Análisis Comparativo de la Filosofía Política: Maquiavelo, Kant, San Agustín, Santo Tomás, Hobbes, Rousseau y Locke

Análisis Comparativo de la Filosofía Política: Desde Maquiavelo hasta Locke

Maquiavelo

Hasta Maquiavelo, la política aparecía subordinada a la moral. Desde entonces, esa relación se invirtió, quedando la moral subordinada a la política. La concepción maquiavélica afirma la independencia de la política tanto de los principios de la costumbre como de los mandatos de la religión cristiana. Para el pensador italiano, la actividad política está constituida por las relaciones donde algunos mandan y otros obedecen, relaciones cuyo objetivo consiste en mantener y acrecentar el poder. Todos los objetivos, entre los que están incluidos los morales (la felicidad, el bien, la justicia, la libertad), están subordinados al objetivo de la política.

Maquiavelo creía que la naturaleza humana es perversa porque tiende naturalmente al conflicto y al desorden. Dada esta tendencia, solo el mando y el rigor de las relaciones políticas pueden reconducir a los hombres al bien y a la justicia. Pensaba que el político debe ponderar las fuerzas en juego en cada situación y evitar enfrentar o desafiar aquellas fuerzas que lo llevarían irremediablemente a la fragmentación de la comunidad y a la destrucción de su liderazgo. Su función debe ser controlar esas fuerzas de modo que jueguen a su favor y no enfrentarlas neciamente provocando su propia derrota o la disolución de la comunidad que lidera.

La ética maquiavélica considera buenas y valiosas las acciones que produzcan un aumento del poder propio, al tiempo que considera malas y perniciosas las acciones que tengan un sentido opuesto.

«El fin justifica los medios.»

Kant

Kant sostiene que la felicidad no puede ofrecernos criterios adecuados para determinar si nuestras acciones son moralmente correctas o incorrectas. Plantea que la felicidad no solo no es la misma para dos individuos distintos, sino que también un mismo individuo puede tener un distinto concepto de felicidad en momentos distintos de su vida. Otro de los aspectos que critica es que en la antigüedad no se tenía en cuenta en las metas en sí mismas que las acciones pueden llegar a contribuir, si ese fin es moral o inmoral. Kant define el concepto de virtud como la fortaleza moral de la voluntad de un hombre en el cumplimiento de su deber. El asunto clave de la ética es el fenómeno del deber. Solo una vez que hayamos definido un criterio para determinar cuáles son nuestros deberes será posible establecer si la conducta de un individuo puede ser llamada virtuosa. Kant plantea que la ética está contenida en las siguientes preguntas: ¿Qué debo hacer? ¿Cuál es el criterio para determinar si una acción es moralmente obligatoria o, por el contrario, debemos considerarla moralmente prohibida? Él sostiene que hay un criterio racional, que denominó imperativo categórico. Este consta de máximas de acción que se pueden considerar como formas de comportarse y obrar. Las máximas son la expresión de reglas en las que podemos encuadrar nuestras acciones.

Estas máximas deben ser universalizables, es decir, que toda persona moral debe cumplir con estas máximas. Y si estas máximas son incorrectas, en la universalización se autodestruiría.

Otro aspecto que resalta Kant en el imperativo categórico es que el ser humano nunca debe ser tratado como un medio para llevar a cabo un propósito fuera de sí mismo. Afirmar esto es plantear que todas las personas tienen una misma dignidad moral. Cuando alguien procura quedar eximido de una obligación válida para los demás, se autoconsidera de un nivel superior, lo que se considera moralmente incorrecto.

San Agustín

Uno de los pensadores más importantes del cristianismo fue San Agustín. Él sostiene que la naturaleza humana es doble: el hombre es espíritu y cuerpo, y, por lo tanto, es a la vez ciudadano de este mundo y de la ciudad celestial.

El pensamiento de San Agustín expone con fuerza la necesidad de que la verdadera república sea cristiana, en contraposición con los imperios paganos. Por ello, las ideas políticas expresadas por San Agustín subrayan la autonomía de la iglesia en cuestiones espirituales y la concepción del gobierno compartido por dos órdenes: el real y el clerical.

Según él, la organización y dirección de las dos grandes clases de valores que debían ser conservados son: los espirituales, a cargo de la iglesia, y los intereses temporales o seculares, como el mantenimiento de la paz, el orden y la justicia, que corresponden al gobierno civil. Entre ambos órdenes debe prevalecer la ayuda mutua. A esta teoría se la denominó: «Doctrina de las Dos Espadas».

