SANTO
TOMAS
HOMBRE:Santo Tomás se basa en la explicación de hombre de Aristóteles partiendo de la observación de los entes, de la división entre seres inertes y vivos, estos últimos tienen la capacidad de moverse por sí mismos. Dicha capacidad no reside en la materia, pues ésta es común a animados e inertes, sino en la forma. La forma sustancial de los seres vivos es la capacidad que les hace ser dueños de su acción, el alma.
Se desprende que el cuerpo y el alma están unidos esencialmente, no existen por separado.El alma humana tiene tres funciones: la facultad vegetativa, que es la capacidad de alimentarse, desarrollarse y reproducirse, propia de las plantas; la facultad sensitiva que permite la sensibilidad, el apetito sensible, el conocimiento sensible y la locomoción, siendo propia de los animales; y la facultad intelectiva propia de los seres racionales, que goza de conocimiento intelectual (razón o inteligencia) y de apetito intelectual (voluntad). La intelección es considerada como la superior de las funciones humanas, la más carácterística y esencial pues es la que le distingue de los demás seres.El hombre, por lo tanto, es animal racional. Aquino seguirá también la teoría hilemórfica;
Cuerpo y alma están unidos esencialmente. Santo Tomás completa esta explicación aristotélica del hombre con algunas precisiones nuevas.A la antropología aristotélica, santo
Tomás añade la noción de “alma espiritual”, que es la manera de denominar al alma racional, el alma dotada de inteligencia y voluntad, en la que reside la imagen de Dios en el hombre según el aquinate. Es el alma más perfecta del mundo material, es inmaterial, inmortal y es creada directamente por Dios.Al ser dotado de alma espiritual santo Tomás calificará al hombre como “persona” o “ser personal” y lo define, como lo había hecho Boecio, como “sustancia individual de naturaleza racional”. Defenderá también la inmortalidad del alma humana, el distintivo del alma racional es la razón, y ésta se puede dar separadamente del cuerpo. Es por ello que al fenecer el cuerpo no tiene por qué ser así con el alma.CONOCIMIENTO:Santo Tomás asumirá la explicación del conocimiento que hace Aristóteles. Según Aristóteles, el conocimiento sensible e intelectual se explican sin recurrir a la existencia de un “mundo de Ideas”. Para explicar el paso del conocimiento sensible al intelectual (que Platón atribuía a la reminiscencia), Aristóteles introduce el concepto de abstracción.
Se conoce a través de un proceso de inducción, de lo particular a lo universal. Nuestra inteligencia es una tabula rasa (comienza en blanco) y todo nuestro conocimiento comienza en los sentidos.El conocimiento es una captación de formas. Hay dos tipos de conocimiento: sensible e intelectual. El conocimiento sensible se divide en externo e interno. El externo son los cinco sentidos, que como trabajan exclusivamente a través de la materia, son facultades orgánicas. El conocimiento sensible capta únicamente las formas accidentales, el “cómo son las cosas”; ergo, es un conocimiento singular y concreto.
A partir de dicho conocimiento trabajan los apetitos sensibles.A partir del conocimiento sensible y gracias al entendimiento agente (que es universal y nos permite abstraer la esencia de los seres), el entendimiento paciente (individual) retiene la forma abstracta de los entes materiales; siendo éste un conocimiento abstracto y universal.
A partir de este conocimiento trabaja el apetito intelectual, la voluntad.Entre las aportaciones de Santo Tomás a la gnoseología cabe destacar la explicación de la relación entre Fe y Razón.
La Fe no es un conocimiento irracional sino superior a la razón, pero “razonable”. De ello se deduce, además, que la Fe predomina sobre la razón. No son idénticas (identificación), ni indiferentes (ininfluencia), ni contrarias (incompatibilidad), sino complementarias.
