El Barroco y la Crisis del Pensamiento
Descartes nace en 1596 en Francia y muere en 1650 en Suecia. Su vida se desarrolla en un momento histórico convulso en el que se suceden guerras religiosas, una gran crisis climática, económica y epidemias. Esto hace que se cree en Europa un ambiente de pesimismo que acabará por trasladarse al ámbito del arte y de la cultura, dando lugar al estilo barroco.
El barroco era un movimiento artístico y cultural que floreció en Europa durante los siglos XVII y XVIII. Podemos citar a pintores como Rembrandt, artista del claroscuro, o a Velázquez, Rivera y Valdés Leal, cuyas obras están en Sevilla, en el hospital de la caridad. Arquitectos como Bernini y escritores de sintaxis complejas como Quevedo y Góngora. En música, el barroco buscaba impactar y emocionar al espectador, es la forma artística más sobresaliente de este periodo. La importancia que se le concede a la forma, recorre las obras de Vivaldi, como Las cuatro estaciones, y J. S. Bach, como Tocata y fuga.
Por último la arquitectura barroca con sus formas extravagantes y su ornamentación recargada, reflejaba la tensión entre lo terrenal y lo divino.
La Filosofía en la Encrucijada
En lo referido al contexto filosófico, las ideas dominantes de la época sufren una profunda crisis. La filosofía oficial de la época seguía siendo la escolástica, pero esta filosofía que a los intelectuales de la época se les antojaba dogmática no podía satisfacer la inquietud de los intelectuales. La relación de Descartes con la escolástica será ciertamente ambigua; toma de ella algunos conceptos claves como las nociones de Dios y al mismo tiempo reniega de la validez de sus métodos.
Por otra parte, en Francia, la figura de Montaigne, ensayista escéptico, representa la revitalización del escepticismo antiguo. Este autor concluye ante las muchas contradicciones que él observa en el saber y de la religión, que no nos es posible conocer la verdad y que por tanto, debemos atenernos a la duda. La filosofía de Descartes se constituirá como intento de superación de esta actitud, siguiendo en cierto sentido la evolución que la filosofía tuvo veinte siglos atrás con la reacción de Platón frente a los sofistas.
La Revolución Científica y el Nuevo Pensamiento
Sin embargo, el gran proceso intelectual de la época es la revolución en el que se somete a una crítica radical la visión científica aristotélico-ptolemaica, hasta entonces dominante y se ponen las bases de la ciencia moderna que alumbrará una visión de la naturaleza, el universo y el hombre racionalmente nuevo y diferente. Cabe destacar los principales protagonistas de este proceso, como Copérnico, quien desarrolló la teoría heliocéntrica del sistema solar. Así mismo, Kepler es famoso por la formulación de sus tres leyes sobre el movimiento empírico de los planetas alrededor del sol. Galileo demostró experimentalmente mediante observaciones con el telescopio que él mismo inventó la veracidad del sistema heliocéntrico, y dedujo las leyes del movimiento acelerado y de la inercia. Newton estableció las bases de la mecánica clásica con las tres leyes que llevan su nombre y destacó por los trabajos sobre luz y la cinética. Descartes también aportó a los campos de la física y matemáticas, creando la geometría analítica, disciplina que permite la representación gráfica de funciones matemáticas y que será clave en el desarrollo de la nueva ciencia.
La Filosofía de Descartes: En Busca de la Certeza
En Descartes, geometría, física y filosofía están fuertemente relacionadas, su método filosófico está fuertemente influido por el método geométrico. En él se dan una combinación de intuición y deducción que representarán el buen uso de la razón.
El texto, como ya hemos visto, trata del tema _______. ________ es una cuestión fundamental en la filosofía de Descartes. Para poder entender _______ y ponerlo en su contexto, es necesario desarrollar la filosofía de Descartes. La filosofía de Descartes marca un cambio drástico en el pensamiento y somete a una crítica radical, la herencia filosófica, cultural y científica de la tradición. Descartes recibió una sólida formación humanística y científica, basada en la filosofía escolástica que le dejó insatisfecho; la filosofía tradicional es ajena a los nuevos descubrimientos y por otra parte afirma cosas dudosas, la lógica tradicional sirve para exponer la verdad y por otra parte prescinde de la verdad y de los contenidos. El saber matemático ha sido elaborado con procedimientos no subordinados a una dirección metodológica clara. Descartes percibe la ausencia de una metodología clara en condiciones de guiar al hombre en la búsqueda de la verdad, tarea necesaria contra el escepticismo. El cartesianismo es el fundamento mismo del saber, urgía construir el fundamento que hiciese posible un nuevo tipo de conocimiento de la totalidad de lo real, unos principios que sustituyesen a los principios aristotélicos y contribuyesen a la elaboración de un nuevo saber. Descartes compara en una carta un árbol cuyas raíces son la metafísica, el tronco es la física y las ramas, las demás ciencias. La metafísica consiste en un método; toda la filosofía moderna se caracterizará por una objetiva preocupación metodológica. La metafísica, es pues el fundamento de la filosofía de Descartes, que la concibe como un método. Descartes define las reglas del método de la metafísica como una serie de reglas fáciles y breves que conducen a lo verdadero. Reduce las reglas a cuatro, “pues una gran cantidad de reglas no sirve más que como pretexto a la ignorancia y al vicio”que son:
Las Cuatro Reglas del Método Cartesiano
- La regla de la evidencia, que es la intuición y dice que la investigación debe converger en ideas claras y distintas a las que se reduce la evidencia.
