Conceptos Clave de la Argumentación
Una argumentación se define como la presentación de una o más razones para fundamentar una afirmación. El objetivo principal es convencer a alguien de la validez de dicha afirmación o, al menos, justificar su aceptabilidad. Quien argumenta no solo expresa su pensamiento, sino que también lo respalda y busca, a través de este respaldo, generar un efecto en el interlocutor. En otras palabras, se busca persuadir a la otra persona o, como mínimo, legitimar el punto de vista propio.
Elementos Esenciales de la Argumentación
Los elementos necesarios para una argumentación sólida son:
- Opinión: Es el punto de vista que se quiere defender.
- Respaldo: Consiste en las razones o evidencias que apoyan la opinión.
- Razonamiento: Es el proceso lógico que conecta la opinión con el respaldo.
- Objetivo: La finalidad que se persigue con la argumentación, generalmente convencer o justificar.
La opinión es la postura que se defiende. Para sostenerla, se genera un respaldo. Tanto la opinión como el respaldo se formulan como proposiciones, las cuales son susceptibles de ser cuestionadas.
Razonamiento y Premisas
El razonamiento es el proceso intelectual mediante el cual, a partir de una o más proposiciones denominadas premisas, se deduce otra proposición nueva y distinta llamada conclusión. Las premisas constituyen el contenido informativo y pueden ser verdaderas o falsas. En esencia, el razonamiento es un conjunto de proposiciones donde una de ellas se afirma sobre la base o a partir de las demás.
El razonamiento implica validez y se clasifica en diferentes tipos. Un razonamiento es válido cuando presenta una corrección lógica o formal, lo cual ocurre únicamente en los razonamientos deductivos. La verdad es diferente de la validez; la verdad implica una corrección material (relacionada con el contenido), se atribuye solo a las proposiciones y se verifica si la proposición se corresponde con la realidad.
Tipos de Verdades
Existen dos tipos de verdades:
- Verdades de razón: Son juicios analíticos que no añaden información nueva; el predicado está implícito en el sujeto y la información es necesaria. Ejemplos: «Toda clase tiene alumnos», «Todo triángulo tiene tres lados».
- Verdades de hecho: Son juicios sintéticos que aportan información nueva; el predicado no está contenido en el sujeto y la información es contingente (puede o no suceder). Ejemplos: «Todo gato tiene cuatro patas», «La escuela tiene 3 hectáreas de superficie».
Clasificación del Razonamiento
El razonamiento se clasifica en:
- Deductivos: Son válidos y la conclusión se deriva forzosamente de las premisas. Si las premisas son verdaderas, la conclusión también lo será. Ejemplo: «Todo hombre es mortal. Sócrates es hombre. Conclusión: Sócrates es mortal».
- No deductivos: No son válidos y la conclusión puede derivarse por analogía o inducción, pero ninguna garantiza la veracidad de la conclusión. Ejemplo: «La clase de ayer fue aburrida. La clase del lunes fue aburrida. La clase de hoy será aburrida» (no generaliza, las premisas conducen a una conclusión particular basada en casos concretos).
Inducción y Analogía
En la inducción, se amplía la conclusión a lo universal, yendo de lo particular a lo general, como en las pruebas de marketing y encuestas políticas. La analogía es similar a la inducción, pero sin la generalización universal. El razonamiento se realiza con premisas particulares para llegar a una conclusión particular, basándose en la costumbre y con un alcance limitado. Ejemplo: «Los metales 1, 2, 3, 4 y 5 se dilatan al calentarse. Por lo tanto, todos los metales se dilatan al calentarse».
El respaldo es la relación entre la conclusión y las premisas.
Finalmente, al conjunto de los elementos mencionados se le denomina argumentación.
Identificación de una Argumentación
Para identificar una argumentación, primero se debe determinar si existe un punto de vista, opinión o afirmación sobre un tema. Luego, se debe verificar si se aportan razones para respaldarla. La presencia de opiniones y razones indica que estamos ante una argumentación.
Descartes y el Racionalismo
El racionalismo se caracteriza por la afirmación de que la certeza del conocimiento proviene de la razón, lo cual está asociado a la creencia en la existencia de ideas innatas.
La Duda Metódica de Descartes
Descartes, insatisfecho con lo aprendido, excepto en matemáticas, reconoce haber aceptado como verdaderas muchas opiniones falsas desde su niñez. Por ello, plantea la necesidad de alcanzar un conocimiento verdadero y renunciar a los conocimientos previos, considerándolos vagos e inciertos. Propone reconstruir el edificio del saber sobre bases firmes y seguras. No se trata de escepticismo, sino de una duda metódica o hiperbólica, por su carácter exagerado. Descartes pone en duda todos los conocimientos para llegar a una verdad, una verdad de razón, ya que se basa en la razón como única fuente confiable, desvalorizando el conocimiento experimental por considerarlo no fiable y carente de verdad absoluta.