La unidad de Dios, de quien todos los órdenes del ser y del conocer proceden, garantiza la armónía y continuidad entre ellas. Aún más: la razón alcanza el límite o frontera donde se enlazan el orden natural y lo sobrenatural: en ese límite se encuentran unas verdades básicas para la Fe que han sido reveladas, y accesibles a la razón (existencia de Dios, inmortalidad y libertad del alma humana). A este grupo de verdades, santo Tomás las llamará “preámbulos de la Fe”.ÉTICA:La ética de Santo Tomás obtiene su fundamento de la explicación aristotélica. La moral sigue un esquema teleológico, pues todos los seres tienden a un fin. En la vida humana realizamos una pluralidad de acciones, cada una con un fin. Si observamos, unas acciones se subordinan a otras y unos fines a otros. En dicha jerarquización de fines debe existir un fin último que ordene a todos los demás, pues carecerían de sentido los fines intermedios si no hay un fin último, definitivo, perfecto y suficiente; por otra parte, el deseo humano quedaría siempre insatisfecho si no hubiese un fin más allá del cual no hubiera nada por perseguir.Y cuál es dicho fin al que se pliegan todas las acciones? La felicidad y, por ello, su ética se denomina Eudemonismo.
La felicidad consiste en desarrollar y cumplir lo propio de cada ser de acuerdo a su esencia. Esto en los seres humanos es la actividad intelectual, la contemplación de Dios, en el Cielo, tras la muerte, que es lo que se denomina “visión beatífica”. Al igual que San Agustín, dirá que necesitamos del auxilio divino, la gracia, para alcanzar la felicidad ya que nuestra naturaleza está herida por el pecado original, y por ello somos incapaces por nosotros mismos, sin que ello sea un menoscabo para la libertad del hombre.Pero el hombre no es sólo una substancia con entendimiento, sino que al tener necesidades corporales y sociales le resulta imposible conseguir la plena felicidad (que sería estar permanentemente pensando y es sólo propia de Dios). Así, la felicidad humana es limitada.A menudo se confunde el bien supremo, la felicidad, con otros elementos, que no son sino medios para alcanzar la propia felicidad. Por ejemplo, la riqueza material, que aunque es necesaria para la subsistencia, no cubre al alma; por otra parte también suelen confundirse con el bien supremo los placeres corporales, naturales, pero estos no pueden satisfacer completamente a una naturaleza que no es sólo corporal; también los honores, que son justos, pero dependen de otros; y la virtud, que, aun siendo necesaria para ordenar la vida humana a la contemplación, no es sino un medio para la acción.La virtud ética es preeminente entre dichos elementos, y se define en Aristóteles como un hábito (disposición adquirida por la práctica frecuente) de determinar con prudencia (utilizando la facultad intelectiva o el entendimiento) el término medio entre dos extremos viciosos (uno por defecto y otro por exceso) de forma personal. El término medio es personal, no universal, determinado por la recta razón, contando con la ayuda del hombre prudente para establecerlo. Cuando el hábito nos orienta al bien, se le llama virtud; si nos orienta al mal, vicio. Gracias a la virtud, el hombre actúa bien y se hace bueno.En cuanto al criterio de la (recta) razón para determinar el término medio en que consiste la virtud, santo Tomás hablará de la ley natural, la razón es recta cuando conoce adecuadamente la naturaleza. La ley natural es la misma naturaleza de los seres, su modo de ser, que determina lo adecuado, lo conveniente, lo bueno para ellos.El hombre prudente para santo Tomás es el santo, y en concreto, Cristo.