- La regla del análisis que es analizar lo complicado en elementos más sencillos para separar lo verdadero de lo falso.
- La regla de la síntesis, que es volver a componer lo descompuesto en el análisis, pero esta vez con sentido.
- La regla del repaso que es revisar lo sintetizado.
Una vez establecida las reglas del método, surge la duda metódica, una idea que apunta hacia algo mayor que sí mismas, hay que aplicar la reglas al saber tradicional que se fundamentan en, la experiencia sensible, pero no se puede considerar verdadero un saber que se origina en los sentidos, cuando éstos nos engañan tantas veces. La razón y su poder discursivo aunque a veces nos lleve a engaños. El saber matemático matemático, que parece indudable porque “es válido tanto en estado de vigilia como en el sueño”. Pero no existe ningún sector válido, por lo que el pensamiento parece abocado del escepticismo. Con él, no duda para destruir o dudar de todo, sino para cuestionar la tradición y encontrar pilares más sólidos para poder explicar la certeza fundamental. Después de poner todo en duda, Descartes observa que si yo pienso que el mundo existe, puede que el mundo no exista, pero no cabe error en cuanto a que yo pienso. Puedo dudar de todo menos de que dudo; Es una verdad que carece de intermediarios, la transparencia del yo existo como ser pensante, la existencia de mi ser se me hace presente sin ningún acto discursivo <<cogito ergo sum>> Al definir la naturaleza de nuestra propia existencia sostiene que es una <<res cogitans>>, una realidad pensante en la que no hay ruptura entre el pensamiento y el ser. La aplicación de las reglas del método ha llevado al descubrimiento de una verdad que de manera retroactiva, confirma la validez de aquellas reglas que encuentran un fundamento y pueden tomarse como norma de cualquier saber. A partir de ahora la filosofía deja de ser la ciencia del ser para transformarse en la doctrina del conocimiento. El método se fundamenta en la razón humana que pertenece a la capacidad de juzgar correctamente y distinguir lo verdadero de lo falso.
Ya tenemos una verdad absolutamente cierta: la existencia del yo como sujeto pensante. Pero, ¿cómo demostrar la existencia de una realidad extramental, exterior a la persona? En la fórmula “yo pienso que el mundo existe” hay 3 factores: el yo que piensa, cuya existencia es indudable; el mundo como realidad exterior a la persona, cuya existencia es dudosa; las ideas de “mundo” y “existencia” que indudablemente poseo, de aquí se deduce que el pensamiento piensa siempre ideas, pero no “ideas” en el sentido tradicional, sino como representaciones de la conciencia, ideas que son actos mentales que tienen un contenido objetivo. Para descubrir si las ideas corresponden a realidades extramentales es preciso analizarlas. En este análisis, Descartes distingue:
Tipos de Ideas en Descartes
- Las ideas adventicias que son aquellas que parecen provenir de nuestra experiencia externa.
- Las ideas facticias, que son aquellas que construye la mente a partir de otras ideas.
