Comunismo y Alienación
Kant y Marx escribieron en el siglo XIX sobre la ideología política de la teoría comunista, especialmente Marx en su libro El Manifiesto Comunista. Aquí plantea un modelo político y social basado en un sistema económico distinto al liberalismo y al resto de socialismos conocidos. La idea fundamental es crear un estado en el cual los medios de producción pasen a ser propiedad pública, de todos; es decir, todo lo contrario al liberalismo.
Cuando los medios de producción son propiedad privada se da lugar a la explotación del proletariado y la consiguiente alienación. El proletario solo cuenta con la fuerza de su trabajo, la cual es vendida al empresario para beneficio de este y no para satisfacer las propias necesidades del obrero. Los intereses privados del capital se elaboran y se descuida el bien común de la mayoría.
El problema y el fracaso de la propuesta comunista es que el individuo mira por sus intereses propios y no por el bien común, con lo cual, el sistema económico se derrumba en la productividad.
Utilitarismo
Lo más razonable es hacer lo que es más favorable para la mayoría. No solo importa el bien privado sino también el bien común. También los medios importan y se puede decir de ellos si son buenos o no. Lo que está bien será lo que es útil para beneficiarse, y cuantos más, mejor.
Stuart Mill, en su libro On Liberty, expone la idea de que un medio tiene utilidad cuando nos acerca al fin; por tanto, un medio es bueno cuando es apropiado para el fin. La racionalidad consiste en la adecuación de los medios a los fines, tal y como plantea Max Weber. Un medio está bien si tiene utilidad y, en ese caso, es razonable. Sin embargo, algunos medios pueden dañar el bien privado de la minoría y, si son útiles, siguen siendo buenos.
Idealismo
Kant presupone que lo razonable es pensar en el interior propio antes que en el bien común. También es razonable que se considere el bien común. La libertad personal, que se deduce del hecho de la existencia del deber, es igual de razonable que la necesidad de la justicia en el estado moderno.
Kant percibe que, habiendo sentido del deber, entonces no habría conflicto de intereses. La conclusión de Kant es que la solución es moral. Esta forma de moral presupone la idea del humanismo, es decir, que hay una esperanza en el ser humano en conseguir un mundo mejor, y solo puede hacerlo por propia voluntad. Además, si cada humano concreta su propio fin, que es lo bueno para él y lo que le hará feliz, entonces cada uno entenderá de diferentes modos lo que es bueno.
Marxismo o Comunismo
La presunción del humanismo y del voluntarismo, es decir, anteponer el bien común ante el interés privado, es una ingenuidad dada la experiencia histórica que se tiene. La persona antepone el interés privado al bien común y, por ello, la justicia no solo se garantiza si moralmente hay sentido del deber.
Por principio, lo más razonable es que se consiga la justicia mediante un imperativo legal; es decir, no moral, sino políticamente. La moral kantiana es la más auténtica porque el deber se cumple por propia voluntad y decidiendo libremente, sin la necesidad de las leyes civiles como propusieran los contractualistas como Hobbes, John Locke y Rousseau. Pero, al contrario que en el contractualismo, no se daría el egoismo.
Karl Marx piensa que los valores que prevalecen en una época son los que favorecen a los más poderosos. Estos pretenden hacer una ideología, es decir, pensar que sus valores son universalizables, y no es así. Cuando esto es imposible, pues los mismos valores van en detrimento de los débiles, la moral se convierte en una ideología. No hay esperanza de lograr un mundo mejor por medio de la racionalización de la vida. Es necesario anticipar la justicia social por medio de la revolución, aunque esto es algo intrínseco al transcurso de la historia, pero había que prolongar más tiempo mientras se espera la enajenación del obrero.
Existencialismo
“La esencia del hombre es su propia existencia”, consiste en existir. “El existencialismo es un humanismo”. Ni se tiene un bien en el que sustentar las leyes morales, ni tampoco el ser humano es bueno o malo: ni se es, ni se tiene, y esto porque un principio del existencialismo es que “Dios ha muerto”. No hay un referente mundano ni tampoco trascendente que pueda derivar de las normas y que se piense, además, que es bueno, y la experiencia de las atrocidades del siglo XX se contradicen con el humanismo.
Lo razonable es vivir una existencia vivida intensamente y asumiendo la responsabilidad o construirse uno mismo su propio destino. Solo hay libertad para hacer: ni Dios, ni una naturaleza o esencia humana; no se está determinado en nada y se debe hacer uno su propia moral; no se está mandado por nada, se es pura libertad. No hay normas que prescriban lo que se debe hacer en cada circunstancia. Solo tiene de bueno vivir lo más responsablemente. Es otra forma de formalismo: la vida auténtica es la vida libre, pero no hay normas que determinen lo que hay que hacer en unos u otros casos. Uno se encuentra solo, sin saber a qué acogerse. No sirve de nada lo que se haga, porque hubiera dado igual hacer otra cosa; la vida es un vacío existencial donde lo único que cabe hacer es vivir y existir.
Si no tiene sentido la dignidad, la lealtad, la verdad, ningún valor en general, ¿qué sentido tiene hacer cosas? “La vida es un absurdo”, en su obra El Mito de Sísifo. ¿Qué sentido tiene hacer algo que no va a transformar el mundo en un lugar mejor? Si no se espera nada del ser humano, entonces, ¿para qué esforzarse? De este modo, la vida carece de sentido y resulta absurda, lo que conlleva un sentimiento de vacío y de angustia existencial.
Teoría Axiológica de la Moral
Esta teoría se debe a Max Scheler en su libro Ética Formal y Ética Material de los Valores. Los valores son ideales a los que se aspiran y, por tanto, se sabe lo que se tiene que hacer para conseguirlos. De algún modo son vinculantes y derivan en normas que indican lo que hay que hacer para su obtención. El mayor de todos es el amor, que no implica obligación, ya que el amor no se puede forzar.
Procedimentalismo
Puede ocurrir un conflicto de intereses que, además, imposibilite el logro del bien común, produciéndose así desigualdad e injusticia. Así que pensar en un procedimiento que resuelva la confrontación de los intereses privados y también la injusticia interesa tanto como las intenciones y como las consecuencias. La moral es preservar la libertad, pero sin infravalorar la justicia social y la equidad.
A partir del desarrollo industrial del capitalismo en el siglo XIX, el bienestar social colectivo se ha convertido también en una cuestión moral. Hay varios procedimientos, como la idea de la justicia de Rawls o la idea del discurso de Habermas.
Lo más razonable es un procedimiento de consenso que fundamente la vinculación voluntaria a unos imperativos legales, lo cual se consigue procediendo a un diálogo o comunicación entre iguales, negociando y dándose un compromiso que compromete o vincula a asumir el acuerdo voluntaria y libremente a cada uno.