Ortega y Gasset
Perspectivismo y la Búsqueda de la Verdad
Para comprender la filosofía de Ortega y Gasset, debemos partir de su perspectivismo. Este sostiene que la realidad se nos presenta desde múltiples puntos de vista. La verdad, por lo tanto, se alcanza mediante la unificación de estas perspectivas. Ortega y Gasset cree que el subjetivismo es esencial para llegar a la verdad. Además, argumenta que individuos, pueblos y generaciones captan una porción de la realidad, haciendo que tanto la realidad como la verdad sean históricas.
Crítica al Racionalismo y al Relativismo
Ortega y Gasset critica tanto el racionalismo (culturalismo) como el relativismo (vitalismo). Del racionalismo, critica su olvido del yo concreto, inventando un sujeto y una cultura abstractos. El racionalismo, según Ortega, yerra al pensar que solo puede conocer aquel sujeto sin perspectiva. Por otro lado, el relativismo, al centrarse en el yo concreto, olvida la cultura y equipara el punto de vista con la imposibilidad del conocimiento verdadero.
Raciovitalismo: La Síntesis
El raciovitalismo de Ortega y Gasset busca integrar lo positivo del vitalismo sin renunciar a la razón. La razón vital comprende el sentido de un sujeto dentro de un contexto. La vida es la realidad radical, y el hombre, con su conciencia, puede dar cuenta y razón de ella a través del pensamiento.
El Hombre y su Circunstancia
El hombre desarrolla sus potencialidades para pervivir, destinado a actuar bajo la guía del pensamiento. La vida es una sucesión de hechos que debemos afrontar. El hombre elige con libertad su quehacer, su mundo, existiendo un contraste entre la libertad de elección y la fatalidad impuesta por las circunstancias («yo soy yo y mi circunstancia»).
Nietzsche
Vitalismo, Nihilismo y Crítica a la Cultura Occidental
A Nietzsche podemos calificarlo como vitalista, antinihilista pasivo, nihilista activo y postmetafísico. Su crítica a la cultura occidental se extiende a la razón y la metafísica tradicionales.
Crítica a la Metafísica y al Conocimiento
Nietzsche critica la metafísica en sus aspectos ontológico y gnoseológico. Mantiene una actitud escéptica respecto a las posibilidades de la inteligencia para conocer la realidad. El fracaso de la razón para conocer la realidad tal como es, según Nietzsche, la ha obligado a crear un mundo cognoscible, con características estables. La razón solo puede conocer lo inmóvil, idealizando y creando un mundo que toma por verdadero, cuando en realidad es una fábula creada por los filósofos. Nietzsche critica la razón, desde los eléatas hasta su época, por «momificar» lo que afirman conocer.
Crítica a la Moral Tradicional
Nietzsche critica la moral tradicional por la imposibilidad de una «guía absoluta», argumentando que para ello tendríamos que imaginar a alguien fuera del mundo (imagen trasnochada de la moral cristiana). Afirma que Dios es la principal objeción contra la vida y debe ser negado. El hombre no necesita a Dios para ser libre, pues siempre lo ha sido. Critica la actitud ascética por ir en contra de los valores vitales. Considera los valores cristianos como débiles y negativistas frente a la vida.
Crítica a la Filosofía Tradicional
La crítica de Nietzsche a la filosofía se centra en la ontología y la epistemología tradicionales. Para Nietzsche, no existe un mundo real y otro aparente (como para Platón), sino el devenir constante de un ser que crea y destruye el mundo. Critica la epistemología tradicional por negar el valor de los sentidos y el devenir. La razón, según Nietzsche, inventa conceptos y convierte el ser dinámico en estático. Niega que podamos conocer la realidad del ser (movimiento y cambio) a través de los conceptos.
Crítica a la Ciencia y al Estado
Nietzsche critica las ciencias positivas, la metodología del mecanicismo y el positivismo. Afirma que la ciencia, al carecer de pasión y fuerza, no puede dar órdenes al hombre ni hacer juicios valorativos sobre la vida o dar una ley moral. Cree que la ciencia está al servicio de los intereses del estado.
Nihilismo Pasivo y Activo
Nietzsche distingue dos caras del nihilismo: el nihilismo pasivo (Apolo) y el nihilismo activo (Dionisio). El pasivo crea una moral de esclavos debido a una transvaloración de los valores auténticos (Platón y cristianismo). El activo da pie a una moral de señores. La voluntad de poder, el deseo de ser más, genera una transvaloración de la transvaloración, dando lugar a una nueva interpretación de la realidad (el ser es cambio cualitativo), de la verdad (se debe considerar si algo favorece a la vida, no su veracidad) y del lenguaje (rechaza la petrificación de los conceptos, exaltando la metáfora).
Vitalismo, Voluntad de Poder y el Superhombre
El vitalismo de Nietzsche afirma la vida sobre cualquier otro valor y se opone a la filosofía que plantea la existencia de otro mundo. Afirma el devenir proponiendo un proyecto dionisíaco más allá del bien y del mal, basado en la voluntad de poder. Esta destruye a Dios («¡Dios ha muerto!») y crea nuevos valores que dan origen al superhombre, un ser superior que encarna el concepto vitalista nietzscheano, no preocupándose de la vida, sino ocupándose de ella. Este concepto se plasma en el Eterno Retorno: amar la vida de tal manera que se desee revivirla y que cada momento se repita eternamente.