Para determinar la recta razón hay un criterio, se puede saber cuál es el bien. El bien es lo conveniente, en el sentido de “lo adecuado”, “lo que te corresponde”. Lo adecuado para cada ser es su naturaleza, su modo de ser. Dado que esta naturaleza proviene de Dios creador, dicha ley natural depende de la mente divina la cual ha pensado cada criatura y su modo de ser. Al “diseñarnos” determinó para nosotros lo que está bien o mal. Por eso, dirá que la ley está, “antes” que en las criaturas, en la mente divina. A la ley “en Dios” la denomina “ley eterna”, la cual está inscrita en las criaturas, conocida como ley natural.La ley natural, reflejo de la ley eterna en las criaturas, será el criterio del bien y el mal morales que el hombre, gracias a su inteligencia, es capaz de conocer y, gracias a su voluntad libre, capaz de obedecer libremente. La razón, por lo tanto, la llamamos recta cuando conoce la naturaleza y, por eso, conoces lo bueno y lo malo, aunque después, el hombre,conociendo la ley, puede seguirla o no seguirla.POLÍTICA:Santo Tomás fundamenta su visión política en la de Aristóteles. Aristóteles parte del zoon politikon, el hombre como ser social por naturaleza, ya queen su esencia está implícita su sociabilidad puesto que posee el logos que le permite comunicarse racionalmente, por otra parte, tiene una serie de necesidades que no pude cubrir a solas. Necesitamos naturalmente un grupo, la familia (sociedad doméstica)
, para ser engendrados, cuidados del cuerpo (sobrevivir), y del alma (educación); en segundo lugar, no sólo para vivir, sino para vivir bien, la sociedad política, que cubre las necesidades de manera más profunda, perfecta, porque en ésta los hombres se especializan. Dicha sociedad se organiza jerárquicamente en monarquía, aristocracia o democracia, que cuentan con sus correspondientes corrupciones: tiranía, oligarquía y demagogia. El gobierno perfecto es aquél en el que se hilvanan de manera justa las tres formas. El Estado no es un elemento ajeno a los hombres, sino que está formado por éstos.A todo esto, Santo Tomás añade el concepto y la explicación de la “ley positiva”, que es la ley promulgada por los hombres. Es un hecho que los hombres promulgan leyes. Es una necesidad, pues la ley natural necesita ser aplicada lo concreto (aquí, ahora, nosotros). Cabe una multiplicidad de concreciones distintas de la ley natural. No todos son iguales: será una buena y verdadera ley aquella que realmente desarrolle y aplique la ley natural para la situación concreta; sin embargo, aquellas leyes positivas que contraríen la ley natural será malas leyes. Las leyes positivas toman su fuerza, su valor de ley, de la misma ley natural, participan de esa fuerza que tiene la ley natural en todos los hombres, en todo lugar y momento.Dios:Santo Tomás aceptará de Aristóteles en su concepción de la realidad varias de sus teorías, pero afirmará que Dios es el creador de todo el universo (creacionismo)
y por lo tanto, Dios conoce el mundo al pensarse y cuida y ama a sus criaturas. También se concluye que es un ser necesario, no puede no existir, frente a las criaturas que son contingentes, las cuales pueden existir o no. En los seres contingentes hay una diferencia entre su esencia (su definición universal) y existencia (si realmente existen o no) ya que su esencia no implica su existencia, pero en Dios, al ser necesario, su esencia implica su existencia. La esencia es potencia de ser (posibilidad) y la existencia es acto de ser (el hecho). Aquino, igualmente, establece una organización jerárquica de los seres basada es sus grados de perfección según la potencialidad de sus esencias y su semejanza (participación) con Dios: los seres serán más o menos perfectos de acuerdo a su parecido mayor o menor con Dios.Santo Tomás afirma así a Dios como el ser necesario y acto puro, ser inmutable y perfecto, cuya actividad es pensarse a sí mismo, como en Aristóteles. Aquino comprende que la existencia de Dios es problemática racionalmente y por tanto una de las tareas fundamentales de la razón será la demostración de su existencia.
En primer lugar, afirma que la existencia de Dios no es conocida con evidencia inmediata, en contra del Argumento Ontológico de san Anselmo.
