Contexto Histórico
La obra “El Discurso del método”, a la cual pertenece este fragmento, se publicó en la Holanda de 1637. Su autor fue René Descartes (1596-1650), que en esta publicación escrita en francés buscaba defender su método, renegando del anterior “camino” al conocimiento.
La vida de Descartes se desarrolla en la primera mitad del siglo XVII, azotada por la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que enfrentaba a los pequeños estados alemanes y a sus aliados por razones religiosas, siendo los dos bandos el católico y el protestante.
La reforma protestante de Lutero establecía, por encima de la autoridad papal sobre la Biblia, el papel de la razón individual. Así pues, la Iglesia se ve muy debilitada por la autonomía de la razón, el nominalismo, el Humanismo y la Revolución científica.
El nominalismo de Ockham defendía una separación total entre la fe y la razón, por lo tanto, la razón consigue su autonomía, apartándose de la escolástica de Tomás de Aquino, que supeditaba la razón a la fe. Descartes, en su Discurso del Método, afirma la autonomía de la razón frente a cualquier creencia religiosa.
La visión teocéntrica de Tomás de Aquino fue reemplazada por una visión antropocéntrica a raíz del Renacimiento. Así pues, el método de Descartes no cuenta para nada con la fe.
La física y la astronomía, dominadas por Aristóteles y Ptolomeo, dejó paso a la Revolución científica de Galileo, Copérnico o Kepler y el modelo heliocéntrico del universo. Ante este ataque a las concepciones bíblicas y aristotélicas, la Iglesia reaccionó mediante la censura, por lo que Descartes hubo de publicar su obra en Holanda y de manera anónima. También los descubrimientos geográficos, náuticos, bélicos… fueron posibles por la matematización de las ciencias. Las matemáticas eran las únicas ciencias que no admitían duda. Por ello, Descartes es defensor de “lo matemático” para conseguir la certeza.
La crisis religiosa e ideológica provocará el escepticismo y la duda escéptica, que Descartes vence por medio de su duda metódica.
Así pues, con influencia del Nuevo Organon de Francis Bacon y del método resolutivo-compositivo de Galileo, Descartes realiza un método basado en la búsqueda de una realidad universal y única para la razón humana, con un mundo físico matematizado.
Filosofía
En su Discurso del Método, Descartes propugna una concepción unitaria de la razón, de la que proviene la sabiduría (bona mens), y con la cual se distingue lo verdadero de lo falso, lo conveniente de lo inconveniente; la razón con la cual conocemos es una y la misma para todos.
Esta razón o inteligencia única debe conocerse en su estructura para obtener conocimientos verdaderos. Para Descartes, hay dos modos de conocimiento:
a) Intuición
Es un instinto natural mediante la cual captamos las naturalezas simples, sin posibilidad de duda o error, siendo esta intuición más cierta que la deducción.
b) Deducción
A partir de la intuición de naturalezas simples, la inteligencia deduce relaciones entre ellas. La deducción es una sucesión de intuiciones de naturalezas simples interconectadas entre ellas.
Como la intuición y la deducción son la base del conocimiento, se deben seguir dos pasos para conocer:
a) Analizar
Analizar un elemento complejo para dividirlo hasta las sustancias simples, intuibles.
b) Reconstruir
Reconstruir el elemento complejo mediante un proceso deductivo a partir de las naturalezas simples.
Para Descartes, este método, el empleado en la matemática, es el único que corresponde a una razón única, y debe extenderse a todos los campos del saber.
Así pues, para desarrollar este método, se debe partir de una verdad absoluta, de la que no se pueda dudar, quedando así todo el edificio del saber sólidamente fundamentado. Para conocer esta verdad absoluta, es necesario eliminar todas aquellas de las que se pueda dudar. Para esto, Descartes comienza a emplear la Duda Metódica, que lleva hasta el extremo estableciendo tres razones para dudar de todo:
a) Duda de los sentidos
Debemos dudar de los sentidos, que nos inducen a error en muchas ocasiones (Falacias de los sentidos).
b) Duda de la vigilia
Asimismo debemos dudar de los sentidos por no poder diferenciar las percepciones que nos otorgan durante la vigilia y durante el sueño.
c) Duda de las matemáticas
Algunas verdades matemáticas (como los 180 grados de un triángulo) parecen evidentes tanto durante la vigilia como durante el sueño. Pero tal vez exista un genio maligno que nos induce a error cuando creemos que estamos ante algo cierto.
Esta duda extrema parece llevar al escepticismo, y así lo pensó Descartes, pero, al fin encontró una verdad absoluta de la que no se puede dudar: La existencia del sujeto propio, que piensa y duda.
Puedo dudar de todo excepto de que yo pienso: “Cogito ergo sum”. Mi existencia como sujeto pensante es la primera verdad y la primera certeza, pues se percibe con claridad y distinción. De aquí saca Descartes que todo cuanto se perciba con la misma claridad y distinción que su propia existencia como sujeto pensante será, sin duda alguna, verdadero y cierto.
Así pues, ya tiene Descartes una verdad absolutamente cierta: Cogito ergo sum. No obstante, ¿existe algo más? ¿Cómo puede Descartes demostrar la existencia de una realidad ajena al pensamiento?
El problema es grave, ya que Descartes solo puede deducir la existencia de la realidad a partir de la existencia del pensamiento. Así pues, nuestro pensamiento piensa ideas sobre el mundo. El YO que piensa es sin duda real, el mundo sobre el que pensamos es dudoso, y las ideas son innegablemente ciertas, pues es indudable que las pensamos.
