El Método Cartesiano: Duda Metódica y Criterio de Verdad
Introducción
René Descartes, filósofo racionalista y padre de la filosofía moderna, nació en Francia en 1596. Su obra «El discurso del método para dirigir la razón e investigar las verdades de las ciencias» (1637) surge como respuesta a la decepcionante educación recibida. En este análisis, abordaremos el problema del método cartesiano, su ideal matemático de certeza, la duda metódica y el criterio de verdad.
La Necesidad de un Nuevo Método
Para Descartes, la filosofía escolástica de su tiempo era un saber dudoso. Él defendía la unidad del saber, donde la filosofía formaba la base, la física el tronco y las ciencias las ramas. Esta visión lo llevó a la necesidad de «sanear las raíces» del conocimiento. Su punto de partida fue no admitir como verdadero aquello que no se ajustara a la razón, rechazando así la filosofía escolástica y el escepticismo.
La Importancia de la Razón
A principios del siglo XVII, Bacon, Galileo y Descartes coincidieron en la importancia de un método para descubrir la verdad. La escasez de conocimiento se atribuía a la falta de uso de la razón, que es igual en todos los hombres. Para Descartes, la diversidad de opiniones se debía a la falta de un método que evitara el error y permitiera aumentar el conocimiento.
El Modelo Matemático
Descartes encontró la verdad en las matemáticas, cuya validez se basaba en el método empleado: la lógica, el análisis matemático de los antiguos y el álgebra de los modernos. A partir de esto, estableció las reglas de su método.
Las Reglas del Método Cartesiano
- Evidencia: El criterio de certeza se basa en lo claro y distinto, captado mediante la intuición, una «luz natural» que permite percibir sin duda ni error.
- Análisis: Dividir una cuestión en partes evidentes, limitadas por las «Naturalezas Simples».
- Síntesis: Dirigir el conocimiento de forma ascendente, de lo simple a lo complejo, mediante la deducción.
- Comprobación: Revisar todas las circunstancias y realizar una comprobación general para asegurar que no se ha omitido ningún paso en el proceso deductivo.
La Duda Metódica y el Cogito
Para edificar el saber, Descartes parte de la duda metódica, rechazando todo lo que se puede dudar. Su duda no es escéptica, sino una herramienta para alcanzar la verdad. La primera verdad indudable es la propia existencia: para dudar, es necesario existir. El «cogito, ergo sum» (pienso, luego existo) se convierte en la primera verdad incuestionable. La existencia del yo pensante es la verdad más intuitiva.
Argumentos de la Duda Metódica
- Duda de los sentidos: Los sentidos pueden engañarnos.
- Dificultad de distinguir el sueño de la vigilia: Esto permite dudar de todas las ciencias excepto de las matemáticas.
- Hipótesis del Genio Maligno: La posibilidad de ser engañados por un genio maligno que nos hace creer que razonamos correctamente cuando no es así, permite dudar incluso de las matemáticas.
La Existencia de Dios y el Criterio de Certeza
El cogito no solo es la primera verdad, sino que también revela el criterio de certeza: lo claro y distinto es verdad. Para fundamentar este criterio, Descartes elimina la hipótesis del genio maligno y demuestra la existencia de Dios mediante su teoría de las ideas.
Conclusión
El método cartesiano, basado en la duda metódica y la búsqueda de la certeza a través de la razón, sentó las bases de la filosofía moderna. Su impacto en la historia del pensamiento es innegable, y su legado continúa siendo objeto de estudio y debate.