Santo Tomás

Para Santo Tomás, el universo constituye una jerarquía que llega desde Dios. En virtud del plan divino, todo ser actúa bajo las exigencias de su propia naturaleza, buscando el bien y encontrando su lugar en el orden ascendente según su grado de perfección.

Santo Tomás ve a la sociedad como un sistema de fines y propósitos en el cual lo inferior sirve a lo superior y lo superior dirige y guía a lo inferior. Describe a la sociedad como un cambio mutuo de servicios encaminado a la vida buena.

La dirección de las cuestiones comunes en beneficio de la sociedad implicará, en definitiva, que los hombres puedan vivir una vida feliz y virtuosa, que es el único bien u objetivo de los hombres en sociedad.

Justamente, uno de los puntos esenciales de su teoría reside en su idea respecto a la ley como elemento fundamental e integrante de la totalidad del sistema de gobierno divino por el que se rige el universo.

Realizó una clasificación cuádruple de las leyes, a saber:

  • La primera era la ley eterna, que identifica con la razón de Dios. Podría definirse como el plan eterno que emana de la sabiduría divina y que se encuentra fuera de la comprensión humana.
  • La ley natural se describe como el reflejo de la razón divina en las cosas creadas. Implica la posibilidad de vivir y actuar del modo más adecuado a la naturaleza implantada en cada ser.
  • La ley divina es la revelada por Dios. Un ejemplo de ella sería el código de leyes dado a través de las Escrituras o de la iglesia.
  • La ley humana era aquella ley que regulaba las vidas de una sola especie, la humana. Esta ley establece una pauta racional para el bien general y no para la ventaja de un individuo o clase. Define a esta ley como «una ordenación de la razón para el bien común, hecha por quien tiene a su cargo el cuidado de la comunidad y promulgada solemnemente».

Los Contractualistas y el Pacto o Contrato Social

Hobbes

Los pensamientos de Hobbes sobre la teoría del pacto social explican que el hombre, por medio de un pacto, justifica la existencia de un estado absolutista. Piensa que los hombres, guiados por su egoísmo, buscan su propia satisfacción, presentando así la situación de que «el hombre es el lobo del hombre» y lleva a la «guerra de todos contra todos». Es entonces que renuncian a los derechos absolutos que poseen y se ponen de acuerdo para constituir un poder que los proteja y los resguarde.

Este poder es encabezado por un amo, que responde convirtiéndose en el titular del poder absoluto, una soberanía ilimitada, indivisible, omnipotente e inalienable. Pensaba en un soberano que inspirara respeto y temor, única fuente del derecho, y que, por lo tanto, se pudiera apartar de la ley, siendo únicamente castigable por Dios.

Esta visión refleja la organización política que Hobbes privilegia: el absolutismo, es decir, la monarquía absoluta.

Rousseau

A diferencia de Hobbes, Rousseau responde a una democracia, alegando que «el hombre ha nacido libre y vive, sin embargo, en todas partes, entre cadenas. El mismo que se considera amo, no deja por eso de ser menos esclavo que los demás», planteando que en la realidad se vive una situación penosa.

Su justificación del orden social no proviene de la naturaleza, pues, de ser así, habría que reconocer que algunos hombres tienen autoridad natural sobre otros. Tal reconocimiento es imposible porque ninguna de las causas que aparentemente pueden dar origen a esa autoridad (un derecho anterior, la fuerza o la esclavitud) es válida:

  • No lo es el derecho anterior, porque en derecho todos los hombres son iguales.
  • No lo es tampoco la fuerza, porque ella no puede crear ni el derecho ni la autoridad.
  • Ni lo es la esclavitud, porque si ella se impone violentamente se confunde con el derecho del más fuerte, y si es aceptada voluntariamente está en contradicción con el derecho natural del hombre a la libertad ilimitada.

Según Rousseau, las cláusulas de este contrato están determinadas por la naturaleza misma del acto, de modo que, aunque no hayan sido jamás formalmente enunciados, son en todas partes las mismas y han sido en todas partes tácitamente reconocidas.

Entonces, por medio de este pacto, se pasa del estado de naturaleza a la sociedad civil, y esta se rige por una autoridad, que es la de la voluntad general.

En resumen, el origen del poder es, para Rousseau, indudablemente democrático, pues proviene de la voluntad general.