Para Descartes, las ideas son el objeto sobre el que recae nuestro pensamiento. No pensamos sobre cosas, sino sobre ideas, no pienso sobre el mundo, sino sobre la idea de mundo.
La afirmación de que pensamos ideas lleva a Descartes a distinguir dos aspectos de ellas: Son actos mentales (todas igual de reales, en tanto que todas las pensamos con el pensamiento), que poseen un contenido objetivo (La realidad del contenido de cada idea depende de la naturaleza de esa idea). Así pues, como acto mental sería tan real la idea de Vaca como la de Perro Tricéfalo, pero según su contenido objetivo, la idea de vaca sería mucho más real, objetivamente.
Hay, pues que partir de las ideas para ver si mediante alguna podemos demostrar la existencia del mundo. Para Descartes hay 3 tipos de idea:
a) Ideas adventicias
Son las que parece provenir de nuestra experiencia externa (Las ideas de hombre, de árbol, de cacahuete…).
b) Ideas facticias
Son las que construye la mente a partir de otras ideas (Un hombre con alas, un árbol con ojos, un cacahuete con zapatos…).
Evidentemente, ningunas de estas ideas nos sirven para demostrar la realidad del mundo, puesto que nos llegan, a fin de cuentas, mediante los sentidos.
Pero existe un tercer tipo de idea, que no provienen del mundo ni se construyen a partir de él:
c) Ideas innatas
Ideas que el pensamiento posee en sí mismo, sin influencia externa, semejantes a las Ideas platónicas, como pueden ser las ideas de pensamiento o existencia.
Entre las ideas innatas, destaca la idea de infinito, que Descartes identifica con Dios. La idea de infinitud no deriva de la idea de finitud, no es facticia, sino innata.
Gracias a esta idea de Dios, con la cual Descartes demuestra que Dios existe, el camino para la deducción queda finalmente abierto. Entre los argumentos utilizados por Descartes para demostrar la existencia de Dios destaca el argumento ontológico de San Anselmo (La idea de existencia entra en la esencia de Dios, por lo tanto Dios existe). Además, Descartes sostiene el principio de causalidad: Si tengo la idea de un Dios infinito, es porque ese Dios infinito la ha causado en mí.
La existencia del mundo es demostrada por Descartes a partir de la existencia de Dios: Dios, en su infinita bondad, no puede permitir que yo perciba un mundo erróneo, por lo que el mundo es necesariamente real. Así pues, Dios es garante de la existencia de un mundo constituido por la extensión y el movimiento, a partir del cual nuestra razón deduce los procesos científicos.
De todo lo expuesto se comprende que Descartes tiene tres ámbitos de la realidad: Dios o sustancia infinita, el yo o sustancia pensante, y los cuerpos físicos o sustancia extensa.
Para Descartes, la sustancia es toda cosa que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir. Esta definición solo puede aplicarse a Dios, pues las demás “sustancias” son consecuencia de Él.
El objetivo final de Descartes es afirmar que cuerpo y alma son sustancias distintas, salvaguardando la autonomía de la razón con respecto a la materia.
La distinción alma-cuerpo se establece clara y distintamente, pues por una parte tenemos la idea de nosotros mismos como ente pensante, y por otro la idea de nosotros mismos como cuerpo material. Por lo tanto, el alma está separada del cuerpo y puede vivir sin él.
Comparación con Platón
La realidad (ontología)
Descartes
Dualismo ontológico. La realidad se divide en mundo físico, matematizable (sustancias extensas) y mundo inteligible (procesos mentales, la “ciencia física”, las sustancias pensantes). La diferencia con Platón es que considera reales ambos mundos, si bien prima el mundo inteligible. Descartes opina que los dos mundos solo se entrecruzan en la figura del hombre.
Platón
Dualismo ontológico. La verdadera realidad es la que recoge el mundo inteligible (Mundo de las Ideas), siendo el mundo sensible un mundo de segundo orden, consecuencia del inteligible, que solo tiene ciertos visos de realidad. Platón cree que los dos mundos interactúan.
El conocimiento (gnoseología)
Descartes
Al igual que Platón, admite que el conocimiento más elevado es el que obtenemos del mundo inteligible, y desconfía de los sentidos a favor de la razón. También acepta la existencia de ideas innatas, pero también existen otras de distinta naturaleza (adventicias y facticias). Se diferencia de Platón en que para Platón lo que marcaba si el conocimiento era real o no era el objeto, mientras que en Descartes es el sujeto y su razón.
Platón
Del mundo sensible solo es posible una opinión, mientras que del mundo inteligible se obtiene el verdadero conocimiento mediante la razón, conocimiento que se obtiene de las Ideas innatas.
El ser humano (Antropología)
Descartes
Dualismo antropológico. El hombre está compuesto de cuerpo (extenso) y alma (pensante), los cuales interaccionan a través de la glándula pineal. El alma racional es inmortal, el verdadero “yo”. Para alcanzar el conocimiento, la razón debe separarse de la influencia de los sentidos.
Platón
Dualismo antropológico. La verdadera identidad del hombre es su alma tripartita, su inmortal alma racional, que lucha contra el cuerpo para alcanzar el verdadero conocimiento.
El proyecto filosófico (Finalidad de la filosofía)
Descartes y Platón
El objetivo último es conocer qué es el Bien para así vivir acorde a él. Pretenden ambos dirigir su razón para encontrar la verdad en las ciencias, de las cuales la moral (el Bien) es la más elevada.