Afirma que la proposición “Dios existe” es evidente “en sí misma” ya que el predicado está contenido en el concepto del sujeto. Sin embargo, para que una proposición sea evidente inmediatamente para los otros, el sujeto y el predicado deben sernos inmediatamente conocidos y éste no es el caso de Dios.La existencia de Dios puede ser conocida, por otra parte, a través de la demostración, pues cabe un camino mediato, no “propter quid” (que parte de la causa, “a priori”), sino “quia” (“a posteriori”), es decir, una argumentación que parta de la existencia del efecto (la creación) hasta llegar a la existencia de la causa (Dios).De esta forma, Aquino presentará cinco argumentos racionales que demuestran la existencia de Dios (cinco vías)
. Todos ellos parten de una experiencia sensible, de carácterísticas de los entes sensibles. Todos ellos hacen uso del principio de causalidad y de la imposibilidad de una serie infinita de causas para llegar a la demostración de la existencia de una causa primera, a la que los hombres llaman Dios.Las cinco vías van respectivamente del movimiento al Primer Motor Inmóvil, de las causas subordinadas a la Causa Eficiente Primera Incausada, de los seres innecesarios, contingentes al Ser Necesario, de los seres imperfectos al Ser Perfectísimo, y del orden en el mundo a una Inteligencia Ordenadora.
LAS CINCO VÍAS EXPLICADAS (SOLO PREGUNTA CORTA):La primera vía demuestra, primero, que hay movimiento, paso de la potencia al acto, el cambio en general, y segundo, que ese movimiento requiere ser causado por otros, llamándose el que es movido, móvil, y el que mueve, motor. Todo lo que se mueve es movido por otro, pero es necesario que a este lo mueva a su vez otro, y así sucesivamente hasta llegar al Primer Motor Inmóvil, Dios, que es acto puro.La segunda vía trata sobre la causalidad, partiendo de que unas causas generan otras llega a la noción de una causa primera eficiente (capaz de hacer cosas)
incausada (ninguna cosa puede hacerse a sí misma, pues no se puede existir antes para hacerte existir después). La tercer vía versa sobre la contingencia de los seres, parte de la observación en este mundo de que los seres pueden ser y no ser, pues son contingentes (pueden o no existir). Si los seres son contingentes, en algún tiempo indefinido, en algún momento, dejarán de ser. Y si algo puede ser y no ser, si es, no es por sí mismo, sino por otro. Pero hay seres cuya existencia no es contingente, sino necesaria, y pueden ser por sí mismos o por otros. Pero como tampoco puede haber una serie infinita de causas, debe haber al menos un ser necesario, por sí mismo y no contingente, al que llamamos Dios.La cuarta vía (de influencia platónica) trata sobre los grados de perfección.
De cada una de las distintas perfecciones debe existir un máximo, ya que todo lo que es máximo en cada categoría es causa de todo lo demás. Gracias a esto, llegamos a la consideración de un Ser máximo de las máximas perfecciones que es causa de todas las perfecciones que tenemos. Lo que tiene cada ser, lo tiene por el que posea esa cualidad en grado máximo, y ser el máximo en algo implica necesariamente ser el perfecto ser.La quinta vía se refiere al orden, al gobierno del mundo. Hay cosas, que aun sin tener conocimiento, están ordenadas, obran por un fin. Lo que siempre obra de la misma manera tiene una intención, no es azar. Cuando algo que no tiene conocimiento está ordenado, es gracias a algo que sí lo tiene, pues hay que tener conocimiento para ordenar. Hay una parte del ser humano que no depende de sí mismo y que está ordenada por otro ser superior. Luego existe una inteligencia ordenadora que ordene todas las cosas a un fin, de ahí se deduce que Dios es inteligente y causa final. Esta ordenación la realiza mediante la imposición de la ley eterna, que regula con la ley física a los seres irracionales, y a los hombres con la ley natural, la ley moral, que posibilita su libertad.Así Dios resulta ser motor inmóvil, causa primera, creador, ser necesario, ser perfecto y ordenador del universo.