Locke

El pensamiento político de Locke está colocado en una posición opuesta al absolutismo de Hobbes, y en gran parte su obra tiene por objeto rebatir las ideas de este, aunque no lo mencione a lo largo de su producción. Su teoría puede sintetizarse en la defensa del poder limitado, limitación que nace del hecho de que no es la soberanía del príncipe sino la del pueblo la que funda el Estado.

Locke sostiene que el orden y la razón existen en el estado de naturaleza primigenio; es más, entiende que hay cierta armonía espontánea que crea un entendimiento entre los hombres. Puesto que los hombres son iguales, tienen idénticos derechos, y tales derechos provienen, precisamente, de ese estado de naturaleza primitivo en el que reinaban la paz, la buena voluntad y la mutua asistencia.

Por el pacto social, todo hombre se une en sociedad para proteger sus derechos naturales. De aquí surge el gobierno. Pero la sociedad no desaparece, aunque desaparezca el gobierno.

Locke sigue la tradición aristotélica en cuanto a la división de los gobiernos en monárquicos, aristocráticos y democráticos, y desenvuelve su teoría en la coexistencia de poderes. Entiende que en el juego de los poderes del Estado hay un equilibrio y contrapeso que garantiza los derechos del pueblo. Los poderes de los hombres, al ser delegados, se encauzan en tres sentidos: el legislativo, el ejecutivo (que abarca asimismo el judicial) y el federativo. Este último es el encargado de las relaciones exteriores (tratados, guerra, paz) y está vinculado al ejecutivo.

Al igual que Rousseau, alegaba que el pueblo es el soberano, y el gobierno se basa en el consentimiento y no en el derecho divino o en la fuerza.

Marx

Según él, la estructura de una sociedad se constituye en la infraestructura de esa sociedad. Esta infraestructura determinará la creación de una superestructura que se encuentra integrada por todo el andamiaje ético, jurídico, político, cultural y religioso (la educación, la ideología, etc.).

Es decir, lo determinante para entender la estructura de una sociedad se encuentra en el ámbito económico.

El desarrollo histórico, según Marx, tiene su dinámica en la lucha de clases, que se diferencian por la posesión o no de medios de producción. Es decir, la lucha entre la burguesía (como él la llamaba) y aquellos que no poseen dichos medios y se ven obligados a trabar determinadas relaciones de producción con los primeros, vendiendo su propia fuerza de trabajo para sobrevivir (conocidos como la prole o clase proletaria).

Diferencia dos clases de valores identificables en esa sociedad:

a) Valor de uso: que es aquel que una persona le asigna a un bien de acuerdo con la utilidad que esa misma persona le atribuye. Marx explica que este valor no puede servir de patrón o referencia, ya que el mismo es variable universalmente, ya que es subjetivo.

b) Valor de cambio: aquel en razón del cual un bien es intercambiable por otros, al cual critica también por ser inestable y sujeto a fluctuaciones.

El valor de un bien se encuentra en el trabajo cristalizado en el mismo, es decir, el trabajo socialmente necesario para la producción del mismo. Esto se mide en unidades de tiempo promedio que un obrero normalmente eficiente invierte en la producción de un bien determinado.

Entonces, Marx plantea que la acumulación de capitales y la concentración de riqueza en cada vez menos individuos; la ampliación del abismo existente entre burguesía y proletariado; las condiciones de vida miserables de esta última clase, determinarán la rebelión de esta clase social que desembocará en la abolición de ese régimen y el surgimiento de la sociedad sin clases del futuro.

Plusvalía: Establece la relación entre el salario que paga un empresario y el valor del trabajo realizado por el obrero. Sería entonces la parte del trabajo realizada por el obrero que no es remunerada por el empleador.

Trabajo: Para Marx, el trabajo es un proceso creador entre el hombre y la naturaleza. El hombre, a través del trabajo, pone en movimiento las fuerzas naturales que pertenecen a su corporeidad (brazos y piernas, cuerpo) a fin de apoderarse de los materiales de la naturaleza bajo una forma útil para su propia vida. Por medio del trabajo, el hombre crea y transforma la naturaleza y desarrolla su potencialidad, su propia naturaleza genérica.

El trabajo es para Marx una facultad exclusiva del hombre. El animal actúa de manera instintiva sobre la naturaleza y no se diferencia de ella, mientras que el hombre realiza una actividad creadora, libre y consciente orientada a fines: la producción.

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