David Hume: Escepticismo y Crítica a la Metafísica
La Idea del Yo
Tras la crítica al principio de causalidad, Hume adopta un escepticismo moderado. Argumenta que si solo conocemos nuestras percepciones sin llegar a conocer directamente las cosas, entonces no hay nada que nos asegure la existencia de esas cosas. Sin embargo, el hombre no podría vivir en un escepticismo absoluto. La viveza de las impresiones es suficiente para fundar la creencia en la existencia del mundo.
El escepticismo es la base de su rechazo de los principios tradicionales: la sustancia, el sujeto y Dios.
- La idea de sustancia no deriva de la impresión, sino que es una colección de ideas simples unidas por la imaginación, pero según Hume esta idea carece de fundamentos.
- Hume niega que tengamos experiencia de nuestro «yo» como al experimentar un color u otro. Tenemos impresiones de cosas como la semejanza, la causalidad y, por esto, suponemos la existencia de un objeto.
- La negación del principio de causalidad implica negar todo en lo que se basa. Hume piensa que el «yo» no es más que una colección de impresiones.
Hume critica las pruebas de la existencia de Dios: puesto que la afirmación «Dios no existe», los argumentos cosmológicos, al estar basados en el principio de causalidad, no tienen valor. Esto no significa que Hume fuera ateo, sino que pensaba que la opinión de que el escepticismo era el primer paso para ser un creyente sincero.
Jean-Jacques Rousseau: Los Males de la Civilización y el Origen de la Desigualdad
Los Males de la Civilización
Rousseau atiende a toda la artificialidad que hay en la vida social. Probablemente la naturaleza humana antes no fuera en formas de sociedad mejor de lo que es hoy, pero sí que los hombres eran más sinceros y dejaban que los vieran tal y como eran, y no como ahora que tratamos de ocultar las cosas; de esta manera, solo hacemos que perder la confianza, la amistad… Tratamos de aparentar lo que no somos.
Rousseau no le gustaba el espíritu cosmopolita de la Ilustración y lo desaprobaba. Rousseau generaliza en su retrato de la sociedad civilizada la experiencia que obtuvo en París, en donde se había presentado en una humillante posición de dependencia. En la sociedad civilizada, el ingenuo se considera ridículo, pero se llega a lo mismo por la despreciación de los demás; esto lo atribuye Rousseau al crecimiento de las artes y las ciencias.
Rousseau nos explica que para él las artes y las ciencias nacen de los vicios y nos conducen a malas consecuencias.
En realidad, el discurso de Rousseau no lo debemos entender como un completo rechazo de la sociedad civilizada, sino como una idea que le llegó a él de forma repentina. Más tarde, con El contrato social, intentó averiguar qué forma de institución social era más compatible con la bondad natural del hombre y menos capaz de viciarlo.
Origen de la Desigualdad
Es imposible poder observar el estado de naturaleza, pues solo somos capaces de conocer al hombre en sociedad; por esto, nuestra interpretación ha de ser una explicación hipotética. Entonces, al hombre solo hay que tomarlo tal y como lo conocemos, retirándole sus facultades, sus dones sobrenaturales que ha adquirido en su desarrollo social. No podemos decir que así el hombre no posea cualidades morales, pero tampoco podemos llamarlo vicioso en estado de naturaleza. Así como tampoco podemos decir que porque antes el hombre no tuviera idea de bondad, fuera malo. El hombre no debe ser violento por la ausencia de un «mío» y «tuyo». El estado de naturaleza que dio Hobbes como una guerra de todos contra todos, carece de justificación. El amor propio en el sentido de conservación es un impulso fundamental que no implica maldad. Para Rousseau, el hombre en su estado de naturaleza era bueno.
Luego, Rousseau discute el estado de naturaleza a la sociedad organizada. Piensa cómo llegaron a experimentar la ventaja de unas empresas comunes y a desarrollar un sentido de los vehículos sociales, pero lo que más acentuó es el establecimiento de la sociedad privada. La forma de sociedad sí que se corresponde un poco con el estado de naturaleza de Hobbes. Por la inseguridad y otros males propios del establecimiento y el desarrollo de la institución privada, el establecimiento de la sociedad política, del gobierno y de la ley eran consecuencia inmediata. Rousseau está dispuesto a aceptar la opinión común y considerar el establecimiento de la sociedad política como un contrato real entre el pueblo y los jefes y les obliga a mirar las leyes que constituyen los vínculos de su unión.
El Contrato Social
Rousseau dice que no hay que basar el orden social en la fuerza porque la fuerza no tiene ningún derecho porque no es algo bueno; a raíz de esto, propone una hipótesis en la que los hombres alcanzan un punto donde los obstáculos que no les permiten mantenerse en su estado de naturaleza resultan más poderosos que los recursos que sí que les permiten conservarse en ese estado; por lo tanto, tienen que unirse y formar una asociación. También es partidario de hallar una asociación donde cada miembro se obedezca a sí mismo y siga libre como en su estado de naturaleza.