Argumentos de la Duda
Descartes utiliza dos argumentos para cuestionar el conocimiento experimental:
- El argumento de los insensatos: Descartes señala que sus cinco sentidos lo engañan, como cuando introduce un palo en el agua y este parece quebrado. No se puede sostener la realidad de un hecho solo por verlo, ni fiarse de lo que nos ha engañado alguna vez. Por lo tanto, es necesario dudar y suspender todos los conocimientos provenientes de los sentidos.
- El argumento de los sueños: No podemos distinguir claramente la vigilia del sueño, es decir, no podemos saber con certeza si estamos soñando o despiertos. Esta incapacidad de distinción amplía la duda de lo sensible a lo inteligible, haciendo que todos los conocimientos parezcan inciertos. Descartes extiende la duda incluso a las matemáticas, planteando la hipótesis de un genio maligno que lo engaña en conocimientos tan simples como 2+2=4.
El Genio Maligno
Descartes plantea que, si bien Dios es la fuente suprema de la verdad, podría existir un Genio Maligno con malas intenciones, engañador y muy poderoso, que utiliza todas sus artimañas para engañarlo. Este genio atraparía su confianza y lo haría creer que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras, los sonidos y demás cosas exteriores son ilusiones. Se consideraría a sí mismo carente de manos, ojos y sentidos, creyendo falsamente que posee todo eso.
Sin embargo, por más engañador, poderoso y astuto que sea este genio, jamás podrá imponerle nada.
Meditación Segunda: «Pienso, luego existo»
En su Meditación Segunda, Descartes repasa su situación al final de la primera meditación, obligado a dudar de todo. Se da cuenta de que, para ser engañado, debe existir; incluso si se equivoca, está pensando. Se define a sí mismo como una «cosa que piensa» y se pregunta: «¿Qué es una cosa que piensa?». Responde: «Es una cosa que duda, entiende, concibe, afirma, niega, quiere, no quiere y también imagina y siente». Reflexiona sobre su yo, dándose cuenta de que él es quien duda, entiende y desea; él es el mismo que siente y piensa. Identifica el pensamiento con sus facultades, por lo que se define como una «cosa que piensa», cuyas facultades forman parte de él mismo. Confía en que ve y escucha, pero no en lo que ve y escucha (desconfía de los sentidos). El pensamiento lo remite a su propia existencia como sustancia pensante (autoconciencia). Para Descartes, existir es pensar, al igual que para Aristóteles.
La Primera Verdad y la Reconstrucción del Saber
Descartes llega a la primera verdad mediante una intuición intelectual. «Pienso, luego existo» es una proposición que supera todos los motivos de duda. Para pensar, debe existir; incluso si se equivoca, existe. Supera todas las dudas y alcanza la certeza porque la evidencia es clara y distinta. Esta proposición puede considerarse verdadera. La primera verdad será utilizada por Descartes para reconstruir el edificio del saber, deduciendo las consecuencias que se siguen de ella.
Las Ideas Innatas y la Existencia de Dios
Descartes no duda de su existencia, del yo, pero sí de la existencia de las cosas externas a él (el mundo exterior). En su pensamiento, encuentra contenidos mentales que llama ideas. Para progresar, las analiza.
Distingue tres tipos de ideas:
- Adventicias: Provienen del exterior.
- Ficticias: Parecen producidas por él mismo.
- Innatas: Las posee desde siempre.
Analiza dos ideas innatas: perfección e infinito. Al ser imperfecto y finito, concluye que no pudo haberlas producido él mismo. Imagina que un ser perfecto e infinito se las ha implantado, y ese ser no es otro que Dios.
A partir de las ideas innatas, Descartes demuestra la existencia de Dios. Es imposible que Dios lo haya creado de manera que siempre se equivoque, por lo que los motivos para dudar de los sentidos, las matemáticas y lo inteligible quedan eliminados. Tampoco dudará de la existencia del mundo exterior. La existencia de Dios suprime la hipótesis del Genio Maligno, y Dios se convierte en la garantía de la existencia del mundo exterior. Descartes, que buscaba «comprender para creer», termina «creyendo para comprender». Sale del solipsismo («pienso, luego existo; soy una cosa que piensa; solo existo yo y mis ideas») al confirmar la existencia de Dios. El origen del conocimiento reside en la razón, pero su garantía está en Dios.