Ninguna de ellas nos sirve para demostrar la existencia de una realidad extramental: las adventicias parecen provenir del exterior y por ello su validez depende de la existencia de una realidad extramental, que es lo que se pretende demostrar; las facticias son artificiales, las construye el pensamiento. Pero hay otro tipo de ideas, las innatas, es decir, las que el pensamiento posee en sí mismo. Entre las ideas innatas Descartes descubre la idea de infinito que identifica con la idea de Dios. Una vez establecido el hecho de que la idea de Dios, como ser infinito es innata, se demuestra la existencia de Dios de dos maneras, utilizando el argumento ontológico y una variante basada en la causalidad aplicado a partir de la existencia de Dios, puesto que Dios existe y es infinitamente bueno y veraz no puede permitir que me engañe al creer que el mundo existe, luego el mundo existe Esto no garantiza que a todas las ideas les corresponda una realidad extramental. La única propiedad que se puede decir o predicar del mundo material es la extensión o movimiento, pues sólo ésta puede concebirse de modo claro y con total distinción de las demás propiedades. Todo lo que hay es res cogitans y res extensa, que junto con la sustancia de Dios, forman las tres sustancias que forman el mundo. Las consecuencias que tuvo la física para la concepción del mundo humano fue que el mundo aristotélico se vio sustituido por un mundo cuantificado y matematizable en el que el reposo ya no es una condición natural de los cuerpos, ni el movimiento una anomalía, no hay lugar natural hacia el que tiendan las cosas, la naturaleza y el cuerpo humano solo son materia movimiento y que el mundo se transforma e interpreta mediante la técnica. En cuanto a la moral, es la última motivación de la filosofía. Para ello Descartes separa el alma y el cuerpo de una manera más radical que Platón, De este modo se agudiza el problema entre las pasiones y la voluntad. Las pasiones son aquellas percepciones que hay en nosotros y que afectan al alma sin tener su origen en ella, son involuntarias, inmediatas e irracionales. Descartes las estudia desde una actitud estoica de autocontrol: el hombre no debe guiarse por sentimientos, afectos y emociones, ya que la razón es la única que puede valorar el bien que puede ser querido por la voluntad, y por lo tanto inducir a aceptar o rechazar algunas emociones.
Descartes vs. Nietzsche: Un Choque de Perspectivas
Aunque Descartes cuestionó muchas ideas de su época, mantuvo un profundo respeto por la filosofía y la razón como herramientas para llegar al conocimiento. Por otro lado, Nietzsche criticó fuertemente la tradición filosófica occidental, considerándola una limitación para la creatividad y la vitalidad del individuo.
Lenguaje y la Búsqueda de la Verdad
Descartes creía en la capacidad del lenguaje y la razón para expresar y comprender la verdad objetiva, abogando por un método científico basado en la claridad y la distinción de ideas. En cambio, Nietzsche utilizaba el lenguaje de manera más poética y metafórica, argumentando que las palabras y conceptos son interpretaciones subjetivas de la realidad, influidas por valores culturales.
Moral y Pasiones
Descartes defendía una moral basada en el control racional de las pasiones, donde la razón ejerce un dominio absoluto sobre los impulsos emocionales y corporales. Nietzsche, por otro lado, criticaba esta visión de la moral como una restricción de las pasiones naturales, abogando por una ética que celebre la vida y permita la expresión plena de la voluntad de poder.
Religión y la Existencia de Dios
Mientras que Descartes era profundamente religioso y separaba la fe de la razón, argumentando que la existencia de Dios podía ser demostrada a través de la razón, Nietzsche criticaba la religión como fuente de nihilismo y decadencia. En su lugar, propuso una visión trágica de la existencia que revalorizara los valores paganos y terrenales.
Voluntad Humana vs. Voluntad Divina
Descartes creía en un Dios supremo como garante de la verdad y la certeza de nuestras ideas, considerando que la voluntad humana está subordinada a la voluntad divina. Por otro lado, Nietzsche rechazaba la existencia de un Dios trascendente y defendía la autonomía y la creatividad del individuo a través de la voluntad de poder.
Tradición y Autoridad
Aunque Descartes no desafió directamente la autoridad de la tradición en su época, su método de duda radical implicaba cuestionar las creencias establecidas y buscar el conocimiento a través de la razón individual. Nietzsche, por su parte, criticó vehementemente la autoridad de la tradición filosófica y religiosa, abogando por una ruptura radical con las viejas ideas y una búsqueda de nuevos valores.
Individualidad y Autonomía
Tanto Descartes como Nietzsche valoraban la individualidad y la autonomía. Descartes estableció la primacía del sujeto pensante individual y su capacidad para alcanzar el conocimiento a través de la razón autónoma. Nietzsche promovió la idea del»superhombr» como un individuo autónomo y libre, capaz de crear sus propios valores y desafiar las normas sociales y culturales impuestas.
Conclusión
A través de sus diferencias y similitudes, Descartes y Nietzsche representan dos posturas filosóficas que desafían las estructuras establecidas de su tiempo y exploran nuevas formas de comprender el mundo y la experiencia humana. Mientras que Descartes buscaba establecer un fundamento sólido para el conocimiento a través de la razón y la duda metódica, Nietzsche criticaba esta búsqueda de certeza absoluta, proponiendo en su lugar una visión más subjetiva y perspectivista de la realidad.