedrío. Afirma la libertad humana, pero la voluntad está debilitada por el pecado original. El ser humano necesita la gracia divina para la salvación. La gracia capacita la voluntad para elegir el bien. Esto relaciona la omnipotencia de Dios con la libertad humana, aunque deja abierta la pregunta de por qué Dios otorga la gracia a algunos y no a otros.
Pregunta 3: La Visión Aristotélica de la Política
Aristóteles, como Platón, considera la democracia como una tiranía de la mayoría, pero cree en la posibilidad de una democracia virtuosa que cubra la naturaleza de la Polis. Para Aristóteles, lo importante es que el gobierno sea justo, ya sea monarquía, oligarquía o democracia, siempre que cumpla la naturaleza de la Polis.
La Polis es un organismo vivo donde todos deben aportar. El ser humano es un ser político. Todos en la ciudad forman parte de la Polis. La ética, que estudia la felicidad, debe indagar qué es la Polis y su mejor forma de gobierno para alcanzar la plenitud humana. A esta vida buena solo acceden los ciudadanos, que no son todos los habitantes (excluyendo mujeres, esclavos…). El hombre es un animal social que tiende a socializar. Todo lo que se hace es política. El fin de la Polis es vivir bien, desarrollando la virtud y actividades superiores como la filosofía.
Pregunta 4: El Dualismo Antropológico en Platón
Para Platón, el ser humano presenta un dualismo: cuerpo (mundo sensible, «cárcel del alma») y alma (mundo inteligible, «inmortal, eterna»). Existe la condición tripartita: racional (logos, razón, virtud de la prudencia, gobernantes/filósofos), irascible (intención, virtud de la fortaleza, ejército) y concupiscible (pasiones bajas, virtud de la templanza, productores). Estas tres condiciones se explican en el mito del carro.